Confieso
que soy uno de esos fans incondicionales de las novelas de Harry Potter,
porque he sido testigo directo del impacto que produce su lectura en los
niños y en los preadolescentes. Que estos lectores hayan devorado los
cuatro libros hasta ahora publicados no es el resultado de una bien
dirigida campaña publicitaria, como han dicho algunos, sino que es un fenómeno
que tiene mucho que ver con la propia escritura del libro, con su trama,
sus personajes, sus lugares, etc. que nos alejan de tanta literatura
infantil y juvenil trasnochada, donde lo didáctico se impone a lo
literario, y nos acercan al mundo de la imaginación como un elemento
olvidado o arrinconado en este tipo de literatura.
Por
eso, el primer problema, e inicialmente el principal, al que han tenido
que enfrentarse los autores de la versión cinematográfica del primer
libro de Harry Potter, era "dar vida" a lo que sólo estaba en
la imaginación de la autora y de los lectores del libro, y posiblemente
habría tantos Harry Potters o tantos colegios de Hogwarts como personas
(millones) hayan leído el libro. Y sobre esto hay que decir
inmediatamente que la película, a nuestro juicio, realiza un admirable
trabajo, y no defrauda en absoluto.
Hay
que destacar la labor del equipo de dirección artística (incluyendo los
encargados de las localizaciones) y el de efectos especiales, porque han
realizado un espléndido trabajo. Me atrevería a decir, que tal vez nos
encontremos con una de esas películas (y hay bastantes ejemplos en la
historia del cine) donde la labor del director artístico es tan
determinante en
la puesta en escena que el director no tiene más remedio que colocar la cámara
en el único sitio donde "puede" colocarla. Si a esto le añadimos
el magnífico guión que ha sintetizado la historia en poco más de dos
horas, nos encontramos ante el hecho de que al director poco margen de
maniobra le ha quedado.
Y
con esto tal vez hemos salido ganando todos porque los antecedentes de
Chris Columbus no eran como para echar cohetes. Tal vez el propio Columbus
ha sido consciente de ello, ya que también era productor del filme. Y así
se ha demostrado que la autora acertó cuando rechazó la oferta
multimillonaria de Steven Spielberg, porque éste, entre otras
alteraciones de la historia original, quería trasladar la acción a
Estados Unidos: ¿se imagina alguien el colegio Hogwarts como una High
School con alumnos masticando chicle junto a las taquillas y hablando de
sus últimos desengaños amorosos o urdiendo alguna estratagema para
fastidiar a la profesora gorda de literatura inglesa?
En
conclusión, un filme hecho con diginidad y cierta maestría sobre una
obra literaria (que en su estructura, eso sí, ya es muy cinematográfica)
pero que no era fácil adaptarla a la gran pantalla y aquí se ha
conseguido plenamente. Veremos qué sucede con la segunda entrega, a
estrenar en la Navidad de 2002.
Ángel
Esparcia
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HARRY
POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL
Título
Original:
Harry Potter and The Philosopher´s Stone
País y Año:
EE.UU., 2001
Género:
AVENTURAS
Dirección:
Chris Columbus
Guión:
Steven Kloves, basado en la novela de
J.K.Rowling
Producción:
Warner Bros
Fotografía:
John Seale
Música:
John Williams
Montaje:
Richard Francis-Bruce
Intérpretes:
Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint,
Richard Harris, Alan Rickman, John Cleese, Ian Hart
Distribuidora:
Warner Brothers
Calificación:
Todos los públicos
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