Desenfocado
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El demonio, el mundo y la carne

Una vez más, Schrader nos propone una bajada a los infiernos.Schrader, al igual que en sus filmes anteriores, nos propone una bajada a los infiernos. Lo ha hecho tanto desde su oficio de guionista y para Scorsese (Taxi Driver, La última tentación de Cristo, Al límite entre otras) como de director. Sus mejores películas probablemente sean Posibilidad de escape y Aflicción. Sean malas o buenas las películas que realiza, sean guiones propios o ajenos los que dirige (o los que entrega a otros) su temática siempre se adentra en el terreno de lo prohibido, de la experiencia al límite de la propia vida en busca -y encuentro- del “pernicioso” placer que les llevará a elevarse sobre la monotonía de sus vidas. Los seres que pueblan sus películas (al igual que en esta) son gentes vulgares que sufren un profundo cambio en sus vidas debido a un hecho traumático o la aparición de unos determinados (y “perversos”) individuos. En ambos casos se saldrán del mundo que conocido para introducirse en otro diferente. Un viaje de ida y vuelta. Hacia la perdición y el perdón. No estaríamos, en esas propuestas, muy lejos de las enseñanzas (lacónicas) del cine de Bresson, uno de los más queridos directores de Schrader y con el que comparte una tenebrosa visión de un mundo, dominado por una maligna oscuridad. Lo único importante, al final, será el sacrificio y el dolor. Habrá que pasar un calvario para conseguir la  “salvación”, adquirir -en un sentido cristiano- la gracia. El calvinismo de Schrader se une al catolicismo trentiniano de Bresson. El pecado domina, para ambos, el mundo. El perdón se encuentra lejano... 

En Desenfocado, Schrader no está acreditado como guionista, pero en la trayectoria de sus personajes se siente fuertemente su presencia. Lo de menos es que se trate de una historia real o imaginaria. Una película es en si una ficción, que en algunos casos, como aquí, nace de unos determinados hechos que realmente existieron. Aquí nos relata la historia de un locutor de radio y actor de una serie televisiva de éxito, Los héroes de Logan. Alguien a quien no le gusta ser como es y desea alcanzar el éxito a toda costa. Son importantes los datos que el director nos da del personaje: católico practicante, casado y con dos hijos. Su mujer le ayuda en la superación de las crisis que Bob (así se llama el personaje) tiene. La primera mitad del filme está narrada a través de secuencias muy cortas, que tratan de explicar quién y cómo es el protagonista. Sabremos que se niega a beber, que intenta huir de otras mujeres que no sea la suya aunque habrá dos cosas que Schrader aclara desde el inicio: la relación con su mujer se presenta cada vez más distante, tiene una afición que no confiesa a nadie, su obsesión por las fotografías (y revistas) de chicas “atrevidas”.  

Una película irregular, como todas las de su director, con un buen análisis del mundo del espectáculo.Ante esas facetas de su personalidad sólo será necesario que el diablo aparezca para tentarle. Vive en el mundo y desconoce el sexo en un sentido profundo y obsesivo. Sin embargo hacía ello tienden sus escondidas aficiones. Será el conocimiento de un técnico en vídeo, John Carpenter (nada que ver con el director del mismo nombre), el que conduce a Bob hacia el infierno del sexo y de la droga. Todo el resto del filme, demasiado lento y alargado, se encargará de ir desgranando su bajada hacia el infierno. John es el diablo tentador que tienta a Bob y se posesiona de su alma. Cuando todo le falla a Bob, cuando el mundo (el suyo, en el que había creído) se hunde a sus pies y busca la salvación intentando salir de sus adicciones, es asesinado por John (aunque el espectador no vea la cara del asesino), impidiendo así que se vaya de su lado. John, desde otro punto de vista, podría ser visto como la otra cara de Bob, es decir Mr. Hyde enfrentado al Doctor Jeckyl. 

La película, como todas la de Schrader, es muy irregular. Es interesante todo el análisis del mundo del espectáculo con una serie de personajes que se introducen en su interior para intentar llevar una vida de placer. Igualmente se plantea al espectador todo el proceso por el que va pasando la industria del vídeo desde sus inicios merced a la especialización de John en ese campo. Más discutibles son otras cosas, como por ejemplo: 

                    . el cambio de punto de vista que en algunos momentos sufre la narración. No entiendo a que se debe el protagonismo de John (el narrador es Bob) en ciertos momentos, como aquel en que es expulsado de la empresa Sony al descubrir que es daltónico con lo que no puede mostrar los logros del vídeo en color. Un dato, su daltonismo, irrelevante para el desarrollo del filme.

                     . la utilización de alguna secuencia fuera de lugar como son las imágenes casi surrealistas en el momento que Bob se atasca en una grabación (debido a su vida desordenada) para televisión. Esa especie de ensueño o despertar de la conciencia es muy flojo en un intento de descarga psicoanalítica de origen freudiano.

                    . el ilógico y desconcertante planteamiento de la vida licenciosa de Bob, incomprensible tanto por lo que se refiere a su relación familiar como a sus actuaciones en televisión.

                    . la mala definición de algunos personajes o la imposibilidad de entender claramente las motivaciones de otros. La segunda mujer de Bob o el inglés al que Bob quita el papel en la serie de televisión entrarían junto a otros  en el primer grupo, en el segundo, sin duda, estaría John el personaje más complejo de la película.

                    . la narración en primera persona se descompensa al final cuando Bob narra tanto su propio asesinato como lo que ocurre después. Una forma de “decir” que debe mucho más a American Beauty que a El crepúsculo de los dioses.

El recurso final, con el muerto narrando su propia muerte, remite más a "American Beauty" que a "El crepúsculo de los dioses"Desigual película, desaprovechada pero con puntos de interés y con una parte final donde se desea unir elementos dispersos hasta entonces, sin que se encontrase en ellos un determinado protagonismo. Así la presencia constante del vídeo como “ojo” que todo lo observa y que incluso termina mostrando cosas que escapan a la mirada. Se trata de descubrir una serie de detalles que pasan desapercibidos y que, al descubrirlos, confieren un sentido a lo vivido. Aunque, probablemente, lo difícil será al final que todo (incluida la vida o la muerte) esté totalmente enfocado.

Mr. Arkadin

DESENFOCADO

Título Original:
Auto Focus
País y Año:
EE.UU., 2002
Género:
Biográfica
Dirección:
Paul Schrader
Guión:
Michael Gerbosi
Producción:
Good Machine, Propaganda Films
Fotografía:
Fred Murphy
Música:
Angelo Badalamenti
Montaje:
Kristina Boden
Intérpretes:
Greg Kinnear, Willem Dafoe, Rita Wilson, Maria Bello, Kurt Fuller, Ron Leibman, Michael McKean, Ed Begley Jr.
Distribuidora:
Columbia-Tristar Pictures

 

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