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Estamos
ante una revisión de la estupenda película de Max Ophüls, Almas
desnudas (1949) o al menos ante una relectura de la novela que dio
origen a dicho título. ¿Qué hay de nuevo en esta obra? ¿Qué puede
aportar a la propuesta de Ophüls? Realmente poco, o nada. Desde el punto
de vista argumental, y probablemente para señalar un distanciamiento,
bastante absurdo por otra parte, con el anterior filme, se cambia a la
chica (a la que su madre cree autora de un crimen) por un chico. La
historia de amor canalla entre chica bien y chico desaprensivo cuando no
al borde del delito de entonces se transforma (parece ser que la pareja de
directores se proponer dar así un toque de modernidad al relato) ahora en
una relación homosexual entre un chico bien y un personaje bastante
equivoco.
Mientras,
por otra parte, el filme de Ophüls se centraba en la madre y en su
agitación, nerviosismo (expresada magníficamente por una cámara en
continuo movimiento: clara marca personal de “fábrica” del
realizador), éste no se adapta claramente a un determinado punto de vista
ya que (sin saber la razón) alterna unos y otros personajes.
Pero
dejando a un lado el filme interpretado (¡ahí es nada!) por Joan Bennet
y James Mason (difícil intento de olvidarlo), tengo que decir que nos
encontramos ante un filme pobre y mal construido. Ni el personaje
(jovenzuelo) que intenta chantajear a la madre tiene entidad, ni mucho
menos su conversión en “buen chico” enamorado (y no sólo de la
madre) de la vida burguesa y capitalista de sus chantajeados. La secuencia
del infarto del suegro de la protagonista y el posterior auxilio del
chantajeador es, como mínimo, ridícula. Y no digamos del poco
convincente prólogo (la madre acudiendo a un club de mala muerte a ver al
amante de su hijo) concluido con un efecto inclasificable, o los recuerdos
del accidente (que nada aporta a la película) de coche (que no debió ser
para tanto, ya que el coche andar anda aunque, eso si, lleno de
abolladuras, que nadie se preocupa arreglar).
Poco
o nada interesa está increíble historia, repleta de, no se sabe muy bien
la razón, cruces casuales de situaciones y personajes (¿acaso una
reflexión sobre el azar?). Un filme poco lucido y con un desarrollo
pueril en exceso. Por ejemplo es incomprensible el arrojar el cadáver al
lago (por parte de la mujer) y la posterior búsqueda de las llaves. Es
poco creíble no sólo que el cadáver del amante del hijo (el chantaje de
cartas se sustituye aquí –por eso de los nuevos tiempos- por vídeos
comprometedores) se arroje a un sitio de fondos escasamente profundos y de
aguas transparente, aunque quizás el hecho se deba a que así puede ser
encontrado rápidamente el cadáver por la policía (es la única manera
de entender cómo puede ser descubierto inmediatamente), lo que no impide
(vaya con la escenita de “pescar” las llaves del coche arrojándose al
agua la mujer) que luego no descubran (al menos nada se sabe del tal móvil)
el coche (y eso que es llamativo al igual que el utilizado por el
chantajista) del asesinado y que
ha “ocultado” nuestra sufriente protagonista. Ni los personajes
principales, pues, tienen entidad, ni interesan sus problemas. Peor son
los secundarios, puestos sólo como relleno. ¡Que cine este que
padecemos!
Filme
torpe y que opta por un tratamiento de imagen (¿por qué razón?)
brillante debido a una serie de tomas tan insólitas como innecesarias.
Quizás los dos realizadores desean mostrar así su talento, probablemente
consumido por la realización de serie televisivas o de spots
publicitarios. Como se creen genios se permiten entre otras lindezas una
tan descabellada como aquella en la que vemos a la protagonista entrar en
casa a través de una gota de agua (tomada en primer plano) que gotea de
un grifo. Inenarrable.
Como
los personajes viven cerca de un lago, los realizadores tienen otra
ocurrencia: transmitir al espectador que son “peces” prisioneros en su
“pecera”. Un niño, el hijo pequeño de la familia, no se cansa de
decir (para que lo entendamos) que hay distintas clases de peces... Por
esa rebuscada metáfora acuática, se exagera la presencia del agua, que
quiere dominar todo, pero cuya existencia, a veces obvia, desaparece (el
tal sentido) en otros instantes. La gratuidad de los elementos existentes
y de las acciones es total como ocurre con los fundidos entre escena (en
la primera parte) y que se corresponden continuamente con vistas del agua
del lago.
Al
final la casa, en la oscuridad, recupera su tranquilidad. El orden ha
vuelto. Ni siquiera parece importante que el hijo (ya veremos cuando
llegue el padre militar y se entere de eso y... del estropicio del coche)
sea homosexual o se vaya de casa para convertirse en un gran músico
(becado por una determinada universidad, yanqui, de las grandes). La cámara,
en ese plano término, se va alejando, en la noche, de la casa-pecera
aislada, iluminada en algunas de sus habitaciones. Su habitantes peces, en
su totalidad o parte, descansan, algunos no obstante parecen seguir
activos.
Para
remate de fiesta, la trama policíaca del relato queda agazapada, sin
saber cómo se va a resolver, en la penumbra. Y es que el filme no se
centra sólo en un chantaje, sino también en una investigación (eso sí,
marginal) debida al descubrimiento del cadáver de alguien probablemente
asesinado.
Tópica,
pobre y predecible. No sé por qué dos directores se empeñaron en volver
con un filme mediocre, predecible y prescindible (siento hablar otra vez
del filme de Ophüls) sobre una película (que recomiendo a quien la
desconozca para que compruebe la diferencia entre ambos títulos) antigua
hermosa e inquietante, que suponía toda una e una lección de cine. Lo
mejor, sin duda, la interpretación de la protagonista, Tilda Swinton. Lástima
de tiempo (y de dinero) empleado en su realización y en su visión.
Adolfo
Bellido
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EN
LO MÁS PROFUNDO
Título
Original:
The deep end
País y Año:
Estados Unidos, 2001
Género:
DRAMA
Dirección:
Scott McGehee, David Siegel
Guión:
Elisabeth Sanxay Holding, Scott McGehee,
David Siegel
Producción:
i5 Films
Fotografía:
Giles Nuttgens
Música:
Peter Nashel
Montaje:
Lauren Zuckerman
Intérpretes:
Tilda Swinton, Goran Visnjic,
Distribuidora:
20th Century Fox
Calificación:
Todos los públicos
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