EL
CINE VIAJA A TRAVÉS DEL TIEMPO
Por
Evaristo Martínez
En
marzo dos estrenos retoman el anhelo del ser humano de conocer épocas
pasadas y futuras y poder incidir en el desarrollo de acontecimientos históricos.
Es una buena oportunidad para repasar las principales aportaciones del
cine a esta particular vertiente de la ciencia-ficción.
Simon
Wells, bisnieto del literato H. G. Wells, ha sido el encargado de llevar
al cine La máquina del tiempo,
obra visionaria escrita por su antepasado a finales del siglo XIX y donde
aparece por primera vez un artefacto que hace posible los viajes en el
tiempo. El filme, de título idéntico al del relato de H. G. Wells,
llegará a nuestro país el 22 de marzo y coincidirá en las carteleras
con la cinta de James Mangold Kate
& Leopold, comedia estrenada en febrero y que presenta a un noble
del siglo XIX enamorando a la rubia Meg Ryan en la Nueva York actual. Sin
embargo, no es la primera vez que la obra de Wells se lleva al cine. Ya en
1960 se realizó una primera adaptación, El
tiempo en sus manos, dirigida por George Pal y con Rod Taylor dando
vida al viajero del tiempo.
Máquinas del tiempo
Era
la primera vez que el cine mostraba una máquina del tiempo, sin duda
mucho más simple que la que aparece en la nueva versión. En ésta es Guy
Pearce quien se desplaza, desde el siglo XIX, 800.000 años en el futuro,
no sin antes haber visitado también el pasado para intentar cambiar
algunos detalles. Esta aportación, ausente en el relato original, es una
de las novedades de la película.
Una
de las versiones más imaginativas de la obra de Wells fue Los
pasajeros del tiempo, dirigida por Nicholas Meyer en 1979. El filme
planteaba la original tesis de que Wells no sólo escribió un relato
sobre una máquina del tiempo, sino que además había diseñado un
prototipo. Malcolm McDowell encarnaba al literato y se veía obligado a
viajar hasta los años setenta para detener a su coetáneo Jack el
Destripador, quien previamente había utilizado el artefacto para evadirse
de la justicia.
Pero
posiblemente la máquina del tiempo más famosa de la historia reciente
del cine sea el coche modelo DeLorean de Regreso
al Futuro (Robert Zemeckis, 1985). Marty McFly, interpretado por
Michael J. Fox, retrocedía gracias al vehículo hasta el año 1955 y
trastocaba el curso de los acontecimientos, abortando el primer encuentro
de sus padres. Primera parte de una exitosa saga y, sin duda, la mejor, Regreso
al futuro goza de un excelente guión que juega con los anacronismos
derivados del contraste entre las dos épocas. Inolvidable es, por
ejemplo, la secuencia en la que Marty McFly asegura que Ronald Reagan, por
aquel entonces actor de segunda fila, llegaría a la presidencia de los
Estados Unidos.
El
cine también ha mostrado la posibilidad de desplazarse a través del
tiempo sin utilizar una máquina, mediante agujeros temporales o portales
de algún tipo. La primera versión de El planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1968) presentaba a
un equipo de astronautas, capitaneados por Charlton Heston, que, por culpa
de una tormenta, aparecían en un mundo poblado por simios con apariencia
humana. Al final, Heston descubría, desolado, los restos de la estatua de
la libertad para asumir que no se encontraba en otro planeta, sino que había
conocido el descorazonador futuro de la humanidad.
La
idea de ser transportado a una época pretérita o futura a través de una
brecha temporal es la que explota, en clave de comedia, la citada Kate
& Leopold y el filme francés Los
visitantes (Jean-Marie Poiré, 1993), en la que un caballero medieval
y su escudero aparecían, gracias a las artes de un mago, en la Francia
actual, donde se encontraban con sus estrafalarios descendientes.
Cambiar la historia
La
opción de poder alterar hechos de relevancia histórica gracias al viaje
en el tiempo ha sido abordada en numerosas cintas. En El
final de la cuenta atrás, dirigida por Don Taylor, un portaviones
norteamericano viajaba, también por una tormenta, desde 1980 al año
1941, días antes del bombardeo japonés a Pearl Harbour. Su tripulación
debía decidir si impedir el ataque o dejar que la Historia siguiera su
rumbo.
En
la pequeña pantalla diversas series han tratado la temática de los
viajes temporales. Descuella El túnel del tiempo, emitida por TVE en 1966, donde dos científicos
visitaban cruciales momentos históricos como el asesinato de Lincoln o el
hundimiento del Titanic. Deudora de ésta es A
través del tiempo, proyectada por las autonómicas en los noventa. El
protagonista era también un científico que saltaba a momentos clave de
la Historia norteamericana como la muerte de JFK o la guerra de Vietnam.
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