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REMANDO
AL VIENTO,
de
Gonzalo Suárez.
En 1989
Gonzalo Suárez ponia en marcha un complicado proyecto cinematografico:
recrear las visicitudes, excesos y travesuras de los poetas mas
diletantes de la Inglaterra más romántica, Lord Byron, Shelley y la
desdichada Mary W. Shelley.
En una
atmósfera de hielo, Mary recuerda en un flash-back cómo todos los
seres a los que amó se pudren en una tumba gracias a la criatura que
ellamisma concibió mediante el papel y la pluma una noche mágica en la
que Byron propuso escribir la historia más terrible que nadie haya
podido imaginar...
Cuando
la criatura se desprende de Mary y cobra vida propia resulta un caos de
desgracia incontrolable; Mary consiguió dar vida a la materia y, por
ello, en el polo Norte va a reunirse con ella.
La película resulta una recreación de los poetas diletantes del
romanticismo inglés, aderezados con un guión literario bellísimo, la
ensoñación que produce la fotografía de Carlos Suárez: minuciosa,
vaporosa y envuelta en una luz mágica muy acorde con el tono de la película.
Byron,
encarnado por un todavía desconocido Hugh Grant, totalmente ataviado a
la moda de la época (conocemos los retratos del poeta), asume con
dignidad el papel, enriquecido por esa colaboración de José Luis Gómez,
Polidori, un actor Consagrado y, además, indispensable para la trama.
El
resto, extranjeros, como Liz Hurley, dan mayor verosimilitud. No quiero
olvidarme de Bibi Andersen, o Aitana Sánchez-Gijón (en un papel muy
reducido) o Josep Mª Pou, espléndido.
Desde
luego hay películas a las que el tiempo parece enriquecer su
significado, su bella puesta en escena y la defensa de la vida, el amor,
la poesía y, sobre todo, la alegría y la muerte de la mano, la locura
y lo excéntrico, el grito de la libertad.
No
despertéis a la serpiente dormida!
Lola
Herráez Cubino
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