Kunis contra los elementos
Simpática comedia acerca de una headhunter, Mila Kunis, que consigue que un joven talento del marketing, Justin Timberlake, acepte una posición en una prestigiosa revista dejando Los Angeles por Nueva York.
Lejos de seguir la estela de la algo provocadora Rumores y mentiras, Will Gluck toma el camino fácil y dirige un filme excesivamente manido que no aporta ninguna novedad en el ya demasiado explotado campo de los amigos que hacen tratos sexuales.
Tras el estreno este mismo año de la cargante Sin compromiso de Ivan Reitman (en la que Ashton Kutcher y Natalie Portman ya demostraron lo insulsos que pueden resultar los “follamigos” o como se guste llamarlos), Gluck nos trae esta Con derecho a roce de trama formalmente similar a la de Reitman, con la que coincide también en contar con una buena actriz que no logra aportar un toque de distinción.
Es curioso lo semejante de ambos proyectos, Ashton Kutcher y el ex NSYNC Justin Timberlake carecen de dotes interpretativas y sólo pueden deleitar con cuatro muecas dirigidas a los corazones más blandos, mientras que sus partenaires femeninas sí han llevado a cabo grandes interpretaciones en su filmografía, de hecho ambas nos obsequiaron con grandes actuaciones en la tremenda Cisne negro, lástima que una sola persona no sea suficiente para que el filme que nos ocupa y su predecesor consigan permanecer en la memoria más allá de su metraje, quedando reducidos a simples productos digeridos con mayor prontitud que las palomitas.
El comienzo de Con derecho a roce es ligeramente esperanzador, con unas escenas iniciales entretenidas y muy bien planteadas que no son más que un espejismo del que despertamos a los pocos minutos, para acabar en un desierto de chistes plagiados y acontecimientos que parecen extraídos de filmes similares. En ocasiones la chispa inicial retorna para volver a apagarse en un breve lapso de tiempo.
Las escenas familiares y sobre el Alzheimer están terriblemente mal enfocadas, quedando aisladas en un película que por definición se mueve en otros derroteros. Este tipo de trama, más seria y realista, ha de incluirse de un modo más adulto, pero si Gluck se decanta por el modus operandi gamberro al que nos tiene acostumbrados, debería hacerlo sin desviarse, evitando crear un desconcierto del que no logra salir victorioso.
Los momentos ridículos son los únicos que se pueden disfrutar de una película que no se muestra pretenciosa pero que no consigue sus propios objetivos básicos, dado que entretiene pero no diverge en absoluto de otras propuestas más conservadoras, que es lo que en principio se pretende.
A pesar de que la química entre Kunis y Timberlake (toda la que se puede tener con un tipo sin personalidad) queda patente desde el primer minuto y de que ella se muestra versátil, capaz de pasar del drama a la comedia sin dificultad, la película no consigue nada más que un par de momentos divertidos y/o emocionantes.
Las hilarantes apariciones de la siempre estupenda Patricia Clarkson y el divertido Woody Harrelson no evitan que se convierta en una mera distracción para la transición del estío al otoño.
Escribe Sonia Molina
Título | Con derecho a roce |
Título original | Friends with benefits |
Director | Will Gluck |
País y año | Estados Unidos, 2011 |
Duración | 109 minutos |
Guión | Keith Merryman, David A. Newman y Will Gluck |
Fotografía | Michael Grady |
Producción | Liz Glotzer, Martin Shafer, Janet Zucker, Jerry Zucker y Will Gluck |
Distribución | Sony Pictures Releasing de España |
Intérpretes | Justin Timberlake, Mila Kunis, Emma Stone, Woody Harrelson |
Fecha estreno | 23/09/2011 |
Página web | http://www.sites.sonypicturesreleasing.es/sites/conderechoaroce_site/ |