Agua tibia bajo un puente rojo
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Agua tibia bajo un puente rojo

Quizá la voz en off final debería estar al principio, así ningún despistado tomaría por "real" lo que no es más que poesía.Tal vez la advertencia que con voz en off se hace al final de la película debería haberse puesto en su comienzo para así avisar al espectador que la historia que se cuenta en este filme es imposible: ayudaría al incauto a entrar en una película como ésta, que parece estar cerrada bajo las claves japonesas del humor, de la fantasía y de cierto hiperrealismo. Desde luego, y además, refleja sin inconvenientes todo el universo personal de Shoei Imamura, un cineasta anciano japonés (tiene ahora setenta y tres años), de corta pero siempre muy interesante obra.

Se cuenta la historia de un joven en crisis (su matrimonio se ha ido a pique y se encuentra sin empleo) que se entera de la existencia de un tesoro (un buda de oro) oculto en una casa situada en un pueblo costero, en una casa que está junto aun puente de color rojo. Acude pues allí y entabla una relación pasional que tiene la extraña facultad de llenar su cuerpo de agua y expulsarlo durante el coito. Esta agua tibia, que sale en grandes cantidades, llega hasta el río que fluye bajo el puente rojo.

Alrededor de este extraño y fantástico hilo argumental gira un conjunto de personajes que parecen testigos no conscientes de lo que pasa: pescadores de caña, pescadores de mar, un atleta africano, la anciana abuela de la mujer, un mendigo amigo del protagonista, etc. Cada uno va representando distintas actitudes ante la vida con sus distintas visiones, muchas veces teñidas de un fuerte sentido del humor que al espectador occidental se le puede en más de una ocasión escapar.

En toda la película se subraya especialmente el disfrute que nos proporcionan los sentidos.Temas que  preocupan con asiduidad a los cineastas japoneses, y a éste más en concreto, como es la pérdida de la vida tradicional frente a la acometida del progreso, se nos muestran en el filme a través de la visión de las actividades de la abuela que parece estar senil, pero que en el fondo su locura es más bien un sistema de defensa frente a un mundo que ella no quiere aceptar, y que parece haber violado la perennidad de los valores ancestrales (ese sentido puede tener la secuencia de flash-back virado en sepia en la que la protagonista recuerda cómo perdió a su madre en un río que otrora fluía abundante y furioso y ahora es un repugnante riachuelo de aguas casi  estancadas debido a su aprovechamiento por las industrias).

En toda la película aparece un subrayado especial sobre el disfrute que nos dan los sentidos: placeres que redimen la vida de su mediocridad. Especialmente el erotismo, tratado en este filme con un cierto hiperrealismo fantástico: la pareja cuando hace el amor provoca auténticos surtidores de agua, dando a la escena erótica un aire de irreal plenitud y a la vez convirtiendo los extraordinarios fluidos corporales de la mujer en un signo de fecundidad: el agua tibia que llega hasta el río, hace que éste se llene de grandes peces que los pescadores aprovechan. Otra vez Imamura pondera altamente el papel de la mujer, su fortaleza y también su papel benefactor.

Uno de los valores fundamentales de este título es su sentido del humor.Con sentido del humor, a veces con chistes que se repiten (el protagonista siempre alcanza al atleta cuando acude a la llamada del amor) el filme aborda las realidades pluriculturales del mundo en que vivimos, colocando a un africano becado para el deporte en medio de un Japón hipercivilizado y sumamente respetuoso con las leyes establecidas. El atleta negro hace gala de su africanidad en un diálogo delirante que repasa todos los lugares comunes que se tienen sobre la cultura africana o lanzándose al agua con una red para pescar, cosa que escandaliza y después castigan los vecinos nipones.

Agua tibia sobre un puente rojo no se arredra en romper su discurso cómico o dramático. Hay momentos que el filme parece de ciencia–ficción (con efectos especiales incluidos) y en otros se decanta casi hacia el terror fantástico. Estas variaciones hacen que el filme se pueda leer de distintas maneras. Aunque al final el hilo argumental se enrevesa un poco dando lugar a ciertas situaciones repetitivas y confusas.

José Luis Barrera

AGUA TIBIA BAJO UN PUENTE ROJO

Título Original:
Akai hashi no shita no nurui mizu
País y Año:
Japón, 2001
Género:
COMEDIA
Dirección:
Shohei Imamura
Guión:
Shohei Imamura, Daisuke Tengan, Motofumi Tomikawa
Fotografía:
Shigeru Komatsubara
Música:
Shinichirô Ikebe
Montaje:
Hajime Okayasu
Intérpretes:
Koji Yakusho, Misa Shimizu, Mitsuko Baisho, Mansaku Fuwa, Kazuo Kitamura, Isao Natsuyagi
Distribuidora:
Vértigo Films
Calificación:
No recomendado menores de 13 años

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