En esta página haremos un pequeño análisis de algún libro o cualquier otra publicación vinculada con el mundo del cine que, por sus especiales características, nos anime a recomendarla a todos vosotros... aunque no todo lo que se publica es igualmente recomendable.

APRENDER A ESCRIBIR

Título: Taller de escritura para cine

Autor: Lorenzo Vilches (compilador)

Editorial: Gedisa, Barcelona, 1998.

Título: Cómo llegar a ser un guionista excelente

Autora: Linda Seger

Editorial: Rialp, Libros de cine, Madrid 2001.

Ahora que comienza a abundar la literatura sobre cine y, más concretamente sobre algunos apartados técnicos (si pueden, echen un vistazo a los carísimos y cuidadísimos libros de gran formato de editorial Océano sobre temas genéricos: bandas sonoras, directores de fotografía, montadores...), hemos pensado que más que ensalzar la cantidad habría que empezar a plantearse la calidad o, dicho de otro modo, la utilidad de estos manuales.

Vilches, que es director del Master de escritura para cine y televisión, propone en su recopilación una serie de textos de muy variado calibre. Naturalmente, no es un libro unívoco, no avanza en una dirección y no todos los capítulos interesan por igual. Su trabajo ha sido seleccionar a una serie de profesores de los que ha transcrito sus clases en el master, o, al menos, parte de ellas.

Hay autores de sobra conocidos, como Jean Claude Carriere (que en su capítulo “El contador de historias” casi casi se limita a hacer un resumen de su libro “Práctica del guión cinematográfico”, coescrito por Pascal Bonitzer), como el excrítico y cineasta Jean Louis Comolli (que nos ofrece una visión de la frágil barrera que separa la “Ficción y el documental”) o como la gurú norteamericana Linda Seger (que ofrece un breve pero útil manual para “La creación de personajes de cine y televisión”).

Quizá no es un libro para iniciarse en el arte de escribir guiones, pero sí puede ser muy útil para aquellos que desean profundizar en un aspecto concreto, siendo para este cronista el más destacable el capítulo que abre el libro, “Las voces interiores” de Maricla Sellari, donde podemos encontrar una gran cantidad de ideas y ejercicios para poner en marcha historias, para generar ideas, para dar la vuelta al tópico, como botón de muestra un fragmento:

“Un buen guión, en general, contiene: personajes bien definidos y contextualizados, emoción, algo insólito: <<un hombre y una mujer viven cerca e intentan no enamorarse>>. ¿Qué os parece esta frase para contar una historia?”

Precisamente una línea similar sigue el cuarto libro de Linda Seger publicado en nuestro país. Esta gurú de los guionistas (sobre todo de televisión: series, TV movies...) arrasó en nuestras librerías con el best-seller “Cómo convertir un buen guión en un guión excelente”, al que siguió un trabajo más difícil pero no menos meritorio “El arte de la adaptación”, ambos editados por Rialp. Su tercer libro en castellano fue “Cómo crear personajes inolvidables”, editado en esta ocasión por Paidós.

Ahora, su nueva propuesta, “Cómo llegar a ser un guionista excelente”, nuevamente bajo la cuidada edición de Rialp, escapa al tradicional recetario de “todo en uno”, que suele ser la fórmula utilizada por los gurús norteamericanos, para ofrecer un proyecto innovador.

No se ofrecen fórmulas mágicas de estructuras ya probadas. Seger apuesta por la improvisación, por la creación pura: lo que nos ofrece son ideas, sugerencias, nos anima a estimular la creatividad, a elevar la mente, a explorar temas nuevos... El suyo no es un trabajo fácil, no tendrá el mismo éxito que sus anteriores libros, pero ofrece una visión distinta.

De alguna manera el capítulo de Maricla Sellari y el libro de Linda Seger comparten una pasión por la aventura, por el dejarnos llevar por nuestras historias, por nuestros personajes, por nuestros sueños... Es una fórmula para romper corsés, para animar al lector y futuro escritor en el arte de inventar, de crear.

Quizá no siempre es un libro claro, quizá no es siempre útil y, desde luego, no son todos sus ejercicios aplicables al pie de la letra. Pero es un trabajo distinto, que nos abre otras posibilidades a la hora de (como diría un actor) “improvisar” sobre un tema, darle vueltas, buscarle su lado oscuro (o claro, qué más da) y, en definitiva, encontrar puntos de interés para comenzar a escribir. Y eso sí es un gran mérito.

Mister Kaplan