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Como
todos los meses, una vez más os invitamos a mandarnos vuestra
correspondencia, bien con comentarios de películas, bien con
sugerencias o para preguntar aquel dato que hasta hoy no os habíais
atrevido a preguntar a nadie. Os contestarán Mr. Arkadin y el Señor
Kaplan, dos perfectos caballeros.
Ernesto
Acevedo
Coincidimos
esta vez... al menos. Al igual que tú, no entendemos la importante
aceptación del movimiento “dogma”, una tontería de muchos
quilates... Se le debió ocurrir al “cara” de Lars von Trier en una
tarde de aburrimiento o de francachela. Redujo el cine a una especie de
juego circense. ¿Se pueden poner cortapisas al arte? Pues eso...
Tampoco sus ideas eran muy brillantes, muchas de ellas, y mejor, se
encontraban (sin escritos reivindicativos) en las “pelis” de la nouvelle
vague. El colmo de esta tomadura de pelo es que unos señores puedan
conceder un diploma a aquellas obras que sean coherentes con tamaña
necedad. Trier es un provocador nato (mucho más y de mayor interés es
Haneke que, por fortuna, nada tiene que ver con el Dogma) y se puede
permitir erigirse en el padre de tamaña inventiva. ¡Cómo se reirán
los padres dogmáticos! Trier ya de por si es discutible, así que...
sus discípulos. Las “pelis” de Trier pueden sorprender en una
primera visión, parecer como una especie de espejismo en la segunda, y
no digamos nada en la tercera. De todas formas sus películas tienen
algo más. En ellas existe algo. Bueno, pero el caso es que ahora se ha
estrenado esa cosa considerada “comedia romántica” llamada Italiano
para principiantes y que por esas “sorpresas” del destino ha
sido premiada en varios festivales. Incluso, en algún portal de la red
se han hecho críticas tan complacientes como esas que afirman que uno
se ríe cantidad... Ya, ya, la cosa es de cuidado. El humor helador típico
de la sociedad escandinava nos congela. A esas alturas sólo los suecos
parecen tener un cierto humor, como ocurre en ciertos filmes de Bergman
o en títulos recientes como Eva y
Adán o Juntos. Pero aparte de eso, como el título dice, todo es propio de
“principiantes”. Aburrida, con una realización de aficionado
videográfico propio de programas como “videos de primera”. La cámara
se vuelve loca buscando lo que se intenta mirar. Para remate los
inadmisibles letreros finales, con carteles escritos a mano arrojándose
al suelo. Igualito, igualito que las peliculitas realizadas por
escolares que se ven en la sección de colegios del festival Cinema
Jove en Valencia. Durante la proyección en muchos instantes se
cortaba a los actores por los ojos (o más abajo). Pero nadie se atrevía
a protestar o salir en busca de los encargados de la sala para decirles
que estaban proyectando mal. Mira que si se trata de una genialidad (una
más) de la directora... Para salir corriendo. Que engañen a otros.
Pero, señor Trier, ¿que le hemos hecho para aguantar a tus discípulos?
Bastante tenemos con sus “pelis”.
Pindaro
Así
que te gustan nuestras contestaciones a los (¿cómo narices se llamarán?)
interencadenadoscinéfilos. Nos agrada. Sabemos que nos quieres escribir
(lo sabemos todo) defendiendo a la familia de Torrente (no a los que
viven en Torrente, provincia de Valencia). Si no lo haces es porque
temes que arremetamos contra ti. Tranquilo, solamente te condenaríamos
a un proceso de desintoxicación similar al que sufre (para “quitar”
su violencia) el “prota” de La
naranja mecánica. Pero, claro, el tuyo, basado en aquel, sería
otro: ver sin parar, durante una semana seguida, todas las típicas
comedias españolas desde los años 60. Comenzaríamos, por ejemplo, con
Viaje de novios, luego seguiríamos
con todas las pelis interpretadas por Landa. Una buena entrada para
pasar posteriormente a la filmografía completa de ese genio del humor
que se llama Mariano Ozores. Es la mejor manera de valorar la
grandilocuente aportación del Segura de... Bueno, Pindaro, sabemos que
lo tuyo es una obra y que el cine que te gusta es el bueno, aunque
ocultas otros títulos inconfesables. Te absorbemos, de todas maneras,
ya que huyes del gore y de ese
cine que quiere ser intelectual y sólo es un insulto a la inteligencia.
Son los numerosos engaños que nos quieren vender gato por liebre. Y,
nada, que no hay que confesarse porque te lo pases bien con “pelis”
estilo Spy game (u otros títulos
del hermanito pequeño de los Scott). Algunos de sus, increíbles e ilógicos,
títulos son mejores que los del afamado hermano mayor. Al menos no se
recubren de (falsa) trascendencia. Y, aquella cosita de Enemigo público, era muy, muy divertida.
Guillermo
Corella
Tienes
toda la razón del mundo, no hay comparación posible entre las novelas
de “Harry Potter” y las
de “Guillén”, un niño normal que fue un ídolo (por su
cotidianidad) en la España de comienzos de los años cincuenta, y que
ahora se están volviendo a publicar. Guillén da mil vueltas al
impresentable Harry. No digamos nada, para empezar del nombre, mucho más
sonoro, normalito el del tal Guillermo, el Harry es, no más inglés
sino más americano, lo cual se corresponde estupendamente con un
chicuelo –y una obra- promulgadora de los “valores” de la sociedad
norteamericana. Haces bien en reivindicar a tu homólogo frente a ese
“reaccionario” elemento comedor incansable de palomitas (es de
suponer) de maíz. ¿A qué se debe el éxito del nene Potter? Para
empezar cuenta esas historias asumidas por el subconsciente colectivo, y
que es la misma con la que se escribía la de E.
T. Ni más, ni menos que las vivencias terrenales de alguien que a
falta de los padres verdaderos es cuidado (en este caso muy mal) por
unos parientes. Aquí nada de padres adoptivos, como en Superman.
Pero eso sí, el “potterito” se encuentra marcado por una señal, lo
que le distingue del resto. Vamos, que estamos (al contrario que en
Guillermo) ante un elegido por los dioses. Sé que la película puede
encender alabanzas y furibundos rechazos. En nuestra revista ya ha
ocurrido. Mientras al “mago” Esparcia le ha encantado, al igual que
las novelas en las que se basa, al “racional” Barrera le ha parecido
una engañifa. Igual a este mister respondón. Aparte de creer que se
trata de una narración torpe, sin sentido, que trata de contar una
historia reaccionaria a tope, en la que se enmarcan, para solaz de
nuestros infantes, los valores de nuestra “maravillosa” sociedad de
paz y libertad. ¡Para qué vamos a quejarnos...! Prometo escribir para
el próximo “encadenados” un artículo –en la sección “El
bazar de las sorpresas”- sobre la ideología del señorio Potter,
acorde con las de sus millonarios creadores. Bueno, también habrá que
decir que Mister Kaplan no comparte ninguna de las anteriores opiniones.
Él cree que es una vulgar, pero poco más, peli de palomitas y cocacola....
No me lo preguntes.... Aún no he visto El
señor de los anillos.
Elena
Gracias
De
nada... Nos agrada que te guste nuestra agradable revista. Hacemos lo
que podemos. A veces nos gustaría, incluso, dedicarle más tiempo, pero
nuestras ocupaciones nos lo impiden. Pero, ya ves aquí estamos. Pasamos
a otro asunto. Lo de algunas casas editoras de DVDs no tiene precio. ¿Por
qué hoy sale una versión, hasta con formato cambiado, de una película
para a los pocos meses sacar otra? Sólo se me ocurre decir que el
comercio es quien manda. No sé si te referirás a la salida en tal
sistema de Bailando con lobos porque con ella (aparte de ser una “peli”
bastante frustrada) se han cometido mil tropelías. Primero salió una
versión cercana a las tres horas con un formato que ni siquiera llegaba
a panorámica. Ahora sale otro DVD con dos versiones de la película
cuyas duraciones van de aproximadamente 180 minutos (una) a 240 (la
otra) y todo en un maravilloso formato scope. Pero a quien podrán
reclamar los que compraron la primera (y desastrosa) edición de este título.
Cuidado, pues, con los lanzamientos de DVDs en falsete. ¡Que se lo
pregunten a los que compraron en tal formato Carrie!
(la anterior versión, pues acaba de salir una “especial” con el
formato correcto y numerosos extras).
Juanita
Aradni
¿Ahora,
a estas alturas, te has asomado a esa “peli” no apta para mentes
serenas y libres? Además lo ha hecho en formato vídeo. Pues qué bien,
pero... lamentaríamos que te hubiera gustado. Nos estamos refiriendo a Pearl
Harbor, una cosa demagógica y elementalilla repleta de latiguillos
patrióticos. Recuerdo como no hace mucho unos niñacos asistían
extasiados, en unos grandes almacenes, a su exhibición. Pasaba cuando
sonaban esas palabras pro-americanas que más o menos afirmaban aquello
de “que grandes e incomprendidos somos. No nos importa, sabremos
librar al mundo, aunque no quiera, de nuestros enemigos... Y si sois muy
malos ya sabéis lo que os espera: bombardeo con bomba atómica y chimpún”.
Esta abominable película es indigesta y despistante. No se trata tan sólo
de hablar de aquel triste día de diciembre. No, se va más allá. A tal
desgracia tal honor o si a mí me das yo te doy. Algo en lo que se
insiste con el bombardeo sobre Tokio. Ahí se iba a quedar la cosa como
ocurría en aquella antigualla de Tora,
tora, tora , que, con todos los peros, era mucho más interesante.
Por cierto, esta peli reproduce un hecho que ha aparecido frecuentemente
en el cine como, por ejemplo, en De
aquí a la eternidad, pero además, es que en Pearl
Harbor hasta la música de Hans Zimmer es “copiona”, y suena de
acuerdo a otros autores en cada uno de los fragmentos. Por ejemplo una
de las escenas de amor suena a tope a la música de Barry de Memorias
de África. Pecata minuta para una “peli” tópica e
inaguantable.
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