La saga continúa
Escribe Lucía Solaz Frasquet
Por fin se acerca a nuestras pantallas la muy esperada continuación de Crepúsculo y nadie duda que va a convertirse en un éxito de audiencia similar a su predecesora. Si las novelas de Stephenie Meyer están constituyendo todo un fenómeno global, lo mismo se podría decir de sus adaptaciones cinematográficas.
Cifras, cifras
Hace un año se estrenaba Crepúsculo, una película de las llamadas independientes (es decir, no producida por uno de los grandes estudios hollywoodienses), cuyo presupuesto había sido de unos modestos 37 millones de dólares. Su recaudación en taquilla ha superado los 383 millones de dólares. El DVD vendió más de 3 millones de copias el día que salió a la venta y lleva camino de convertirse en el DVD más vendido de 2009. Su banda sonora, compuesta por Carter Burwell y con canciones de grupos como Muse, Paramore, The Black Ghosts, Linkin Park, Perry Farell, Iron & Wine y Blue Foundation, también ha batido records con sus 20 semanas en el Top 10 y más de dos millones y medio de copias vendidas.
Antes de Crepúsculo, Summit Entertainment era una compañía recientemente constituida con dificultades para hacerse un hueco en Hollywood. Ahora se encuentra en el octavo lugar. Robert Pattinson era un joven actor británico a punto de dejar su sueño de hacer carrera en el mundo del cine. Ahora, nombrado por People Magazine uno de los "hombres vivos más sexys", apenas puede hacer una aparición en público sin provocar desmayos.
A principios de noviembre de 2008, poco antes del estreno de Crepúsculo, Summit anunció que había obtenido los derechos del resto de la saga: Luna nueva, Eclipse y Amanecer. El 22 de noviembre, el día después del estreno de Crepúsculo (que generó la friolera de 70'5 millones en su primer fin de semana), Summit había dado definitivamente con su gallina de los huevos de oro y confirmó que iban a iniciar la preproducción de Luna nueva.
La guionista Melissa Rosenberg entregó el primer borrador esa misma semana y a principios de diciembre se anunció que Catherine Hardwicke no se encargaría de la dirección de la segunda entrega. La razón que dio la cineasta es que, con el apretado calendario propuesto por la productora, no podría conseguir la calidad a la que aspiraba. Así pues, una Hardwicke con el corazón roto fue reemplazada por Chris Weitz, productor entre otras de las dos American Pie (1999 y 2001), guionista y codirector de Un niño grande (About a Boy, 2002) y guionista y director de La brújula dorada (The Golden Compass, 2007).

Mientras tanto, a la antigua diseñadora de producción Catherine Hardwicke le llueven las ofertas. Actualmente está trabajando en Hamlet, que será protagonizada por su viejo conocido Emile Hirsch, y tiene cuatro proyectos más en desarrollo, incluyendo una adaptación en clave gótica de Caperucita roja.
Summit le dio la luz verde a la adaptación de la tercera novela, Eclipse, en febrero de este año. Dado que Weitz había de estar ocupado con la posproducción de Luna nueva, el elegido para dirigir la tercera entrega ha sido David Slade. El cineasta británico, más conocido por haber dirigido varios vídeos musicales de Muse y de artistas como Aphex Twin, Rob Dougan, System of a Down, Stone Temple Pilots, Tori Amos y The Killers, es también el director del provocativo thriller psicológico Hard Candy (2005) y la película de vampiros 30 días de oscuridad (30 Days of Night, 2007). El rodaje concluyó a finales de octubre en Vancouver Film Studios y su estreno se prevé para el 30 de junio de 2010. Su director de fotografía, por cierto, vuelve a ser el gran Javier Aguirresarobe.
La cuarta y última entrega, Amanecer, todavía no ha empezado a producirse, pero Summit ha anunciado que tiene toda la intención de llevarla a la pantalla. Buena suerte con el bebé...
Un fenómeno llamado Meyer, Stephenie Meyer
Los cuatro volúmenes que componen la saga de Crepúsculo han vendido más de 70 millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a 37 idiomas. USA Today nombró a Stephenie Meyer "Autora del año" en 2008, cuando fue la escritora que más libros vendió en Estados Unidos (nada menos que 29 millones). Meyer apareció en el número 49 de la lista de las 100 personas más influyentes de 2008 de Time magazine y en 2009 ha sido incluida en el número 26 de la lista Forbes de los famosos más poderosos con ganancias anuales que superan los cincuenta millones de dólares.
Con estas cifras, ¿a quién le extraña que Meyer también esté atrayendo todo tipo de críticas encarnizadas? Habría que preguntarse cuántas de estas críticas están justificadas y no empujadas por ese demonio verde llamado Envidia.
Como decía hace un año en mi crítica de Crepúsculo (1), Stephenie Meyer sabe que no suyo no es la Literatura con mayúsculas. El lenguaje, bastante limitado, está lejos de ser perfecto, las tramas tienden a dilatarse innecesariamente y también se podría decir mucho de su conservadurismo y de su insistencia en el tema del sacrificio.
A pesar de esto, Meyer es una excelente contadora de historias que ha conseguido conectar con millones de lectores. Existe un prejuicio entre los rancios guardianes de la cultura según el cual la calidad artística está reñida con la popularidad. Si algo entra en la lista de superventas, entonces no puede ser bueno. Bien, señores y señoras, quizá ha llegado el momento de dejar el esnobismo a un lado y reconsiderar esas viejas ideas preconcebidas.
Algo así han debido pensar en la Universidad de Oxford. En octubre de 2009 apareció una (sorprendente) noticia en el periódico británico The Daily Telegraph en la que se decía que, en la entrevista de acceso, a los estudiantes que quieren estudiar literatura inglesa en Oxford pueden caerles tanto preguntas sobre Shakespeare como sobre la saga de Crepúsculo. La universidad, conocida por su riguroso proceso de selección, está interesada en saber lo que leen los alumnos al margen de los textos escolares y averiguar cómo piensan por sí mismos. El mito vampírico, al fin y al cabo, tiene una larga tradición literaria.
Personalmente, me quito el sombrero cuando un libro consigue llamar la atención de nuestros adolescentes perpetuamente unidos a sus móviles, consolas y ordenadores. Lo cierto es que, desde el fenómeno de Harry Potter, nunca se ha visto a tantos jovencitos enganchados a un libro. Y es que las novelas de Meyer tienen algo seriamente adictivo. Lo mejor es que han animado a jóvenes de todo el mundo a leer obras que, de otro modo, jamás hubieran considerado.
Las ventas de la única novela de Emily Brontë Cumbres borrascosas, mencionada en varias ocasiones en la saga, se han disparado. Shakespeare ha adquirido una nueva dimensión en las aulas y lo mismo ocurre con las novelas de la brillante Jane Austen, en mi opinión una de las mejores escritoras de la historia. Lectora empedernida, las recomendaciones literarias y musicales que Stephenie Meyer realiza en su página web tienen un impacto inmediato.
Las críticas de la adaptación cinematográfica de Crepúsculo han sido tan variadas como las recibidas por el libro de Meyer. La película parece que fue pensada para los fans de la novela, capaces de rellenar los huecos de información que la película no logró mostrar. Aun así, conozco casos de personas que, estimuladas por la película, se lanzaron a devorar los libros y ahora son absolutas conversas.
Mientras la mayoría de los no iniciados en la fuente literaria no entendían a qué venía todo el alboroto, otros recordaron sus propias fantasías y angustias adolescentes y disfrutaron de este romance vampírico.

No se vayan todavía: aún hay más
No se puede negar que Hollywood ha encontrado en Meyer un gran filón. Su primera novela dirigida al público adulto, The Host (publicada en España como La huésped), permaneció 26 semanas en la lista de superventas de The New York Times y es muy posible que se convierta en otra trilogía.
Los productores Nick Wechsler, Steve y Paula Mae Schwartz, responsables de The Road (John Hillcoat, 2009), magnífica adaptación de la novela de Cormac McCarthy, persiguieron a Meyer durante meses. La autora había declinado numerosas ofertas con anterioridad y Wechsler y los Schwartz consiguieron que les vendiera los derechos de su novela gracias a una visión bastante impresionante del proyecto y un espíritu colaborador.
Es septiembre se anunció su adaptación a la gran pantalla y también el nombre de su director, Andrew Niccol. La autora ha estado muy implicada en la adaptación cinematográfica de la saga de Crepúsculo con tan buenos resultados que los productores han querido aprovechar su buen ojo. Nick Wechsler, Steve y Paula Mae Schwartz consideraron al director neozelandés cuando le preguntaron a Meyer por sus películas favoritas de ciencia ficción y ella mencionó Gattaca (escrita y dirigida por Andrew Niccol en 1997) y El show de Truman (escrita por Niccol y dirigida por Peter Weir en 1998).
The Host parte de una premisa fabulosa, un romance a tres bandas con sólo dos cuerpos, que por desgracia no tarda en naufragar por todas partes. A pesar de esto, creo que Niccol y los productores podrán eliminar sin problemas toda "la paja" de la novela y extraer una película más que decente. ¿Alguien duda que tiene una audiencia garantizada?
La saga continúa: Luna nueva
Con una fuerte influencia de Romeo y Julieta y ecos de Cumbres borrascosas y Jane Austen, Luna nueva se publicó en Estados Unidos en septiembre de 2006 y se convirtió en el libro para jóvenes más vendido del 2008. Su título hace referencia a la fase más oscura del ciclo lunar y su tema principal, de acuerdo con la autora, es la pérdida del amor verdadero.
Tras una desafortunada fiesta de cumpleaños, Edward decide que no quiere seguir poniendo en peligro la vida de su amada y desaparece de Forks dejando atrás a una Bella poco menos que en estado catatónico. Meses más tarde, Bella descubre que puede escuchar a Edward cuando se encuentra en peligro y comienza a buscar activamente ese tipo de situaciones.
Su amistad con Jacob se vuelve más profunda cuando le pide que la ayude a reconstruir un par de motocicletas desvencijadas. Mientras tanto, Jacob tiene sus propios problemas, viendo a sus amigos comportarse de forma extraña y unirse a lo que parece ser una secta dirigida por Sam, otro joven de la reserva india. Jacob sufre por fin la transformación en hombre lobo que han estado experimentando sus amigos y se aleja de Bella, a quien no puede revelarle su condición.

Bella tiene un inesperado encuentro con el vampiro Laurent, que le advierte que Victoria está buscándola para vengar la muerte de James. Cuando está a punto de matarla, un grupo de lobos la salva. La joven descubre la verdad sobre Jacob y renueva su amistad con él. Bella se queda en la reserva, donde la manada espera protegerla de Victoria. Jacob la rescata de nuevo cuando casi perece tras saltar en los acantilados y Bella se plantea un futuro con él.
Alice, que ha tenido una premonición en la que Bella moría, regresa a Forks. Rosalie ya ha informado a Edward de la muerte de Bella y él decide cometer suicidio obligando a los Vulturi, una especie de realeza vampírica que reside en Italia, a matarlo. Ahora es el turno de Bella de tratar de salvar a Edward, algo que pondrá a prueba su relación con Jacob.
Los actores de Crepúsculo (que tienen asegurada la fama de por vida) vuelven a retomar sus papeles y solamente Taylor Lautner vio en peligro su permanencia. Debido a los cambios físicos que experimenta el personaje de Jacob Black, Weitz consideró reemplazarlo. El joven actor, que además de poseer los dientes más blancos de la galaxia, tiene un ejército de fans tan numeroso y entregado como Edward/Rob Pattinson, se puso a levantar pesas como un loco y aumentó varios kilos de puro músculo para asegurarles al director y a la productora que podía con el desafío.
Las nuevas adiciones incluyen Chaske Spencer (Sam Uley), Tinsel Korey (Emily), Tyson Houseman (Quil), Alex Meraz (Paul), Kiowa Gordon (Embry Call) y el veterano Graham Greene, miembros de la tribu Quileute, algunos de lo cuales tienen la capacidad de metamorfosearse en lobo cuando hay vampiros en la vecindad.

En Italia encontramos a los Vulturi, un antiguo grupo de vampiros liderados por Michael Sheen (Aro), Jamie Campbell Bower (Caius) y Christopher Heyerdahl (Marcus). Dakota Fanning interpreta a Jane y Cameron Bright a su hermano Alec.
Crepúsculo se filmó en Portland (en el condado de Oregon), pero las secuelas se han rodado en Vancouver (Canadá). El diseñador de producción David Brisbin se aseguró de que las localizaciones clave (las casas de Bella y Edward, el instituto) se reconstruían al milímetro (con la sola adición de una nueva ventana en la habitación de Bella para que Jacob pueda hacer una entrada triunfal). A finales de mayo de 2009 la producción viajó a Montepulciano para filmar las escenas que transcurren en Italia.
Chris Weitz trajo consigo al compositor de La brújula dorada, Alexandre Desplat, aunque son las canciones que integran la banda sonora las que han generado casi tanto interés como la propia película. Elegidas por la misma supervisora musical de Crepúsculo, Alexandra Patsavas, se trata de canciones originales y exclusivas de diversos grupos de rock alternativo entre los que se encuentran Death Cab for Cutie, Muse (con un remix de I Belong to You), Thom Yorke, The Killers, OK Go, Band of Skulls, Sea Wolf, etc.
Debido a una demanda sin precedentes, el disco salió al mercado el 16 de octubre, cuatro días antes de lo planeado, y se situó en el número uno tras vender 153.000 copias en la primera semana. Un mes más tarde han superado las 450.000 ventas. La música orquestal compuesta por Desplat, como ocurriera con la de Burwell, se encuentra disponible en otro CD.
Y el director de fotografía es nada menos que Javier Aguirresarobe.
(1) Ver crítica de Crepúsculo en Encadenados.
