| EL "OTRO" EDWARDS(Sobre "Chantaje contra una mujer") Por Patricio Ruiz
Si se ponen trascendentes, para algún debate reponen Días de vino y rosas o muestran su historia de amor (y su película) por excelencia, Desayuno con diamantes. Pero hay otro (y otros) Edwards como el de Chantaje contra una mujer titulo “full” de Experiment in terror que es a la vez una gran película policíaca y que, sin embargo, contradice las reglas del género: policías corrientes con métodos rutinarios que, según confiesa Glenn Ford al niño, nunca ha disparado contra nadie; asesinos múltiples con corazoncito; confidentes endurecidos que se ablandan... El género policiaco, no es novedad para Edwards que unos años antes había sido responsable de una serie policíaca para TV, Peter Gunn, y que mas tarde intentaría revivir para la pantalla grande (y algunos guiones que escribió adaptados al género). Con Chantaje contra una mujer Edwards consigue una gran película que con los años será una más de las películas “pirateadas” de la historia del cine ¿Cuántas veces hemos visto en otras películas la escena del crimen en el taller de maniquís?¿No nos suenan a muy conocidas las secuencias finales en el estadio deportivo...? El inicio de la película con el primer plano de Lee Remick y la respiración sibilante del asesino durante diez minutos es una muestra de la maestría de Edwards en eso que los técnicos llaman timing y en la que Edwards está a la altura de Hitchcock, maestro de maestros. El agente del FBI Glenn Ford busca una asesino múltiple. El talento no es precisamente el fuerte de Mr. Ripley (Glenn Ford) , solo es el clásico policía concienzudo que se limita a aplicar el caso a un rutinario manual. Lee Remick ni siquiera, en el filme, se enamora de él contraviniendo una de las mas clásicas reglas del género. Edwards ama el cine y lo homenajea (no plagia) siempre que puede. De hecho ha conseguido la película homenaje mas completa al Cine y sus géneros con La carrera del siglo y con amor, no con parodias. En Chantaje contra una mujer hay homenajes a The Keystone Cops., quintaesencia del cine mudo (el padre de Edwards era director de películas mudas), a Psicosis con la aparición del asesino caracterizado de viejecita, Bellido dixit. Y a El tercer hombre: la aparición del asesino frente a la casa de la mujer oriental es una clara referencia a la que mostraba a Orson Welles frente a la de Alida Valli, cuando al iluminarse una ventana es “descubierto” en su escondite. Y hay también un tigre premonitorio al que aparece, en La pantera rosa y La carrera del siglo eso sí, sin el champagne de las inolvidables fiestas edwardianas.
1962, Experiment in terror: un asesino múltiple es perseguido por un agente del FBI, el clásico pies planos. Ford/Ripley. Rodada en glorioso blanco y negro. 1991, El silencio de los corderos: un asesino múltiple es perseguido por una agente especial del FBI, Jodie Foster/Clarice, universitaria superdotada. Un filme rodado a todo color. Cinematográficamente, entre ambas películas, no hay color.
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