El
rodaje de Nosferatu de Murnau sirve para plantear una curiosa hipótesis: el
protagonista era un vampiro auténtico, escogido por el director para
aportar una mayor verosimilitud a la historia de Bram Stoker.
El
elemento más llamativo de esta película, además de la idea argumental,
es la soberbia interpretación de Willem Dafoe en el papel de Max Schreck-Nosferatu,
con una más que merecida nominación al Oscar al Mejor Actor Secundario.
Recrea un convincente y personal vampiro-actor empeñado en alimentarse
del equipo técnico a pesar de las constantes recriminaciones de un
frustrado F.W.Murnau (interpretado por John Malkovich).
Sin
embargo, los elementos positivos se ven bastante ensombrecidos por un
desarrollo argumental poco imaginativo, que tiende a estancarse en
numerosos momentos y un final algo torpe y precipitado. Las intenciones
prevalecen sobre los resultados. Las ideas sugeridas no se ven apenas
desarrolladas, como la identificación entre filmación y vampirismo o la
obsesión creadora. Personalmente echo de menos un mayor sentido del
humor.
Yo
también me comería algún guionista (quizá con una salsa béarnaise y
un buen chianti).
Elisa
Mª Martínez
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Shadow of
the Vampire
Nacionalidad:
Británica-U.S.A., 2000.
Dirección:
E. Elias Merhige.
Guión
y Argumento:
Steven Katz.
Intérpretes:
John Malkovich, Willem Dafoe, Cary Elwes, John Aden Gillet, Eddie Izzard,
Udo Kler, Catherine McCormack, Ronan Vibert.
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