He aquí la segunda
página que dedicamos a la televisión (la otra es Malalts de tele).
Sumadas os ofrecen mucho más que un análisis de la programación
televisiva: constituyen toda una filosofía de vida.
TELEVISIÓN
CONTRA ABUSOS
Por
Ángel San Martín
No
quería empezar el año abundando sobre la misma línea argumental del
pasado. El año nuevo invita a iniciar algo si no nuevo sí al menos
distinto. Así que en esta ocasión hablaré de un programa que mientras
lo vi me produjo buenas vibraciones televisuales.
El
programa en cuestión se titula Investigación TV y lo emite los viernes la televisión valenciana
en horario nocturno, también otras televisiones autonómicas en días
distintos. Lo vi hace unas semanas y en él se denunciaban cosas
terribles: unos mafiosos, perfectamente organizados, extorsionaban a
inmigrantes y a otras minorías cuando trataban de alquilar una vivienda.
Ante las cámaras, de forma apañada o mediante cámara oculta, podíamos
comprobar cómo unas agencias inmobiliarias estafaban a unos indefensos
ciudadanos que lo único que querían era disponer de morada. En la
pantalla aparecía el rostro de un tipo que decía cumplir perfectamente
su trabajo y cobrar por ello, cobrar por ejemplo por hacinar en 60 metros
cuadrados y bajo régimen de alquiler a 4 familias de rumanos. Cobrar
también del constructor porque con semejante operación el resto de
vecinos, al fin, abandonaban sus viviendas y el edificio podía ser
derribado.
El
documento ponía los pelos de punta, pues en casi todas las situaciones
ilustradas, las víctimas eran personas o minorías de escasas
posibilidades para enfrentarse con todas las de la ley ante el abuso del
que estaban siendo víctimas. Luego, en el plató, los “especialistas”
(una fiscal, un abogado y una representante de la asociación de
consumidores), explicaban la mecánica de la estafa y desgranaban consejos
para no caer en semejantes trampas. Dudo mucho que tanta lindeza jurídica
pudiera ser oída y mucho menos entendida por los afectados, entre otras
razones porque, al menos parte de los entrevistados, no dominaban la
lengua.
En
fin, si eso está sucediendo realmente, ¿cómo es que el ministerio
fiscal deba esperar a que haya una denuncia en toda regla para empezar a
actuar? ¿Si la TV logra hacer un espectáculo de tales abusos, incluidos
los testigos en primera persona, por qué la policía permite a esas
mafias actuar con total impunidad? ¿Pero en qué mundo tan hipócrita
estamos viviendo? Mientras pasaban los títulos de crédito pensé, sólo
por un instante, claro, con este tipo de programas nos convencen que hemos
de “portarnos bien” y ser “aplicados” para no caer en el infierno
de esas cloacas. Es decir, la España que va bien es a costa de ignorar un
submundo inhumano y lacerante que está a nuestra misma vera, aunque sólo
las cámaras de TV nos lo muestran.
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