Érase
una vez el dogma...
El
13 de Marzo de 1995, los cineastas Lars von Trier, Thomas Vinterberg,
Soren Krag-Jakobsen y Kristian Levring firmaron el Manifiesto Dogma 95,
desafiando así las reglas cinematográficas establecidas y atrayendo el
interés internacional hacia el cine danés. Con su “promesa de
castidad” se comprometían a defender la verdad sobre la estética: las
películas deben ser filmadas en 35 mm y en escenarios naturales, no en
decorados preparados en los estudios; el sonido debe ser directo y no se
empleará música; se filmará con cámara en mano o al hombro, sin luz
artificial, efectos especiales o filtros; la película no puede tener una
acción o desarrollo superficial (quedan prohibidas las armas y los
asesinatos), ni se recurrirá a alteraciones de tiempo y/o espacio.
Finalmente, el director niega su condición de artista, por lo que su
nombre no debe aparecer en los créditos.
Estas
son las reglas seguidas por Celebración (Festen, Thomas
Vintenberg, 1998), Los idiotas (Idioterme, Lars von Trier,
1998), Mifune (Mifunes sidste sang, Søren Kragh-Jacobsen,
1999), Lovers (Jean-Marc Barr, 1999) o The King Is Alive (Kristian
Levring, 2000). Curiosamente, los propios Vintenberg y von Trier no
tardaron en romper sus propias normas al recurrir al vídeo digital en Celebración
y Los idiotas.
Este
innovador y arriesgado movimiento nació como un manifiesto político,
pero también como un juego en el que las reglas tenían como objetivo la
liberación y la creatividad. Su premisa era que los límites estimulan la
imaginación. Las producciones adscritas al Dogma crearon una gran
controversia en el mundo del cine, pero también generaron unos notables
ingresos económicos. Propusieron una renovación y lo consiguieron. Sin
embargo, ahora todo parece indicar que se impone un cambio: no nos podemos
quedar ahí, que hay que seguir evolucionando.
...
Y su contrapartida
Esto
parece saberlo Vinterberg mejor que nadie, quien en su nueva película,
It´s All About Love, trata de "poner del revés todos
los principios del Dogma". Esta contradicción al decálogo que
firmara ocho años antes tiene como fin contrarrestar el aburguesamiento
al que ha llegado el manifiesto. En este filme encontramos estrellas
hollywoodineses, alteraciones espaciales, maquillaje y vestuario, música
(magnífica partitura del compositor habitual de Krzysztof Kieslowski, el
polaco Zbigniew Preisner), armas y asesinatos, efectos especiales y un
manifiesto afán esteticista reflejado en las hermosas imágenes
fotografiadas por Anthony Dod Mantle, director de fotografía británico
afincado en Dinamarca.
It´s
All About Love nos
llega casi cinco años después del éxito paralizante de Celebración,
que fue galardonada con el Premio Especial del Jurado en Cannes 1998. El
miedo a no cumplir las expectativas creadas en torno a él y la indecisión
ante varias ofertas recibidas de Hollywood retrasaron el proceso de creación
de la siguiente película de Vinterberg. Finalmente, con un presupuesto de
11,5 millones de euros, el director danés se decidió a “escupir a la
cara de Dogma, pero manteniendo una de sus características más genuinas:
la innovación”. El filme tenía que haber sido estrenado en el pasado
Festival de Cannes, pero la organización del certamen lo rechazó, según
explica el propio director, por no ser lo que se esperaba de él.
En
España, película de Vinterberg ha sido estrenada en la ceremonia
de clausura de la XVIII edición del Festival Internacional de Cine Cinema
Jove de Valencia, que le ha dedicado una retrospectiva. El director señaló
que se trata de un filme poco convencional y propuso verlo como si fuera
un sueño.
La
película nos sitúa en un futuro próximo, en un mundo al borde del
colapso cósmico donde ha desaparecido ley de la gravedad en Uganda, nieva
en pleno verano y la gente cae fulminada en la calle por falta de amor sin
que ello cause la menor perturbación en los viandantes. John (Joaquin
Phoenix) hace una breve escala en Nueva York para entregar los papeles del
divorcio a Elena (Claire Danes), una famosa estrella del patinaje sobre
hielo. Ella no se presenta en el aeropuerto y John se da cuenta
gradualmente de que Elena se encuentra en un grave peligro. Entonces
decide quedarse y ayudarla. Porque el amor es lo que importa.
Según
han declarado los autores del guión, el propio Vinterberg y Mogens Rukov,
su objetivo era tratar de retratar subjetivamente el mundo en el que
vivimos, un mundo en el que las personas hacen de su carrera profesional
el sentido de su vida. Según Rukov, “el mundo en el que vivimos no está
lleno de conspiraciones, sino de racionalidad; de una racionalidad
aparente. Estamos habituados a que nos lo den todo hecho, no asumimos la
responsabilidad de nuestras vidas. Andamos sonámbulos por la vida”.
Vinterberg añade: “Lo que queremos decir con esta película es que se
puede morir de esto. Si no estamos realmente presentes en nuestra propia
vida, el corazón deja de latir.”
Pese
a tan ambiciosas intenciones y a que personalmente agradezco que la cámara
deje de oscilar como loca (evitándome el tremendo dolor de cabeza que me
provocó la visión de Los idiotas), It’s All About Love
resulta un filme confuso, incongruente y con momentos francamente
tediosos. Plantea ideas interesantes que no se saben aprovechar o resolver
satisfactoriamente. Esta es una obra que denuncia la indiferencia ante el
prójimo en un mundo en el que el trabajo se ha convertido en la máxima
prioridad. Sin embargo, tanto la historia como la construcción de los
personajes resultan tan poco coherentes y esquemáticos que no llegamos a
identificarnos con ellos. Joaquin Phoenix y Claire Danes, además de no
dominar la constancia de sus acentos polacos, parecen tan confusos con sus
personajes como nosotros. El resultado es, precisamente, que nos mostramos
indiferentes ante la suerte de los protagonistas. La impecable puesta en
escena (música, escenarios, fotografía) consigue una atmósfera casi mágica,
pero la historia no nos conmueve (y eso que el final no puede ser más trágico).
Todo su potencial romántico, poético, lírico, se queda a medio camino.
Aunque
tratemos de ver la película como un sueño, una fábula o un cuento de
hadas, no tenemos más remedio que confesar que el esperado regreso de
Vinterberg ha sido decepcionante. Una vez se ha sacudido la parálisis
creativa causada por la celebridad, quizás recupere el tono narrativo en
su siguiente proyecto, Dear Wendy, que se encuentra en fase de
preproducción. El guión es de su amigo Lars Von Trier y será la primera
vez que dirija una película que no ha escrito él mismo. Veremos.
Lucía
Solaz
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