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| CON FALDAS Y A LO LOCOPor Dolores Herráez
Para
Some like it hot, contó en el guión
con I. A. L. Diamond, lo que enriqueció muchísimo los diálogos y los gags de
la película. ¿Cómo
podemos convertir a un contrabajista y un saxo de una cutre orquesta en los mas
buscados por el simpar Botines Colombo? No
les queda mas remedio a los dos amigos que disfrazarse de mujer para desaparecer
una temporada. Genial
Jack Lemmon como Josephine; que conecta muy bien con las otras chicas, olvidándose
casi, casi, de su condición masculina, si no fuera por las curvas de la
explosiva Sugar, Marilyn Monroe. El
guaperas de turno, saxofonista ligón, queda cautivado por Sugar. El
genial Wilder introdujo en la trama a Osgood, un millonario en busca de la mujer
ideal. Memorable la escena de la llegada de las chicas a un hotel de lujo en la
que un inconmensurable Lemmon es víctima del flechazo de Osgood, y
posteriormente acoso. En
la orquesta femenina todo parece ir en orden. Se
han integrado los dos músicos, y seducir a Sugar empieza a ser prioritario para
ese inexpresivo Curtis. Se
decide aprovechar el yate de Osgood, y ya vestido de rico millonario, la Marilyn
más sexy cae rendida ante los encantos de tan guapo hombre. A
la pobre Josephine le toca bailar el tango con Osgood para que en el yate Sugar
crea que el millonario y el beso son reales.
¿Eran
reales? No,
al volver a la habitación los dos amigos cuentan la experiencia vivida, y
Josephine se ha prometido con Osgood, algo que lo celebra con unas maracas, lo
que provoca el total desconcierto. Y,
bueno, la risa florece. Pero
no sin hacer aparición el gangster Botines Colombo y su trouppe,
para celebrar una reunión mafiosa. El
desconcierto se apodera de los dos testigos del asesinato cometido por Botines,
y no queda otra alternativa que huir. Oh,
casualidad, Daphne y Josephine van a dar al salón de la recepción provocando
un lío terrible para poder salir. Puesto
que no hay solución, nunca mejor dicho, el pastel se descubre. Dos parejas, dos, han nacido. Porque Osgood es ante todo un ser que no busca la perfección. Rodada
en blanco y negro para acentuar el maquillaje de los actores, y con la mala
relación que mantuvieron Curtis y Marilyn (decía él, que era como besar a
Hitler) la peli se envuelve de momentos únicos y de personajes que se acercan
al espectador con espontaneidad y quizás con un lenguaje verosímil, a pesar
del sainete que se forma, conducidos por un maestro d la pantalla grande, que
supo conjugar un crimen, un amor, equívocos y risa, mucha risa. Momentos
que siempre se guardan en la memoria, secuencias que ya hoy día no alcanzan esa
perfección, y un ritmo alucinante que mantiene el discurso narrativo
constantemente. Donde
quiera que estés, Billy Wilder, gracias por las risas de Josephine, que también
estará contigo en esa estrella que siempre brilla mas que las otras en el
firmamento cinematográfico. Gracias
por hacernos olvidar de la realidad.
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