|  Fue
      en julio de 1990 cuando por primera vez los tres tenores más famosos del
      mundo (que no los mejores) se reunieron para dar un recital de ópera en
      las Termas de Caracalla: era un paso más en el un proceso de popularización
      y “democratización” de unas de las más elitistas y cultas formas de
      música. El rotundo éxito mundial hizo que el recital se repitiera, que
      la vulgarización trivializada sobre esa música aumentara: esto, servido
      con la cicatera competencia de los divos de la ópera, sus riñas y manías,
      han dado pie para que nuestro cineasta Manuel Gómez Pereira realizara una
      comedia de resultados muy irregulares sobre la divertida y poco armoniosa
      trastienda del mundo de la ópera.
 El filme
      arranca diez años antes, en la realización de un recital todavía
      realizado en un palacio de la ópera (ahora ya ha se han abandonado los
      teatros de la ópera por grandes estadios). Antes de 
      salir al escenario los tres divos –uno español otro francés y
      el otro italiano- se enzarzan en una trifulca que después se repite entre
      los mismos espectadores. Diez años después los tres tenores vuelven a
      encontrarse en el lujoso palacio de uno de ellos, después de increíbles
      “líos” familiares, invitados para la boda de su hija. Allí de nuevo
      comienzan las insidias, los celos, las envidias y sus manías. Seguramente
      el director de esta película sea el cineasta español mejor dotado para
      la comedia, ayudado por un buen equipo de guionistas, pero casi siempre
      sus filmes no llegan a cuajar del todo: en este su último filme rinde
      tributo al gran género de la alta comedia americana, el slapstick
      y la comedia disparatada. Pero verdaderamente no lo consigue: su tendencia
      al desmadre, a la gesticulación y al subrayado hacen que la película
      desafine. Los mismos actores principales, a excepción de Joe Mantenga, en
      muchos momentos sobreactúan. Este Desafinado
      tiene entonces momentos muy divertidos y descacharrantes que recuerdan a
      la más brillante comedia americana y que citan burdamente a algunas
      famosa películas: el filme guiña un ojo a Historias
      de Filadelfia, tiene algo de El
      guateque e incluso en algunos momentos recuerda a La
      regla del juego. Pero Gómez Pereira no es Cukor ni 
      Edwards ni Renoir y estas referencias andan tan altas que
      evidencian la debilidad de esta cara producción rodada en inglés de Andrés
      Vicente Gómez, nuestro avispado productor que está haciendo un grave
      perjuicio con su política de producción al cine español. Está claro
      que no es Elías Querejeta. Otras veces decae en situaciones tediosas o se
      pierde en seguir personajes desdibujados y de nulo interés, como ocurre
      en el primer tramo del filme o historias amorosas de escaso de interés.
      El ritmo del filme está sin embargo muy bien adecuado y de vez en cuando,
      algún “gag” acertado puede hacer reír al público: quizá su última
      secuencia, con esa referencia atrevida (?) a nuestro rey. Película
      para pasar un rato agradable y que apunta ferozmente al mundo de los
      buscadores del éxito por el éxito, a los vanalizadores del arte con tal
      de embolsar en sus bolsillos cualquier ganancia y a los que sólo desean
      en la vida alimentar y satisfacer su propio ego, sin pensar que andan
      cayendo en el más grande de los desprestigios y ridículos.
       José Luis
      Barrera                
     | DESAFINADO Título
      Original:Desafinado
 País y Año:
 España, 2001
 Género:
 COMEDIA
 Dirección:
 Manuel Gómez Pereira
 Guión:
 Joaquín Oristrell, Yolanda García Serrano,
      Juan Luis Iborra, Manuel Gómez Pereira
 Producción:
 Lola Films
 Fotografía:
 Juan Amorós
 Música:
 Bernardo Bonezzi
 Montaje:
 José Salcedo
 Intérpretes:
 Joe Mantegna, George Hamilton, Danny Aiello,
      Ariadna Gil, Anna Galiena, Claudia Gerini
 Distribuidora:
 Lola Films
 Calificación:
 No recomendado menores de 7 años
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