Betsy Blair

  02 Abril 2009

Los ojos que hablaban
Escribe Mister Arkadin

Ha muerto a los 85 años. Se la llevaron los idus de marzo. Fue una gran luchadora. Una mujer de rompe y rasga en lucha, siempre, contra la injusticia intentando transformar el mundo en uno más justo.

No hizo demasiadas películas. En parte porque se lo impidieron. Era alguien al que había que controlar, tener fichado. Pero, con todo, no pudieron impedir que al menos nos dejara (pocas pero) excelentes interpretaciones. Ella era Betsy Blair.

Betsy Blair en 'Calle Mayor'

Sus primeros pasos

En su infancia actuó como modelo. Gracias a ello pasó de su pueblo natal en Nueva Jersey a vivir en Nueva York. En el mundo del espectáculo comenzó como bailarina. Fue así como conoció a Gene Kelly (1012-1946) con quien se casó en 1941. Betsy diría de él en su autobiografía, The memory of all that love and politics to New York, Hollywood and Paris (2003), que fue casi todo para ella, su maestro como mujer y como bailarina hasta el punto que la influyó para que desarrollará sus ideas de izquierdas. Aunque eso sí, aseguraba, había terminado siendo más radical que Kelly.

Betsy Blair La oferta que el extraordinario bailarín obtuvo para trabajar en Hollywood fue la que llevó a ambos a la meca del cine. Allí llego la pareja. Quién descubrió el talento de Kelly, y por tanto le dio su primera oportunidad en el cine, fue el buen coreógrafo reconvertido en realizador, Busby Berkeley. El director de los ballets acuáticos y de las enrevesadas figuras geométricas pensaba en Kelly como en el sucesor de Fred Astaire.

No se equivocó. El primer filme en el que intervino Gene Kelly como actor fue en For me and my girl dirigida por el propio Berkeley. Dos años más tarde intervendría en Las modelos de Charles Vidor. Llegó incluso a actuar en un papel dramático en Luz en el alma del realizador especialista en cine negro Robert Siodmak, antes de convertirse en el gran bailarín de la Metro Goldwin Mayer con Levando anclas (1944) a las ordenes de George Sidney y en compañía de Frank Sinatra, un filme donde Kelly llegó a bailar incluso con un personaje de animación. Kelly llegó a intervenir a lo largo de su carrera cinematográfica en cerca de cincuenta películas como actor, siendo director de más de una decena, algunas de estas en colaboración con el gran Stanley Donen

Betsy Blair perseguida por sus ideas políticasLa carrera de Gene Kelly iba a ser meteórica en el mundo en Hollywood, algo que no ocurriría con la de de su mujer, Betsy Blair, quién no debutó en cine hasta 1947. Lo hizo en The guilt of Janet Ames de Henry Levin, en un papel muy secundario. Insignificante sería su participación en títulos posteriores, como Doble vida (1948) de George Cukor, Another part of forets de Michael Gordon o Nido de Víboras (1948) de Anatole Litvak, donde ni siquiera aparecía acreditada. Intervino también en otros títulos (incluido el muy interesante Un rayo de luz, 1948 de Mankiewicz) sin que su nombre apareciese en los créditos.

Betsy Blair no era una belleza despampanante al estilo del Hollywood de aquellos años. Probablemente tampoco fuera una gran bailarina como podía serlo Leslie Caron, Cyd Charise... pero su fracaso en Hollywood se debió a otro hecho: el ser una activista política. La chica algo insignificante, aparentemente vulgar, pero con una mirada penetrante y una sonrisa inolvidable resultando molesta, era un estorbo.

Su nombre apareció en las listas negras inquisitoriales de aquella caza de brujas de intelectuales y artistas de izquierdas auspiciada por el senador McCarthy, cuya realidad hoy (como otros muchos hechos históricos que algunos desean ignorar) es puesta en entredicho por mentes retrogradas (falsamente bienpensantes), reaccionarias. 

Betsy Blair con Ernest Borgnine en 'Marty'

El éxito

En los años cincuenta la televisión dominaba en Estados Unidos, y tocaba a rebato para hacerse dueña del mundo. Hollywood lo tuvo claro, optó por llevar al enemigo a casa y alimentarlo, por ello contrató a los mejores directores televisivos. El mundo del cine acogió a Lumet, Ritt, Penn, Mulligan, Frankenheimer, Schaffner... y Delbert Mann. Este último realizador había alcanzado un gran éxito con una película para la pequeña pantalla llamada Marty (1953) cuya potencialidad estaba sobre todo en el buen guión escrito por  Paddy Chayefsky

Hollywood no sólo iba a acoger a la generación televisiva. Iba a ir más allá. Convertiría en filmes de éxito las películas más llamativas realizadas para la televisión (12 hombres sin piedad, Días de vino y rosas...). Una de ellas sería, Marty que curiosamente sería dirigida (lo cual no fue muy habitual en Hollywood) por Delbert Mann, quien ya la había hecho para la pequeña pantalla. Incluso se conservó al mismo guionista. Eso sí, se procedió a cambiar los actores. Rod Steiger, quien representaba en televisión el personaje del italo-americano Marty, sería sustituido por Ernest Borgnine, mientras que Martin Marchand, Clara en la ficción, sería sustituida por Betsy Blair.

Betsy Blair en 'Marty'Era el primer papel importante para la actriz. Ambos actores, Ernest y Betsy, dieron lo mejor de sí mismos para componer unos personajes mediocres, no demasiado agraciados, viviendo una historia de tonos neorrealistas. Clara era la chica que esperaba que alguien la quisiera, que se fijara en ella, una mujer de las "del montón", que no parecía destacar por casi ninguna concreta cualidad. Aunque, eso sí, había una: la impresionante fuerza magnética de su rostro,  su radiante luminosidad, la sonrisa y la tristeza de unos ojos parlanchines.

Kelly tuvo que luchar para que Betsy consiguiera ese papel. Amenazó a la Metro con abandonar los estudios si no presionaba para que su mujer rompiera el cerco al que estaba sometida por la caza de brujas y pudiera trabajar en la industria del cine. Su excelente interpretación la llevó a ser nominada para el Oscar, algo que naturalmente en aquel clima era imposible de obtener. Sin embargo obtendría, por esa interpretación, el premio a la mejor actriz en los premios británicos (los BAFTA). La sencillez de Marty o el hecho de que Hollywood quisiera celebrar a lo grande la entrada del mundo de la televisión en la industria del cine, llevaron a los académicos a concederle cuatro Oscar (mejor película, mejor guión adaptado, mejor director, mejor actor) al filme. Demasiado para tan pequeña película. De todas formas la gran perdedora había sido Betsy. Y es que su presencia, como izquierdista y mujer, asustaba.

Aquella película, más aparente que lograda, dio la vuelta al mundo (el festival de Cannes también decidió premiarla). Su éxito estaba asegurado.

Betsy Blair en 'Marty'

Un director español, de izquierdas (una temeridad en aquellos lúgubres años cincuenta dominados por la dictadura franquista) se fijó en aquella mujer a la que buscaba para ser la protagonista de su próxima película. Su rostro que emocionaba, iluminaba la pantalla era lo que sin duda convenció a Juan Antonio Bardem, pues ese era el realizador.

Después de sacudir las conciencias burguesas con Muerte de un ciclista se aprestaba a seguir fustigando a una clase acomodada, aburrida y cómoda dormida al amparo de una ciudad de provincias. La película en la que pensaba era Calle Mayor. Betsy Blair, se convirtió en Isabel, la mujer condenada a "vestir santos", objeto de una endiablada broma de señoritos provincianos. El filme de Juan Antonio Bardem es grande, muy grande, pero quizá no lo hubiera sido tanto sin la interpretación de la actriz: Fue difícil para mí una mujer estadounidense meterme en ese  personaje, pero lo conseguí gracias a los consejos de Bardem" aseguró la actriz en su momento.

Al proponerle el papel, la actriz había tenido que reflexionar mucho antes de decidirse a venir a rodar a España. Su dilema era claro: ¿Cómo actuar una chica como ella, de izquierdas, en un país falto de libertades? El saber quién, cómo y lo que representaba el director del filme es lo que la llevó a aceptar el papel: "No quería trabajar en la España franquista, pero Juan Antonio me convenció al decirme que su película reflejaría la mediocridad de la situación política que vivía el país".

Sería luego la actriz quien, al ser detenido el director, organizó una rebelión contra el intento de cambiar al director. Si Bardem era despedido abandonaría el rodaje. Ella y otros muchos de los que trabajaban en la película. Calle Mayor la terminó Bardem y pasó a erigirse en una de las grandes obras del cine español de todos los tiempos. Un filme que hoy sigue estremeciendo como el primer día, o a  lo mejor, incluso más.

España fue toda una experiencia para la actriz: "un país hermoso pero extraño por sus hábitos y costumbres".

Años después volvería a España para hablar de su película y comentar cómo vivió aquella experiencia. Fue no hace mucho tiempo. Concretamente en 2006, cuando se proyectó Calle Mayor en TVE dentro del programa  Versión española.

Calle Mayor

Otros mundos

El rodaje de Calle Mayor tuvo lugar en 1956. Betsy Blair conoce Europa. Ahora Estados Unidos le resulta insoportable, no puede seguir aguantando la presión que ha sufrido. En 1957 se divorcia de Gene Kelly. Italia e Inglaterra serán los países donde rodará sus siguientes El sendero de la traiciónpelículas. Entre otras actúa en El grito (1957) de Antonioni, Juventud corrompida (1960) de Maselli, Noche de pesadilla (1960) de Dearden o Selenita (1962) de Bolognini.

En 1963 se casa con el crítico, teórico y realizador cinematográfico Karel Reisz (1926-2002). No volverá a trabajar en ninguna película importante. Intervendrá sobre todo en series de televisión. Una de sus últimas apariciones en cine tuvo lugar en 1988 en el film de Costa-Gavras, El sendero de la traición, una especie de remake de Encadenados de Hitchcock.

Ahora se ha apagado la sonrisa, la luz, de una actriz a la que las circunstancias la impidieron alcanzar la gloria que merecía. Pero en el cine nos quedarán unos pocos títulos que nos muestren su extraño magnetismo capaz de engrandecer a sus (casi) vulgares personajes. 

Una de las últimas apariciones públicas de Betsy Blair