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Como cualquier
revista que se precie, la nuestra también tiene su sección dedicada a
las bandas sonoras. Habitualmente correrá a cargo de Juan Francisco Álvarez, un mozo con muy buen oído... como
podréis comprobar en cuanto se quite los cascos y atienda las llamadas
telefónicas que le piden, insistentemente, su crónica musical para este
número.
GEORGE
SIDNEY:
SU
CINE MUSICAL Y
LA
MÚSICA EN SU CINE
Por
Juan
Francisco Álvarez
George
Sidney será recordado siempre como un excelente director de musicales,
ejemplos muy claros lo demuestran: Bésame Kate, Magnolia, Levando
Anclas, Escuela de sirenas, Pal Joey, La mitad de
seis peniques, Bye Bye Birdie, Pepe,... Pero en su medio
centenar de películas también podemos encontrar otras pertenecientes a
diversos géneros, que van desde el de aventuras, pasando por el melodrama
y terminando con la comedia. En la mayoría de ellas contó con excelentes
compositores. Estamos hablando de Scaramouche con Victor Young, La
reina virgen y El Danubio rojo con Miklos Rozsa, Key to the city con Bronislau Kaper, Dos edades del amor
con Roy Webb y ¿Quién es esa chica? con André Previn, por
nombrar algunas.
Escuela
de Sirenas, uno de sus primeros musicales más aclamado, obedecía al
lucimiento de la brillante Esther Williams, y para acompañar sus sinuosos
movimientos dentro del agua, además de los focos, surtidores e incluso
llamas, se dotó a la banda sonora con ritmos cálidos y latinos. Ahí
estaba Lina Romay, con la rumba “Bim Bam Boom”, al son de las maracas
y con los fastuosos escenarios de Hollywood de fondo, o con el tema
“Alma Llanera” (Yo nací en una ribera...) del venezolano Pedro Eliás
Gutierrez, quien, según se cuenta en una anécdota, ofreció este tema
perteneciente a una zarzuela de su creación a los delegados de la Metro
cuando estos acudieron a él en busca de material para la película. El
tema fue un exitazo y, posteriormente ha sido versionado por muchísimos
cantantes latinos.
Otra
figura aquí presente es el tenor colombiano Carlos Ramírez, quien
cantando “Muñequita Linda” conseguía encandilar a propios y extraños
en una época en la que España y Europa vivían tiempos de vacas flacas
después de la guerra civil y la segunda guerra mundial. A todo este
ambiente kitsch hay que añadir la Orquesta de Xavier Cugat, los Music
Makers del trompetista Harry James, pero fundamentalmente la pieza “Tico
Tico” con el órgano electrónico de Ethel Smith, sugerente y
encendedora de miles de pasiones en aquella época.
La
película contaba con números para todos los gustos, desde el ritmo más
frenético, al número clásico del musical, pasando por las rumbas,
rancheras, vals y piezas clásicas, y todo ello hace que el espectador
casi no llegue a apreciar el excelente trabajo del auténtico compositor
del resto de la música, John Green, que también ejerció el trabajo de
director y supervisor musical.
En
cuanto a su edición discográfica, destacaremos la edición en CD por
parte del sello Blue Moon, que aunque nos ofrece el soundtrack
completo con efectos de sonido incluidos, nos permite disfrutar y
rememorar este film tan peculiar y que creó la moda en la España de
finales de cuarenta y los cincuenta, de que no había verano sin un filme
de Esther Williams.
Con
Levando Anclas se consiguió, además de revolucionar el musical de
la época, un oscar a la mejor adaptación musical para George Stoll en
1945. ¿Quien no recuerda a Gene Kelly saltando por doquier en su permiso
por Hollywood y al bobalicón de Sinatra teniendo más suerte que su
maestro en el arte de ligarse a las chicas de la meca del cine? Números
destacables son el llamado “Celos” ambientado en España o tal vez en
México, el célebre número de Gene Kelly haciendo pareja de baile con el
mismísimo ratón Jerry con “The worry song”, el pianista José Iturbi, la
portentosa voz de Kathryn Grayson, y “la voz” cantando la preciosa
canción “I fall in love too easily”, que recibió una nominación al
oscar. También se dispone de una edición en compacto de Blue Moon de
esta banda sonora pero con el mismo defecto que la anterior, aunque con
buen criterio, va acompañada de otro plato fuerte musical: Un día en
Nueva York.
Después
vino un musical menor, Las chicas de Harvey, con la espléndida
Judy Garland. Un musical sobre las chicas camareras que trabajaban en los
restaurantes que Fred Harvey construyó a lo largo de la línea de Santa
Fe para así poder proporcionar la comida que el ferrocarril no daba a sus
viajeros. Estas chicas debían de ser recatadas y con un buen concepto ético
y moral, y por ello chocaban con el rudo vaquero del salvaje oeste y con
el grupo de chicas con moral distraída del lugar. Por todo ello, además
de las excelentes canciones interpretadas mayoritariamente por Judy
Garland, ya que el filme sirve de vanagloria de la actriz, son también
protagonistas del mismo, el ferrocarril y una genial Angela Lansbury,
capitana de un grupo de mujeres que se enfrentan a la llegada de las
Harvey Girls. Este musical consiguió alzarse con el oscar de 1946 a la
mejor canción: “On the Atchison, Topeka and the Santa Fe”. La música
y letra de casi todas las canciones del film se deben a Harry Warren y
Johnny Mercer. Y además de esta clásica canción del musical, la Garland
también se lució con otras como: “Swing your partner round and round”,
“In the valley”, “My intuition”.
Con
Ziegfeld Follies, George Sydney se limitó a realizar un espectáculo
colosal para conmemorar el 20 aniversario de Metro-Goldwyn-Mayer con todos
los actores y actrices del estudio y dándole un numerito a cada uno. Por
ello, la música y letra de las canciones pertenecen a los compositores más
variados y variopintos de la plantilla del estudio, y así por mencionar
algunos tendríamos que destacar a George e Ira Gershwin con la canción
“Liza” aquí interpretada
por Avon Long, y la excepcional “The rabbitt and the bromide” con Gene
Kelly y Fred Astaire como artífices del número, dos genios cara a cara
bailando al son de esta pieza. Harry
Warren, autor como acabamos de ver de la música de Las chicas de
Harvey entre otras muchas, también intervino aquí junto con el
letrista Arthur Freed, y ambos dieron forma a la mejor de las canciones de
este musical “This Heart of mine” interpretada nuevamente por Fred
Astaire. En la película también intervenían otros prestigiosos nombres:
Esther Williams, Lena Horne, James Melton, Red Skelton, etc.
Posteriormente
Sidney se toma un respiro musicalero y retoma otras empresas. Sin embargo
y a pesar de abordar diversos estilos, sus “otras” películas poseen
un ritmo y un dinamismo propio de un musical. El más claro ejemplo lo
tenemos con Los tres mosqueteros (1948) donde repiten con el
director Gene Kelly y Angela Lansbury, además de contar con Lana Turner,
June Allyson y Vicent Price entre otros. Aquí las luchas entre
mosqueteros y espadachines parecen provistas de una musicalidad inusitada
en una cinta de aventuras. Los movimientos de los personajes parecen
coreografías de un número musical y la partitura de Herbert Stothart,
conocedor del género musical (es uno de los artífices de El mago de
Oz entre muchas otras), ayuda en las diversas escenas a convertirlas
en auténticas delicias del séptimo arte.
Con
El Danubio rojo junto al maestro Miklos Rozsa, ocurriría algo muy
semejante con una bailarina del Bolshoi, y, posteriormente, con Victor
Young para Scaramouche y retomando las espadas, lo volvería a
demostrar.
Sin
embargo, con La reina virgen y nuevamente con Miklos Rozsa, tenemos
un película épica, romántica y lejos de los clichés del musical.
Miklos Rozsa compone una partitura pomposa, cuidada hasta el mínimo
detalle y muy a tono con el periodo histórico que se narra en el film.
Se trata pues de una de las partituras más melódicas de Rozsa,
provista de refinada inspiración y de numerosos temas y matices
musicales: fanfarrias, temas suntuosos, temas pasionales, marchas
procesionales inglesas, etc. La película resultó ser un producto de muy
buena calidad, a pesar de lo poco dado que estaba George Sydney a los
melodramas históricos, y la partitura pasa por ser una de las más
cuidadas y trabajadas del maestro Rozsa.
Pero
volviendo a los musicales, no hay que olvidar que George Sidney realizó
en 1950 Annie get your gun (La reina del Oeste) con música de
Irving Berlin y Roger Edens, y en 1951 el espléndido Show Boat,
aquí llamado Magnolia, un musical al más puro estilo clásico.
Una adaptación al cine del musical de Broadway con el mismo título de
los espléndidos Jerome Kern y Oscar Hammerstein II. Un musical más de la
MGM con Ava Gardner, Howard Keel y Kathryn Grayson como principales
estrellas del film. El musical cuenta con canciones de gran calidad, este
es el caso por ejemplo de “Can’t help lovin’ dat man”, o de “Bill”.
A pesar de la demostrada calidad vocal de la Gardner, la Metro decidió
sustituir su voz por la de Annette Warren. Esto desilusionó enormemente a
la actriz que tuvo sus tira y afloja con la Metro. Sin embargo, y a pesar
de esto, el aficionado puede deleitarse con ambas versiones en la magnífica
edición en compacto que realizó hace siete años la Turner Music y
comparar que voz prefiere. A buen seguro que muchos se decantaran por la cálida
voz de Ava Gardner. Y ni que decir tiene el excelente trabajo de Kathryn
Grayson, de cuya voz “seria” ya nos hemos hecho eco en el comentario
de Levando anclas y de la que seguimos hablando dado que Sidney
continuaría trabajando con ella en su siguiente musical, Bésame Kate.
Un musical con música y letra de Cole Porter, aunque con el excelente
trabajo de ese hombre que siempre está a la sombra y del que muy pocas
veces se habla que es el adaptador, arreglista, director musical y que en
este caso es André Previn. De Cole Porter sobran palabras pues lo ha sido
todo en el mundo de la música y sus composiciones tienen esa magia y ese
encanto que las hace irresistibles. De ahí que muchas de sus canciones se
puedan escuchar en un sinfín de obras de cine, teatro y televisión.
Nuevamente estamos ante una adaptación al cine de un musical de éxito en
Broadway, y las interpretaciones de Kathryn Grayson, Howard Keel y Ann
Miller hacen de esta obra un gran musical de cine. Destacan las canciones
de la Grayson y Keel en “Kiss me Kate” o la de la Miller en “Too
darn hot”. Solamente el trabajo de Andre Previn y Saul Chaplin como
adaptadores de la música mereció una nominación al oscar de 1953. Y
destacar nuevamente la excelente edición en compacto de este musical
realizada por Turner Music, con numerosa información detallada.
Con
Esther Williams, Sidney volvió a trabajar con el filme La amada de Júpiter,
un musical atípico basado en la historia de la negación de Aníbal
entorno a la decisión de arrasar Roma. El número acuático para la
Williams no falta y aquí se trata de una fuga submarina. La música
pertenece en este caso a Burton Lane, David Rose y aunque no esté
acreditado, el tema musical “Horatio’s narration” corresponde a Saul
Chaplin. Destaca por su frescura y gracia, el tema musical de “La vida
de un elefante”. Howard Keel vuelve a estar espléndido en esta cinta,
sin embargo Esther Williams está en el ocaso de su carrera y después de
este filme la Metro rescindiría su contrato. En las canciones la Williams
estuvo doblada por la voz de Jo Ann Greer. Respecto a su edición discográfica
destacar que ha salido al mercado un compacto con fragmentos de tres
filmes de la Williams que recoge ocho cortes musicales de este film.
En
el año 1956 George Sidney se lanza a recrear la vida del malogrado
pianista Eddy Duchin, con la pareja del momento, Tyrone Power y Kim Novak,
y aunque el encanto de estos dos personajes es un buen reclamo, la película
peca de sentimentaloide y excesivamente larga. En cuanto a su apartado
musical, ni que decir tiene que Tyrone Power solo se limitaba a simular
que tocaba el piano y fue realmente el pianista Carmen Cavallaro quien
interpretó las piezas escogidas para el film. El tema principal, que es a
la vez el tema de amor de la historia, “To love again”, tiene sus
origines en el Nocturno en Mi bemol de Chopin. La adaptación musical
corrió a cargo de Morris Stoloff y George Duning y simplemente se
limitaron a adaptar los temas más famosos del pianista y conjuntarlos con
Orquesta.
Al
año siguiente Sidney se atrevió con Pal Joey, un musical de
Lorenz Hart y Richard Rodgers que se estrenó en Broadway en 1940 y que no
tuvo críticas muy halagadoras, más bien fueron realmente destructivas.
Sin embargo, la Columbia se atrevió a encargarle este proyecto a George
Sidney para la MGM. El directivo Harry Cohn de la Columbia impuso en el
reparto la presencia de Rita Hayworth con el firme propósito de hacerla
quedar mal y humillarla en este filme, máxime cuando su compañera de
reparto iba a ser la nueva estrella de los estudios, Kim Novak. El
protagonista masculino corrió a cargo del por entonces cuarentón Frank
Sinatra en detrimento de Gene Kelly que había interpretado el papel en la
escena. A pesar de todos estos despropósitos la interpretación de los
tres estuvo sobresaliente y Rita Hayworth más que mal parada, salió muy
respaldada y beneficiada de este proyecto. La adaptación musical corrió
a cargo de George Duning y Nelson Riddle y los arreglos musicales a cargo
de Morris Stoloff. Nuevamente
aparece Jo Ann Greer como dobladora en las canciones, en este caso de Rita
Hayworth y Trudy Erwin dobló a Kim Nowak. Los adaptadores musicales
eligieron sólo algunos temas originales de la obra teatral para la versión
cinematográfica, y para completar escogieron algunos temas de los autores
pero pertenecientes a otras obras y entre estos últimos se encuentran una
de las más destacables interpretaciones de “la voz”: “The Lady is a
tramp”, “My funny Valentine” es otro tema ajeno a la obra que se
mete en ella de la mano de Kim Novak. Rita Hayworth está espléndida con
sus encantos en el número “Zip”. El musical no tuvo ninguna nominación
en el apartado musical y sí podemos comentar que tiene una correcta edición
en compacto por el sello Capitol.
En
1960 llegaría Pepe, un musical para el lucimiento de Mario Moreno
“Cantinflas”, repleto de estrellas que hacen pequeños cameos y de
paso algunos nos dejan alguna cancioncilla de éxito. Está Shirley Jones
con la canción que da título al film, Maurice Chevalier, Sammy Davis Jr.,
André Previn, Judy Garland, Johnny Green, Bing Crosby, Frank Sinatra, Kim
Novak, Tony Curtis... En estos cameos y canciones radica el único interés
posible en el filme.
Ya
entrados los sesenta, nos encontramos con los musicales con los que cierra
su carrera. Entre ellos destaca el “repipi”, colorista y simpático a
la vez, Bye Bye Birdie (Un beso para Birdie), con música y letra
del genial Charles Strouse (autor entre otras de Annie). En el
reparto Janet Leigh, Dick Van Dyke, y Ann-Margret, que le proporcionan
toda la ironía y el encanto a este curioso musical en el que la mitomanía
y el culto a las estrellas del rock salen bien escaldados. Con este
musical Sidney logra recuperar ese dinamismo y ritmo de sus primeros
musicales. Algunos de los números más logrados y curiosos son: “The
telephone hour”, “Kids”, “Spanish Rose” y “One last kiss”.
Dick Van Dyke jugaba con ventaja dado que él, junto Chita Rivera, llevó
previamente a los escenarios de Broadway esta misma obra. Y por otra
parte, Ann-Margret repetirá con Sidney en sus siguientes obras: Cita
en Las Vegas y Chica sin barreras.
Cita
en Las Vegas o ¡Viva Las Vegas! que es el nombre que tomó
originariamente aquí en España, sirve al lucimiento de un Elvis Presley
de moda. Y aunque este musical de Elvis no es una de sus mejores
interpretaciones, se deja ver y entretiene.
Para
finalizar, su última obra, La mitad de seis peniques, resultó ser
un fracaso. Musical interpretado previamente en Broadway y en el West End
de Londres por Tommy Steele, fue él mismo, el que junto a Julia Foster se
encargó de interpretar este poco convincente musical de David Heneker.
Los arreglos corrieron a cargo de Irwin Kostal que poco o nada pudo hacer
para adecentar esta obra menor. A pesar de ello canciones como “Half a
Sixpence” o “This is my world” son bien conocidas por el buen
aficionado al musical.
Y
hasta aquí el repaso al apartado musical de la obra del a veces no bien
valorado director George Sidney, en el que se ha dejado constancia de sus
mejores obras. No están todas las que son, pero si son todas las que están.
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