Aunque la mayoría de
los socios fundadores de EN CADENA DOS vivimos a orillas del
Mediterráneo, en Valencia, tenemos un colaborador cuyo domicilio se
encuentra a orillas... ¡del Guadalquivir!, pero su espíritu es tan
mediterráneo como el nuestro. Cada mes os invita a acompañarle en el
análisis de un tema cinematográfico de actualidad.
LA COMEDIA ESPAÑOLA
Por
Juan
de Pablos Pons
¿Cómo
trata el humor el cine español? ¿Se pueden identificar unos rasgos o
caracteres propios de la comedia cinematográfica española? O bien, nos
encontramos con la existencia de películas concretas o de grandes
directores individuales sin más. En este caso habría que citar, desplazándonos
por la historia del cine, necesariamente a creadores como Edgar Neville,
Rafael Azcona, Luis García Berlanga o Fernando Fernán Gómez. Lo que sin
duda responde a la verdad es que algunas de las mejores películas en la
historia del cine español son comedias. De tal manera que películas como
El pisito (Marco Ferreri), Plácido
y El verdugo (Luis García
Berlanga), o El extraño viaje
(Fernando Fernán Gómez) son un excelente ejemplo de lo que decimos.
Con
una visión panorámica y retrospectiva sobre el cine de comedia en España
podrían citarse Bienvenido mister
Marshall (Luis García Berlanga), La
niña de luto (Manuel Summers), Atraco
a las tres (José María Forqué) y Mi
querida señorita (Jaime de Armiñán), como comedias pertenecientes a
diferentes registros y temas, pero indudablemente bien resueltas, y en
cierto sentido modélicas.
Con
la llegada de la democracia en España también en el caso del cine se
renuevan los planteamientos. Así, la llamada comedia madrileña sirve de
cartel identificador a nuevos directores que encuentran en la comedia un
recurso eficaz para desarrollar sus historias. Fernando Trueba con Opera
prima y Fernando Colomo con trabajos como ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?, son
representativos de esta corriente. En otras claves, pero estimables
comedias también, son films como La
escopeta nacional del imprescindible Luis García Berlanga, Las truchas (José Luis García Sánchez), Truhanes (Miguel Hermoso) o ¿Qué
he hecho yo para merecer esto? de Pedro Almodóvar.
Esta
tradición de comedias españolas es evidente que ha configurado en cierta
manera el tipo de cine que utiliza el humor como recurso expresivo. Sin
duda, el Esperpento y su tradición en teatro y literatura nos ha dejado
influencias muy interesantes. Azcona, Berlanga y Ferreri han explotado
brillantemente el lado grotesco de las tragedias de la vida. El ingenio de
dramaturgos como Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura, que también se
interesaron por el cine, aportaron otros rasgos peculiares como retratar
el costumbrismo desde el punto de vista de lo absurdo, sin dejar de lado
la ternura.
En
un género tan peculiar como la comedia deben tener un lugar especial los
actores y actrices, que en el caso español son abundantes además de
excelentes profesionales. Aquí necesariamente hay que citar en primer
lugar al polifacético Fernando Fernán Gómez. Otros grandes comediantes
son José Luis López Vazquez, Carmen Maura, Antonio Resines, Verónica
Forqué, Chus Lampreave, Santiago Ramos, entre otros muchos.
Dando
un salto en el tiempo hasta nuestros días nos encontramos que las
comedias siguen siendo un referente muy importante en la producción del
cine español. La comunidad, película
del director vasco Alex de la Iglesia, autor de la muy estimable El día de la bestia, ha sido uno de los films más taquilleros de
esta temporada. Anita no pierde el
tren de Ventura Pons o Adiós
con el corazón de José Luis García Sánchez son ejemplos estimables
de la comedia española de hoy.
Dado
su impacto económico debe citarse el caso de Santiago Segura y su saga
sobre Torrente. Peculiar la
primera entrega, y ejemplo de degeneración la segunda. Sin duda merece la
pena detenerse en analizar las claves del éxito de una fórmula como
esta. Estamos hablando del film más taquillero en la historia del cine
español (Torrente 2). Este éxito comercial tiene una gran relación con el
impacto y la influencia de la televisión actual y los modelos que genera
frente a los espectadores. Elementos como el vaciado de contenidos de las
historias, la presencia de “personajes” generados por el propio medio,
la utilización generalizada de estereotipos (así no hay que pensar
tanto) o el eructo como el recurso del gag más exitoso, son aportaciones
de la televisión actual, que Santiago Segura copia y traslada a la
pantalla grande. Maldita la gracia que tiene que un gordo tenga que
engordar veinte quilos más para resultar gracioso.
Lejos
de la fórmula de expeler gases orgánicos de forma ruidosa nos queda la
inteligencia y la genialidad de maravillosos creadores de comedia, como
muchos de los que hemos citado aquí o como maestros universales, con su
creatividad puesta al servicio de originales gags visuales en películas
como Cita a ciegas (Blake Edwards) o diálogos inmejorables como los de Con
faldas y a lo loco (Billy Wilder). En fín, como decía uno de los
personajes de este último ¡Nadie es perfecto!
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