Vendida
como una más de terror con monstruo, para atraer al mayor número de
seguidores del género, y consumida tristemente como un episodio
cualquiera de la serie Expediente X,
Mothman es las dos cosas y ninguna al mismo tiempo. Su referente más
cercano, con el que comparte más elementos sería Premonición de Sam Raimi: un pueblo de la América profunda, su
frialdad, su ambiente enrarecido y sus residentes con una extraña sensación.
Dos
años antes, John Klein, un aceptable Richard Gere, ve como tras un
accidente de tráfico le detectan a su mujer problemas cerebrales
irreversibles. Antes de morir le cuenta haber visto algo el día del
accidente y le muestra unos dibujos del ser. He aquí el gran acierto, el
no mostrar completamente lo que llaman Mothman (hombre polilla) pues a
cada persona que se le presenta le parece una cosa u otra: las siluetas de
un hombre pájaro, una mariposa o un murciélago. Nosotros lo intuimos
constantemente, mediante luces de forma alada o con planos cenitales muy
alejados que muestran su posible punto de vista (en contraste con el resto
de las imágenes en planos muy cortos).
Fruto
de una leyenda, Mothman se muestra ante las personas que van a sufrir algún
tipo de daño próximamente. Se trata de una intuición, premonición o
una profecía, como se prefiera, y la no presencia o su carácter
multiforme se hace interesante ya que no necesariamente ha de tomarse como
un suceso paranormal, sino que puede ser esa extraña sensación de que
algo malo va a ocurrir. De esta forma el filme oscila entre lo racional y
lo inexplicable.
Sin
embargo, la tan extraña llegada de Klein al pueblo (había partido en
dirección opuesta), así como la facilidad con la que la policía (Laura
Linney) le ofrece toda la información para investigar, va mermando el
interés de la película. Para recuperarlo en situaciones como en la que
Klein decide dejar atrás su pasado al negarse a coger la supuesta llamada
telefónica de su fallecida esposa. De igual manera que se vuelve a perder
con el personaje que explica racionalmente las apariciones, o con las
conversaciones Gere con Mothman.
El
final, fiel a la catástrofe ocurrida en Point Pleasant en 1967 (todo el
filme está basado en esto), se ve arreglado para que el protagonista
pueda quedar en paz mediante su heroico acto, desnivela una vez más el
favorable equilibrio del filme, que transmitía él mismo, un concienzudo
periodista que traumatizado por la muerte de su mujer le ha hecho más
perceptivo e intuitivo. Una batalla interna rota también por la falta de
condensación y resumen de los múltiples testigos de las apariciones, que
acaban por ser repetitivos. Al igual que en su anterior película Mark
Pellington (Arlington Road)
no termina de redondear el producto.
Israel L. Pérez
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MOTHMAN, LA
ÚLTIMA PROFECÍA
Título Original:
The
Mothman Prophecies
País
y Año:
EE.UU.,
2002
Género:
CIENCIA-FICCIÓN
Dirección:
Mark
Pellington
Guión:
Richard
Hatem
Producción:
Lakeshore
Entertainment
Fotografía:
Fred
Murphy
Música:
Jeff
Rona
Montaje:
Brian
Berdan
Intérpretes:
Richard
Gere, Laura Linney, Will Patton, Debra Messing
Distribuidora:
Filmax
Calificación:
Todos
los públicos
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