Servilismo humillante (noviembre 2008)

  20 Noviembre 2008

Escribe Ángel San Martín Alonso

reina_sofia-1.jpgEn esta ocasión la columna nace del cabreo y la indignación acumulados en el transcurrir televisivo de las últimas semanas. Creo que los programadores sólo se proponen humillar a los espectadores. Sigue clavado en mi retina el circo montado en torno al cumpleaños de la reina Sofía, la extenuante campaña electoral de Estados Unidos y, para remate, la “promo” autocumplida de colar en 59 segundos –me resultó una eternidad– otra entrevista de Esperanza Aguirre.

No entraré en el detalle mayor de si las monarquías son o no un anacronismo en la era de las ciudadanías libres y con reconocidos derechos civiles. Tampoco entraré si en una sociedad sujeta a estos derechos es o no noticiable el que alguien cumpla 70 años, cuando el cuidado público de la salud presenta como logro la longevidad. Nada, pues, parece señalar ese hecho como digno para dedicarle un largo espacio de televisión en horario estelar.

Sin embargo, el primer día de noviembre TVE emitió el especial Sofía, el álbum de una reina con una hora de duración, sin contar su promoción en espacios publicitarios e informativos (telediarios y una pieza en el Informe semanal). No parece que la motivación del especial fuera el cumpleaños de la reina sino, más bien, la publicación de un libro biográfico escrito por una periodista del Opus Dei. Publicación en la que se recogen las opiniones de la homenajeada, algunas de ellas contrarias a lo legislado por el Parlamento. A las demás televisiones, por supuesto, les faltó tiempo para contraprogramar tertulias con las que contribuir al circo.

Es difícil adivinar el interés inicial de los programadores de TVE, pero el especial emitido nos sugiere dos lecturas posibles. La malvada: los autores del documental querían decirnos que la Monarquía es tan de derechas que de ella sólo pueden hablar los de derechas e integristas, como la autora de la biografía. La bienintencionada: a TVE le han vuelto a colar un documental, aprovechando un símbolo del Estado, para publicitar un libro con el ideario del Opus.

Viendo el programa uno se pregunta cómo es posible que sólo aparezca Leire Pajín de la izquierda oficial y Felipe González en plan abogado defensor, todos los demás opinantes eran de la derecha monda y lironda.  ¿Es que no hay nadie de izquierdas con una opinión televisable sobre la persona y obra de la reina? A propósito, cómo es que no se hizo referencia a las biografías publicadas en esas fechas por otros periodistas en editoriales que no eran Planeta. ¿Por qué los telespectadores tenemos que ser víctimas de las guerras de intereses entre los grupos de comunicación?

reina_sofia-2.jpg

Me inclino a pensar que este especial pasó los filtros de TVE porque en su pensamiento débil ya cabe de todo. La otra noche volvimos a ver a la presidenta de la Comunidad de Madrid en 59 segundos largando su ideario neocon disfrazado de liberalismo. Dijo lo de siempre y aprovechó la ocasión para reforzar un poco más su “imagen” pública de persona simpática, verbo fácil y enigmática hablando de su futuro.

esperanza_aguirre-2.jpgEn resumen, nada nuevo. Luego, ¿qué motiva su presencia en TVE y en un programa para todo el territorio? A mayor gloria de la “invitada” contribuyeron de forma inusitada los contertulios, pues no fueron capaces de desmontar con argumentos y datos las constantes falacias, cuando no mentiras, de la entrevistada. Sólo uno de ellos se alteró cuando la invitada repitió por segunda vez que Franco había sido bastante “socialista” y nada “liberal”.

Yo no voté a Obama, porque según creo el simpático muchachote sólo se postulaba para la presidencia de USA. También sé que los poderes fácticos y económicos de ese país llegan a nuestras carteras. Ahora bien, semejante ingerencia no debe llevar aparejada la obligación de ver en las televisiones y radios los pormenores de la campaña electoral de ese país. Más que nada porque tanto Obama como McCain, al menos hasta el momento, son productos diseñados para recabar legitimidad más allá de su circunscripción.

Resulta difícil de entender que las televisiones con nuestro dinero contribuyan al protagonismo de unos personajes que ni siquiera saben dónde vivimos ni cuánto humillan al invitarnos a uno de sus clubs o al recibirnos en visita. Si vamos a tener que aguantar los caprichos del nuevo inquilino de la Casa Blanca, las televisiones podían habernos hablado de cómo financió su campaña, qué “fondos tóxicos” contribuyeron a ella, cuáles son sus deudas y fidelidades con ciertas sectas religiosas o qué piensan hacer con nosotros.

De nuevo volvemos al principio, la televisión parece haber renunciado al laicismo para convertirse en servil de los poderes de siempre y humillante para una gran parte de sus telespectadores. Da la impresión que cada vez más se está convirtiendo en un medio que prefiere el rezo al pensamiento.

barack_obama-2.jpg