Principal
Arriba

Introducción
Ética de la imagen
Tentáculos del capitalismo
Cambio de estilo
La mujer
Dimensión sociopolítica

LA MUJER EN EL CINE DE ZHANG YIMOU

Por Mr. Arkadin

Gong Li, la que fue musa e inspiración de Yimou, junto a Andie McDowell en el festival de CannesEl cine de Zhang Yimou (Z. Y.) se mueve alrededor de la mujer. Ellas lo son todo. El hombre es su acompañante iracundo, nervioso, dolorido o angustiado que necesita de su amparo, protección o dominio. No es raro que las historias de Z. Y. sean sobre todo y ante de amor. Correspondido, ignorado, avasallador. Romántico o pasional. Tanto da. Se trata de encontrar o consolidar el amor. En eso, como en todo, sus protagonistas femeninas son las que mantienen la situación, las que luchan por restituir situaciones injustas o por reivindicar su condición de ser humano.

El rojo pasión elegido como color dominante de sus películas es mucho más que una intromisión de la estética en la temática (sería, en tal caso, su adaptación). Color que expresa el amor y la fuerza, el calor y el camino arrollador de la propia vida. Las mujeres de Z. Y. son ante todo seres destinados a amar y a sufrir, pero sobre todo dispuestas a llevar a cabo su “obra”. Es admirable el comportamiento de la protagonista (como en casi toda su obra la excepcional Gong Li, G. L.) de La linterna roja, la mujer “encerrada” dispuesta a luchar por su libertad, por mostrar a los otros que existe. O el de Qui Yu marchando de sitio en sitio tratando de conseguir que se haga justicia con su marido. El hombre es en Yimou un ser débil, que necesita sentirse dominador para creerse alguien. O, en muchos casos, un ente  pasivo. La mujer es el ser reflexivo que padece, espera, sufre, ama y busca un sentido a la vida.

Al contemplar a Qui Yu buscando en la ciudad la “justicia” para su marido no dudaremos que la protagonista –una profesora casi niña de 13 años- de Ni uno menos es ella misma o su alma gemela. Ambas van a la ciudad desconocida para llevar a cabo una misión. Desconocen todo, pero buscan (luchan por) algo. Son almas pueblerinas perdidas en la gran ciudad, pero poco importa eso ante su enorme tenacidad. Capaces de ir de un sitio a otro o de permanecer, incansablemente, estáticas esperando a alguien que ni siquiera conocen.

"La joya de Shanghai", quizá la película más romántica protagonizada por Gong Li bajo las órdenes de Zhang YimouComo tenaz es también la protagonista de Camino a casa (la nueva musa de Z. Y. , Zhang Ziyi, Z. Z., sustituta en su obra y en su vida de G. L.) en la obtención no sólo de su amor, sino también en el cumplimiento de una tradición. La mujer sólo descansará cuando consiga que “como en el pasado” vuelva (aunque haya muerto) su marido a casa. Camino a casa, su último, hermoso y romántico filme, es el recuerdo testimonial de un hombre hacia lo que intuye fue (así le fue contada) la vida (el conocimiento y amor) de sus padres.

Pasado doloroso y tan cruel como el presente, pero, con todo queda la esperanza. Lo más importante, como enuncia el título de uno de sus filmes, es Vivir, valorar el momento, el sentido y la lucha por seguir adelante en busca de la libertad.

Mujeres duras, sufrientes, incapaces de volverse a atrás, sabedoras de su poder, resueltas, buscando aquello que se le ha quitado o de lo que carecen. Hay que admirar la tenacidad, algunos lo han confundido con sometimiento, de Z. Z. en ese recorrido por toda una vida en su último filme, que le lleva a cumplir un último deseo la vuelta (el Camino) a casa.

La musa de Z. Y., o de Y. Z., Gong Li, fue su compañera durante años. A ella, como Richard Quine a Kim Novak o Godard a Anna Karina, rindió tributo amoroso en sus películas. La “vio” con el amor que sentía. Curiosamente su separación se va a producir –última colaboración por el momento- en La Joya de Shangai. Joya es G. L. Y ella al final, muere mientras que otra sustituta, otra Joya, se apresta a sustituirla. Una película, esa, que  muestra, entre otras cosas, la fascinación de un chico por Joya, el símbolo y esencia, para él, de la mujer. En la vida de Z. Y., la actriz desaparece a partir de ese filme. ¿Quién es el responsable de la separación? Es lo de menos. Lo realmente importante es, y su siguiente película así lo certifica, Mantén la calma. No parece casual que la historia narrada en esa película hable de un hombre que ha perdido a la mujer (ahora convertida en estúpida, quizás por su actitud) que ama. Ella ha decidido marcharse con un mafioso (¿vuelta de tuerca a La Joya de Shangai?). Algo incomprensible para el protagonista nervioso, inquieto de ese filme, donde el propio Yimou (curioso, curioso) interpreta un pequeño papel. Un adolescente quiso salvar a Joya (en un ayer no demasiado lejano) de un poderoso delincuente, pero esa Joya desapareció para dar paso en un filme que se desarrolla en el hoy a una chica (evidentemente no interpretada por G. L.) desenvuelta, sexy y quizás irreflexiva.

Mantén la calma es la probable actitud reflexiva de un iracundo, frustrado, herido personaje que espera la llegada de un ángel en forma de una nueva (y “divina”) mujer. Yimou no tuvo que esperar mucho tiempo para hacer realidad el nuevo “encuentro” Bastó con enfrentarse al proceso de comprensión y serenidad que supuso Ni uno menos. Había que entender, admitir y comprender la existencia, aunque cueste o parezca no entenderse nada de lo que ocurre. Con el Camino a casa conocerá a su nueva musa, Z. Z.,  a la que dedicará el emotivo y bello poema amoroso que es todo el filme. Se trata de su última obra por el momento. En ella, Z. Z. reproduce su imagen en el espejo de la pantalla. Una imagen casi clónica de la G. L. de los filmes anteriores (casi todos los realizados hasta el momento) de Yimou.

 

Volver al SUMARIO Página ANTERIOR Página SIGUIENTE Ir a la ÚLTIMA PÁGINA