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Como
todos los meses, una vez más os invitamos a mandarnos vuestra
correspondencia, bien con comentarios de películas, bien con
sugerencias o para preguntar aquel dato que hasta hoy no os habíais
atrevido a preguntar a nadie. Os contestarán Mr. Arkadin y el Señor
Kaplan, dos perfectos caballeros.
Lolita
No
sé si esta carta debería publicarse aquí, pero ya que estamos en un
mes tan especial (lo dice nuestro redactor-jefe, que ahora está que se
sube por las paredes: asegura que vive en una nube), vamos a confesarte
que sí, que Eduardo Noriega es muy guapo, pero nunca ha estado peor en
una película que en El espinazo del diablo. Y cuando un actor
empeora con el tiempo, desde luego nunca llegará a ser Connery o
Hopkins. No es un problema sólo del producto nacional bruto. Con Tom
Cruise nos pasa lo mismo. ¡Qué casualidad, ambos han interpretado el
mismo papel! Abre los ojos, mi querida Lo, porque no vale sólo una cara
guapa, hay que mirar detrás... si no hasta Los vigilantes de la
playa podría pasar por una serie de interés. Por lo demás, te
aseguro que a este modesto espía (ya jubilado) le encanta leer tus
cartas, tus comentarios, tus provocaciones... Pero debo dejar estos
pensamientos impuros para otras ocasiones, ahora debo seguir atendiendo
la correspondencia. Por cierto, tu interés en saber quién es el Señor
Kaplan no sólo me parece insano, sino poco recomendable para tus fantasías...
Si de verdad quieres ver su autentico rostro, lo que tienes que hacer es
revisar una vez más Con la muerte en los talones (si no la has
visto antes entonces debes verla de rodillas), así descubrirás quién
se esconde realmente tras estas líneas... aunque, como Cary Grant, quizá
descubras que te has dejado engatusar por el personaje equivocado.
Susana
Alfonso:
Gracias
por tus comentarios elogiosos respecto a Encadenados. Y gracias
también por tu generosa oferta respecto a intercambiar links mutuos.
Hemos visitado tu portal (www.ateneaglam.com)
y nos ha parecido sugestivo, moderno y con un punto de encanto. Pero aún
no estamos preparados para hacer publicidad. A partir del número de
octubre vamos a estrenar formato de revista: más y mejores contenidos,
con una puntualidad envidiable. Entonces sí estaremos en condiciones de
estudiar posibles inserciones en otras revistas tanto de cine como más
generales, aunque siempre dentro del ámbito cultural. No te decimos que
no. Simplemente que nos anotes en tu agenda en el mes de octubre y
entonces hablamos. Mientras, no dejes de visitarnos, no nos gusta perder
nuestras pequeñas amistades... aunque sean peligrosas.
La
chica Almodóvar:
Ahora
que has podido comprobar que ni con una avasalladora campaña
publicitaria levanta el vuelo Hable con ella, debemos confirmarte
que sí: el poder de la maquinaria publicitaria es tanto como para que
cualquier mediocridad arrase en cartelera... al menos en su primer fin
de semana. Lo de Almodóvar, simplemente, no ha escandalizado (aquí sólo
levanta ampollas –con perdón- el no ganar Eurovisión) y si no hay
escándalo la cosa del éxito está más complicada. Porque, no nos engañemos,
como definió un colaborador nuestro (que no se atrevió a publicar su
crítica), lo más atractivo que tiene la última película de Almodóvar
es... “un coñazo” (literalmente). Y hoy el sexo ni siquiera
vende... si no, echad un vistazo a la cartelera y decidme cuántas películas
con magreos serios tenéis a mano (malpensados, quiero decir en cartel):
¡¡y no vale decir que el romance del Episodio II es muy erótico,
porque lo más erótico de esa película es el Yoda con su espada bien
empinada, pese a la artritis!!
El
coleccionista de amantes:
No,
ni hablar. ¡¡No somos una revista del corazón!! Llevamos el cine
entre pecho y espalda, pero no es lo mismo. Aquí no damos direcciones
particulares y mucho menos enviamos fotos de nuestros colaboradores. No
obstante, como tu petición obsesiva raya en la paranoia de Corredor
sin retorno, hemos decidido remitir tus cartas a dos direcciones:
por un lado, a nuestra colaboradora, por si ella decide enviarte de
forma particular tu anhelada fotografía (aunque será vestida,
naturalmente); por otro, la hemos hecho llegar al 091, por si fueran
merecedoras de algún tipo de medida legal. Y, por cierto, si quieres
salir en la próxima película de Santiago Segura, El oro de Moscú,
no es con nosotros con quien tienes que hablar, mejor dirígete
directamente al alcalde de Marbella... allí ha hecho muchos amiguetes
en esto del entretenimiento.
Carla
Inés:
Hola,
nos encanta que una cubana residente en Miami nos siga y, además, con
interés. Tu petición es un poco extraña, así que la transcribimos
literalmente: “Resulta que soy cubana de las que viven hace rato en
Miami. Y he sido aceptada en la EICTV, en el curso regular de dos años
que comienza en septiembre. Pues he tratado de buscar por toooodos lados
alguna organización que me ayude a pagar los gastos de la escuela, pero
en EUA la búsqueda es imposible, a Cuba ni la toman en consideración,
pero a lo mejor ustedes sepan de alguna otra posibilidad, por allá que
son más dóciles con el tema”. Pues ya lo saben nuestros
lectores, no es nuestra costumbre publicar mensajes íntegros (como
tampoco remitimos nuestras fotos, señor coleccionista de amantes), pero
si alguien quiere tirarle un cabo a Carla Inés, aquí va su dirección
de correo (ojo, abstenerse aficionados al cine X): carlaines76@hotmail.com.
Si consigues algún apoyo no dejes de mandarnos una postal de
agradecimiento... Bush no tuvo ese detalle cuando le dijimos dónde se
escondía realmente Bin Laden.
Estimada
Patricia:
Gracias
por tu crítica a nuestra revista, que es también de todos nuestros
lectores, incluida tú misma. Opiniones como la tuya nos ayudarán sin
duda en nuestro constante afán de superación.
Lamentamos
todos los errores cometidos, que sin duda son muchos, y pedimos
humildemente disculpas por ellos, por que si bien somos responsables, no
fueron intencionados.
Responsables.
Es una gran responsabilidad saber que mes a mes llegamos a más
lectores. En primavera de 2001 contábamos con una media de 70
peticiones por página y día, y ahora ya superamos las 450. También
hemos crecido en volumen. La revista cada mes cuenta con nuevos
colaboradores, la mayor parte aficionados cinéfilos con muchas
inquietudes. Brindamos especialmente por ellos. Este crecimiento
conlleva un notable aumento de trabajo extra para algunos de nuestros
"Encadenados", con mención especial de nuestro querido (y
esforzado) redactor jefe. Sin duda sabrás perdonar los gazapos que se
le pasen por alto, mientras se le cae de vez en cuando un ojo sobre el
teclado a altas horas de la noche, revisando cada punto y coma.
En
cuanto a Mr. Arkadin, solo decirte que tras ese nombre se esconde una
persona sin la que Encadenados no habría existido nunca. A él, pues, más
que a nadie, debéis en última instancia el disfrute de esta publicación.
Puede que en algunas ocasiones su redacción sea un tanto prolija, pero,
aunque compartas o no su opinión en las críticas, incluso en las más
duras, hay que reconocer que sus dedos responden a una mente lúcida. Su
profusión de conceptos interconectados son atribuibles sin duda a su
intención de enriquecer la meditación sobre cada obra, haciendo
reflexionar al lector sobre múltiples conexiones con otras ideas.
Nos
llamas profesionales de la comunicación. Quizá te sorprenda saber que
no somos ni más ni menos que un grupo -independiente, tenemos a gala
decir- de cinéfilos. A tal punto independientes que ni desde fuera ni
desde dentro jamás se ha censurado ni impuesto opinión alguna sobre
una sola frase de algún miembro de la asociación. Tampoco a los
colaboradores. Esta independencia parece molestar empero a algunos
sectores del mundo cinematográfico. Peor para ellos. Sin embargo, estoy
seguro de que este no es tu caso. De todos modos lo que pretendemos es
que la calidad de nuestra publicación esté a la altura de otras que
utilizan con mayor propiedad el adjetivo de profesionales, si
consideramos como tales a los periodistas que cobran por sus palabras, y no
a aficionados que roban tiempo a sus familias y quehaceres por amor al
cine.
Te
lo diré de otra forma. Pese a ser un "Encadenado", tengo una
opinión bastante imparcial sobre la revista: hasta la fecha tan solo he
publicado un artículo, ya que mis labores en la revista discurren en
otro sentido. Tampoco me considero precisamente un sesudo cinéfilo como
mis compañeros. Y nada me impide afirmar que Encadenados no debe
envidiar mucho de algunas publicaciones de las de bombo, platillo y
color a toda página.
Pero
el tema que nos ocupaba era el de "Saber escribir". Anotado
queda llamar la atención de todos nuestros redactores sobre este tema
que es sin duda muy importante, te lo digo como firme defensor del
castellano en particular, y de La Cultura en última instancia.
No
me queda sino invitarte a quedar "Encadenada" a nosotros. Tus
opiniones y críticas serán siempre bienvenidas. Creo que puedes
hacerlo bien. Solo espero que todo lo que nos mandes no sea únicamente
críticas constructivas sobre la revista.
Dr.
Sandman.
Y
para que veas que no tenemos ningún reparo en publicar íntegra tu
carta, ahí va el texto que nos enviaste:
Saber
escribir
La
crítica cinematográfica puede ser discutible, aceptable,
revolucionaria, parcial, alentadora, destructiva y muchas otras cosas más.
Lo
que no puede ser, lo que sí que sólo tiene un calificativo, que es
INADMISIBLE, es que una crítica o un artículo de cine estén mal
escritos. Me refiero tanto al estilo como a la ortografía. No
hace falta ser un literato ni miembro
de la Academia. Sólo escribir para que otros lean. Comunicar.
Soy traductora pero no me considero purista lingüísticamente hablando.
Simplemente pretendo comprender un artículo escrito en mi lengua
materna. Poder leer dos frases seguidas sin tener que volver al
principio porque el texto está escrito simple y llanamente, fatal.
Empiezo una crítica de Mr. Arkadin (en particular Salvajes + Intacto) y
de verdad, no puedo leerla. Mr. Arkadin, darling, si no
desempeña usted bien su oficio, que es escribir textos, no tiene
derecho a criticar la manera en que otros llevan a cabo el suyo, que es
dirigir cine. Consiga un manual de gramática y ortografía castellana y
consúltelo cuando piense poner la coma número 2151 de su texto. Y ya
de paso, consiga otro manual sobre cine y aprenda a manejar los términos
cinematográficos como es debido.
Profesionales
de los medios de comunicación:
Pues
eso, comuniquen.
No
quiero crear polémicas ni molestar porque sí. Pretendo con este
mail que piensen un poco antes de destrozar el castellano, que es una
lengua cojonuda (como diría algún literato provocador), rica,
divertida y con miles de posibilidades expresivas.
Patricia
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