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JUANA
LA LOCA
Por
Patricio Ruiz Adsuar
Acabo
de ver Juana la Loca en el cine
coincidiendo con su salida en vídeo. Pero pienso que el cine ha de verse,
aunque sea la primera vez, en pantalla grande.
La
película está dirigida por Vicente Aranda, que también escribió el guión,
e interpretada por la televisiva Pilar López de Ayala (Báilame
el agua, Besos para todos),
un desconocido Daniele Liotti, Eloy Azorín y Rosana Pastor, entre otros.
Creo
que ha sido un mal año para estrenar la película, pues ha coincidido con
la publicación de varias biografías sobre la soberana castellana, entre
las que cabe destacar “Juana la
Loca, La cautiva de Tordesillas” de Manuel Fernández Álvarez. La
película de Aranda está respaldada por el Ministerio de Cultura, e
incluso creo recordar que la titular de Cultura estuvo en el estreno.
Recordemos
que Juana fue un personaje importante para la Historia. Fue la primera
Reina de España, tal y como la conocemos ahora, cuando sus padres
redujeron el último baluarte musulmán de la península, con la posterior
adhesión de los reinos de Navarra bajo la Corona Castellano-aragonesa, la
América colombina y heredó para su hijo, el futuro emperador Carlos V,
los territorios de sus suegros María de Borgoña y Maximiliano de
Austria. Batalló contra su marido, contra su padre y contra su hijo por
defender sus
derechos como soberana. Pues bien, la película de Aranda no cuenta nada,
o muy de pasada, todos estos apasionantes capítulos de la vida de Juana.
En
mi opinión la película se queda pobre en argumento, para retratar ese
pasaje de la vida de Juana, ya tenemos a la espléndida Aurora Bautista y
su Locura de Amor (Juan de Orduña, 1948). Esta película no aporta
nada más. Y si esa es la historia que queremos
transmitir a los espectadores, ellos sabrán.
En
la película se muestra un vestuario impoluto, ni siquiera las chimeneas
están manchadas de carbón, y de sobra es conocido por las crónicas de
la época que la corte fernandina e isabelina no se caracterizaba por la
limpieza, me remito a la archifamosa camisa de Isabel la Católica. Otro
pasaje de la película es la muerte de Felipe por la ingesta de un vaso de
agua fría tras una jornada acalorada, pues bien, el último tercio de la
película se lo pasa Felipe bebiendo agua, en cristal de Bohemia se supone
que era, hasta que se muere, demasiada agua creo yo.
Sin
duda lo mejor de la película es Rosana Pastor como dueña de la reina.
Para ver película con fondo histórico de Vicente Aranda es necesario no
conocer de antemano la historia real, si no el espectador está perdido.
Si el cine es un vehículo de cultura deberíamos transmitirlo lo más
fiel posible, si queremos que las futuras generaciones
beban de ÉL.
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