Teleósteos visuales (julio 2009)

  23 Julio 2009

Escribe Ángel San Martín Alonso

Las anchoas (del grupo de los teleósteos... que no es un grupo político, pese a todo)Les aseguro que mis conocimientos sobre las taxonomías zoológicas son paupérrimos. Pero el nombre me gusta: a la familia de los teleósteos pertenecen las anchoas que se regalan los políticos entre sí, incluso al presidente Camps. Presente de cortesía afeado y condenado por la alcaldesa de Valencia, según su particular interpretación del código penal.

Tampoco deseo transitar por este jardín plagado de espinas y de resolución incierta. Lo que llama mi atención es cómo en situaciones límite los primeros planos ofrecidos en las noticias de la tele son, si cabe, tanto o más informativos que el relato de la noticia misma. Son planos con ciertas incorrecciones formales en cuanto al enfoque, la iluminación, el "aire", ángulo de toma, temblores y hasta deficiencias en la fuente de sonido.

Elementos formales que se pueden disculpar cuando la imagen logra tal expresividad que hace prescindible cualquier otro comentario. Este sería el caso de ese plano en leve picado, con el rostro desencajado de la alcaldesa de Valencia, farfullando que al Presidente de Gobierno le regala anchoas otro presidente autonómico. En medio de un sol de justicia, embutida en un traje rojo y rodeada de micrófonos aleteando como boquerones, el primer plano de la alcaldesa era toda una estampa del lodazal en el que los políticos profesionales se empeñan en chapotear. Por cierto, los teleósteos sólo habitan en aguas dulces.

Camps, Francisco Camps... no lo olvidéisLa réplica se la dio el mentado presidente de Cantabria que en plano entero, poco iluminado y en ligero contrapicado, decía que sus anchoas también le llegan cada navidad al Sr. Camps. Su rostro, con sonrisa dibujada para la ocasión, no podía disimular la irritación que trataban de ocultar sus palabras desmarcándose del chapoteo valenciano.

La mirada sostenida de la alcaldesa al objetivo de la cámara, medía con idéntico rasero a todo ser viviente, fuera político o sociedad civil. ¿Es así como se debe reafirmar la credibilidad en las instituciones? Mientras que el presidente, desde un plano más largo y con la mirada sin punto en el que fijarla, quería desentenderse de la acusación haciendo un chiste poco elegante. Perplejo, agradecía que tales declaraciones sirvieran para publicitar las anchoas de su tierra, apostillando lo bien que le debían sentar viendo la oronda figura de la alcaldesa. ¿Se puede dirimir la honorabilidad de nuestros representantes, democráticamente elegidos, en el terreno de los jugos gástricos?

Rita Barberá... de rojo, naturalmente

En los informativos de varias cadenas he visto un plano muy parecido de la presidenta de la Comunidad de Madrid, de perfil, poco iluminado, argumentando que el hospital Gregorio Marañón está probando una tecnología muy innovadora para el control de la alimentación de los neonatos. Y lo dice, así, con absoluta serenidad, sobre el cadáver de un bebé que, según todos los indicios, ha muerto por error facultativo. Sin embargo, el primer plano frontal del joven padre del bebé, destila dolor, impotencia ante la desgracia evitable y sólo pide justicia en un país que proclama ser potencia mundial. ¿Así se les paga a quienes han contribuido con su migración y esfuerzo al "milagro económico" fagocitado por unos pocos?

Hace un par de semanas pudimos ver un reportaje de muy buena factura en la Cuatro, sobre la lucha del doctor Montes (anestesista del Severo Ochoa de Leganés), para reponer su honor. Con la excusa de una denuncia falsa, la Comunidad de Madrid cercenó en seco un ambicioso proyecto sobre cómo organizar y practicar la sanidad pública. Las conclusiones insinuadas eran desoladoras, entre otras razones, porque la confianza en los servicios públicos sanitarios se había dinamitado. Estrategia que aparecía con claridad en las declaraciones del por entonces consejero de Sanidad, Sr. Lamela, no dándose por enterado ni de las preguntas de los periodistas ni del mal causado.

Doctor Montes (anestesista del Severo Ochoa de Leganés)

Los hechos posteriores, errores graves en la sanidad pública madrileña, desde el caso Neira, la madre del bebé y ahora también con el bebé, pone de manifiesto que el plan Lamela se cumple. Quizá por ello en el citado reportaje los planos que nos ofrecía del doctor Montes y sus colegas, mostraban rostros arrugados, envejecidos, marcados por la injusticia y la difamación, únicamente por haberse empeñado en hacer bien su trabajo ante una ciudadanía necesitada.

Igualmente plásticos, aunque heterodoxos en lo formal, fueron los primeros planos que nos mostraron al toro empitonando a un mozo en los encierros de San Fermín. Imágenes, manoseadas por algunas teles, en las que aparecía una sanitaria pronunciando la fatídica frase: la cornada es incompatible con la vida.

Sin embargo, en  Comando actualidad (La 1) pudimos ver el despliegue asistencial y la profesionalidad de los facultativos pamplonicas "resucitando" borrachos australianos. ¿Acaso tienen los navarros, ante la enfermedad o el infortunio, el privilegio de ser mejor tratados que los madrileños? ¿No tiene un punto de iniquidad el que una alcaldesa masculle teleósteos como dádivas mientras funcionarios de menor categoría se afanan en hacer bien su trabajo? Y es que, a veces, un primer plano es incompatible con la mentira verbal.

Comando Actualidad