Es
evidente desde el mismo cartel de Cherry Falls, que se trata de una
película de serie B, pero este no es su problema. No es su falta de
presupuesto lo que la hace hundirse en calidad, sino su ambigüedad ¿Risa
o miedo? Miedo ninguno, y risa demasiada, además en los momentos en los
que se buscaba lo primero.
Parte del cine de
terror de serie B, se caracteriza por satirizar el producido por sus
hermanos mayores, ofreciendo resultados carentes de pretensiones la mar de
entretenidos. Por momentos, este seria uno de esos casos. La idea de laque
parte, tiene su mala uva: un psicópata asesina solamente a alumnos de un
instituto que nunca hayan mantenido relaciones sexuales; esta información
se filtra hasta las víctimas potenciales y ponen una solución, montar
una orgía. Y mientras se preguntan si deben, quieren y con quien hacerlo,
avanza la película. Un giro de tuerca más, habría sido que un padre
violara a su hija para salvarla, pero no sucede, aunque por un instante,
existen indicios.
La
catástrofe total, pasando por alto otras muchas cosas que llevan a la
misma conclusión, llega a la hora de resolver la personalidad del
asesino: un señor disfrazado de su madre. Esto ya no tiene gracia, bueno
sí, si pensamos en lo que podría decir al respecto Sir Alfred. El
resultado sería comparable con la no menos nefasta Distracción
Fatal. De esta forma, hemos pasado de la a veces curiosa serie B, a la
más lamentable
parodia.
Israel
L. Pérez
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Cherry
Falls
EEUU,
2000
Director:
Geoffrey Wright
Guión:
Ken Selden
Fotografía:
Anthony B. Richmond
Música:
Walter Werzowa
Intérpretes:
Brittany Murphy, Jay Mohr, Michael Biehn.
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