Aunque la nuestra es
una revista de cine, no podemos olvidarnos de ese otro gran devorador de
imágenes que es el público teleadicto, por ello le dedicamos dos
secciones, ésta y Network. En ellas damos un repaso a la
actualidad de la pequeña pantalla en España.
ADIÓS A CQC
Por
Ángel
Esparcia
Ya
es oficial. Tele 5 no ha renovado el contrato de “Caiga quien caiga” (CQC)
y el programa de Globomedia no continuará el año que viene. Estamos,
pues, asistiendo a los últimos “suspiros” de uno de los espacios
televisivos más innovadores de los últimos tiempos.
Según
Tele 5 la decisión ha sido puramente empresarial. Los costes superan a
los ingresos, es decir, lo que paga a Globomedia no lo recupera con la
publicidad que genera el programa. Un razonamiento poco convincente porque
CQC siempre se ha mantenido por encima de los dos millones de espectadores
de media y su “share” ha estado también por encima del promedio de la
cadena. Los “mal pensados” lo han relacionado, en cambio, con la
decisión de la dirección del programa de incorporar a una nueva
“reportera” a la plantilla. Se trataba, ni más ni menos, que de Ana
Botella, esposa del presidente del gobierno (y ¿futura alcaldesa “in
pectore” de Madrid?).
Evidentemente
no es que la Sra. de Aznar hubiera cambiado de profesión, sino que, como
algunos recordarán, Ana Botella ya había hecho sus pinitos de
comentarista televisiva en los tiempos en que Luis Mariñas dirigía los
informativos de Tele 5, hace siete u ocho años, y la dirección de CQC
iba a “aprovechar” sus intervenciones para “intercalarlas” con
noticias del presente. Por lo visto, siguen diciendo los “mal
pensados”, en Moncloa no ha sentado bien esta iniciativa y ha presionado
a la dirección de Tele 5 (¿ha llegado a llamar Aznar a su colega
Berlusconi?) para que pusiera fin al “desaguisado”. De paso desaparecía
de la parrilla uno de los pocos programas críticos con la gestión del
gobierno que estaban en antena.
La
paranoia del PP de que existe una conspiración mediática en su contra
sigue adelante. Sin ir más lejos, el día 2 de diciembre de 2002 el
ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, se refería a la “campaña”
orquestada por Jesús de Polanco y José Luis Rodríguez Zapatero para
desprestigiar al PP por su actuación en la catástrofe del “Prestige”.
Como si los hechos no fueran suficientes para poner en evidencia su
incapacidad e incompetencia más manifiestas.
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