Una
partida de cartas que resultará crucial para la vida de la protagonista
es el punto de partida de la segunda película de Mónica Laguna (la
anterior, producida por Pedro Almodóvar, fue Tengo una casa), una madrileña, licenciada en Ciencias de la
Información, directora de un par de cortometrajes y, ahora, producida por
el todopoderoso Andrés Vicente Gómez, en compañía de Enrique Cerezo, y
distribuida por la empresa del primero, Lola Films. A partir de esta
escena, sucesivos flashbacks nos
mostrarán cómo se inició en el mundo del juego a los siete años y cómo
ya era una consumada estafadora a los quince. La vuelta al presente servirá
para hacerla reflexionar, provocar la muerte de uno de los pocos seres
queridos que le quedaban y, finalmente, confirmarnos que es una ludópata
empedernida y que no tiene solución.
En la
rueda de prensa de presentación del filme en Valencia, su directora
hablaba de la protagonista (excelente en su cometido Ana Torrent) tenía
capacidad de elección y elegía jugar, incluso Mónica Laguna intentaba
justificar la actitud de su personaje asegurando que “uno no elige ser
jugador de póker, sino que es el póker quien le elige”.
Bonitas
palabras, una pena que esto simplemente no está dado en Juego
de Luna, una película que pierde su interés pasada la primera media
hora (la escena inicial, excelentemente planificada, y los dos flashbacks)
para mostrarse a continuación morosa, reiterativa, repetitiva en sus
planteamientos morales y, finalmente, aburrida.
¿Qué
significa todo esto?
Estamos
ante una “nueva realizadora” (aunque su primer largo ya tiene seis años)
que logra estrenar gracias al apoyo de una productora-distribuidora fuerte
en nuestro país.
Pero
tanto esfuerzo apenas merece la pena. Mónica, sin duda entusiasmada por
la idea de descubrir que en Madrid también hay jugadores profesionales y
garitos dedicados a largas partidas donde los millones cambian de mano con
facilidad, se empeña en demostrarnos la “credibilidad” de ese
submundo. Vale, no dudamos que existe. Pero ¿y su personaje? ¿dónde está
la evolución? ¿dónde está su forma de interesar al espectador?
La película
se centra en Luna y si su evolución (si es que existe, porque su punto de
partida y llegada acaban siendo el mismo) no interesa, la verdad, la película
tampoco.
Queda,
por salvar algo, la ya citada interpretación de Ana Torrent, la suave y
agradable música a base de guitarras de Suso Sáiz y un planteamiento
visual atractivo en las partidas, sobre todo en las primeras escenas,
donde los continuos movimientos envolventes de cámara transmiten a la
perfección la idea de “encerrona” que es toda partida de póker...
finalmente ese mismo planteamiento, cuando se repite una y otra vez, acaba
siendo como el resto de la película: monótono y aburrido.
Mr. Kaplan
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JUEGO
DE LUNA
País
y Año:
España, 2001
Género:
DRAMA
Dirección:
Mónica Laguna
Guión:
Mónica Laguna
Producción:
Lolafilms S.A. , Iberoamericana Films
Fotografía:
Teo Delgado
Música:
Suso Sáiz
Montaje:
Pablo Blanco
Intérpretes:
Ernesto Alterio, Ana Torrent, Carlos Bardem,
Carlos Caniowski, José Pedro Carrión, Jorge De Juan
Distribuidora:
Lola Films
Calificación:
No recomendado menores de 13 años
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