Un paso adelante en el cine panameño
Panamá es uno de los varios países latinoamericanos que no ha desarrollado una cultura cinematográfica. Desde 1903, cuando se convirtió en república con su independencia de la Gran Colombia, los intentos por hacer cine fueron muy pocos y sin resonancia nacional, ni mucho menos internacional.
Muchos cineastas nacionales independientes, haciendo uso de los escasos recursos tecnológicos y económicos que brinda el país, pudieron finiquitar obras audiovisuales que no trascendieron ni captaron la atención de un público fielmente arraigado a la cultura hollywoodense. Y es que para cautivar a un espectador que ha estado sometido al modus vivendi de la cultura yankee por más de un siglo, se requiere de un análisis minucioso y exhaustivo de la actualidad de la sociedad panameña y cómo se puede contribuir, desde el arte cinematográfico, con dicha sociedad. El realizador latinoamericano no puede hacer cine copiando conceptos, temáticas y estructuras narrativas hollywoodenses que resultarían poco verosímiles en nuestro territorio; por el contrario, debe explotar la virginidad existente para proponer nuevos recursos estilísticos, nuevas estructuras y temáticas más acopladas a la sociedad latina contemporánea.
De esta manera, el panameño Abner Benaim, fundador de Apertura Films, logró sintetizar en su obra más reciente algunos de los aspectos más característicos de la cultura panameña, recorriendo todos los estratos sociales, desde las clases bajas hasta las más altas.
Chance, protagonizada por las actrices colombianas Isabella Santo Domingo y Aida Morales, junto con el cubano Francisco Gattorno y la debutante panameña Rosa Lorenzo, fue basada en una historia de la vida real ocurrida en Brasil, cuya situación no fue tan divertida como en la película, por lo que Benaim decidió cambiarle algunos aspectos del género para hacerla apta para todo público, conduciendo a los espectadores, a través del humor, a crear conciencia con respecto a nuestro trato con personas de distintos ámbitos sociales.
La película trata del descontento de Paquita (Aida Morales) y Toña (Rosa Lorenzo), dos empleadas domésticas que trabajan para una familia perteneciente a la alta sociedad, encabezada por el político Fernando González (Francisco Gattorno) y su esposa Gloria Dubois (Isabella Santo Domingo). Paquita y Toña, al ver los excesos que vive la familia González Dubois y el poco interés que muestran en pagarles sus salarios atrasados, deciden secuestrar a la familia en su propia casa hasta conseguir la suma de 100.000 dólares.
Ambas toman el control de la situación, apresando a sus patrones y a sus hijas, las mellas Mariví y Marité (María Alejandra y María Cristina Palacios); mas no así, al pequeño Daniel (Juan David Valdés), quien por su inocencia no ha adquirido esa prepotencia y carácter discriminativo que sí posee el resto de su familia y que tanto aborrecen Toña y Paquita. Durante su secuestro, la familia González Dubois descubre los trapitos sucios que se esconden detrás de una familia que aparenta ser perfecta: desde problemas económicos, hasta problemas maritales y de crianza; con lo cual Paquita y Toña se encargan de abrirle los ojos a una familia cegada por las banalidades de una sociedad cada vez más superficial.
Los aciertos de Chance
Para una primera aproximación al público panameño, después de años de no estrenar una película nacional, (recordemos que en el 2001, Joaquín Carrasquilla estrenó La noche), la mejor elección para crear ese vínculo con el espectador fue el género comedia. Panamá es igual a diversión. Si los haces reír, te ganas la admiración de los panameños. No en vano el programa televisivo La cáscara tiene tanto éxito, convirtiéndose, prácticamente, en el Saturday Night Live panameño. Si sumado al humor, resaltas la cultura panameña, tienes la combinación perfecta.
Tal vez, uno de los mayores errores de la televisión nacional es la de siempre optar por hacer series de comedias con grupos sociales específicos: o nos burlamos de la alta sociedad, o de las movidas suburbanas o de los habitantes del interior del país. Este tipo de programas son inexportables a nivel comercial, porque más allá de nuestros límites, nadie los entiende y terminan siendo repeticiones de lo mismo.
Sin embargo, Benaim optó por rasgos culturales más generales y definitivamente más cómicos: los típicos hindúes dueños de todos los locales de compra y venta de automóviles, el asiático dueño de una casa de empeño, el pavo (acompañante de los conductores de autobuses) de los buses que no escatima en piropos, los bien cuidao (cuidadores de autos en las calles), el travestido fashion, la empleada doméstica adicta a las telenovelas, el político que habla como si siempre estuviese haciendo campaña o la mujer nacida en cuna de oro que no tiene idea de qué hacen sus hijos mientras ella se relaja en los clubes sociales más exclusivos del país.
Éstas y otras tantas referencias hechas en Chance dibujan, a grandes rasgos, en lo que se ha convertido la cultura panameña. Algunas cosas nos producen gracia, otras nos hacen reflexionar. ¿Así es como queremos ser vistos por el resto del mundo? Sea como sea, esto fue un gran acierto por parte del director.
Otro aspecto digno de recalcar en la película es el uso sutil de personalidades panameñas, casi imperceptible, pero reconocible. A la farándula panameña le toma mucho tiempo renovar sus personajes artísticos. En un mismo año podemos ver tres distintos programas en los que aparecen las mismas personalidades, sin darle la oportunidad a los talentos nuevos a sobresalir. En Chance, esas mismas personalidades pasaron a un papel terciario, muchos inclusive, sin diálogos; pero cuyas apariciones fueron agradecidas por el público panameño, ya que les reafirma que están viendo una producción netamente nacional que los identifica. Algunos de ellos fueron: la modelo y presentadora de televisión Ana Gabriela Delgado, el conductor de programas de televisión Rolando Sterling y el exboxeador Roberto “Mano de Piedra” Durán.
En la misma línea de actuaciones, no cabe la menor duda que los personajes más destacados de Chance fueron los interpretados por Aida Morales, Isabella Santo Domingo y Rosa Lorenzo. Estas actrices no sólo reafirmaron la parte cómica que caracteriza a la película, sino que también le añadieron un toque dramático. Aida Morales, cuyas líneas de diálogo fueron muy atinadas, combinando sus raíces colombianas con la cultura panameña, realizó una interpretación de su personaje desde un humor más negro que el resto. Su personaje es el de una madre que se ve obligada, por la pobreza, a abandonar a su hijo en Colombia para buscar suerte en Panamá, por lo que su preocupación por enviarle dinero a su hijo se convierte en la razón principal para llevar a cabo el secuestro de la familia González Dubois. Tomando en cuenta esta breve descripción del personaje, entendemos el extremo al que llega una madre por asegurar el bienestar de sus hijos. De esta manera, Morales representa una mujer, en muchos casos, inescrupulosa y dispuesta a llegar hasta el final para conseguir lo que quiere, sin dejar de mostrar su lado humano en muchas situaciones en las que nos hace recapacitar acerca de los errores que han cometido los demás personajes en la historia.
Por otra parte, Isabella Santo Domingo nos brindó una comedia más física y más obvia, pero que de igual manera funcionó. Su personaje pasó por un arco de transformación radical, consecuencia de la línea de relación que se desarrolla entre ella y Paquita. Se muestra a una mujer segura de sí misma que, posteriormente, sale en defensa de su familia para luego llenarla de dudas acerca de su falsa vida matrimonial y familiar, culminando con su cooperación con Paquita y Toña.
Pero la verdadera revelación de esta película es el personaje interpretado por Rosa Lorenzo. Una mujer sin experiencia previa, que fue elegida al azar para que asistiera al casting de la película, para finalmente quedarse con el papel. Rosa Lorenzo, cuya actuación fue sencillamente natural, aportó verosimilitud a la historia, traspasando su modus vivendi real al de su personaje Toña. Sus gestos, su tono de voz, el acento y la fuerza del personaje son aspectos fácilmente reconocibles por el público que simpatizó rápidamente con Toña.
Críticas constructivas
Si bien la película cuenta con muchos aciertos, la misma también tiene ciertos fallos en diversas áreas. Por un lado, muchos diálogos carecieron de dinamismo y funcionalidad. Se puede decir que en muchos casos los diálogos eran prácticamente innecesarios y, en otros, poco verosímiles. En algunos casos, menos es más. El espectador aprecia más aquello que puede deducir de las imágenes, que aquello que de manera sencilla se le explica a través de un personaje. Ese, tal vez, fue uno de los errores cruciales de la obra.
Aunque son muy bien elogiadas las participaciones de las actrices antes mencionadas, algunas interpretaciones de personajes secundarios no se mantuvieron en el mismo nivel. Panamá no cuenta con escuelas de actuación para cine y televisión. Todas las escuelas de actuación son estrictamente teatrales, por lo que los actores en su mayoría realizan interpretaciones sumamente expresivas, rayando en lo sobreactuado. Si bien el teatro, por cuestiones de códigos estilísticos, exige ese tipo de interpretaciones, en el cine y la televisión se proyectan como malas actuaciones. Los personajes actúan de manera mecánica, no hay interacción con los objetos en escena ni con los demás personajes.
El reto a la televisión
Al igual que el resto de Latinoamérica, la televisión panameña está plagada de telenovelas; siendo México y Colombia sus principales creadores. La falta de programas creativos, originales y nacionales da cabida a un sin número de telenovelas diarias que hipnotizan principalmente a las clases media y baja.
Chance hace alusión a esta costumbre que en un principio era propia de las empleadas domésticas y amas de casa. Público estereotipado por las soap operas o telenovelas de Estados Unidos que fueron hechas exclusivamente para mujeres; de allí el término soap que significa jabón y alude a que las publicidades transmitidas durante las telenovelas eran todas de jabones de lavar ropa, precisamente porque su target era la mujer.
En la película, Benaim mantiene la costumbre de las empleadas domésticas adictas a las telenovelas, hasta el punto de descuidar sus quehaceres por verlas. Se hacen constantes referencias al efecto del star system televisivo en la vida de estas mujeres de clase baja y sin educación que aspiran a encontrar galanes parecidos a los de su telenovela favorita.
Lo cierto es que las continuas referencias a la telenovela en la película no son gratuitas ni casuales. En mi opinión, hay todo un reto que Benaim le hace a la televisión panameña. Una manera de decirle al espectador y a los realizadores que giren su mirada al cine nacional. Que dejen de consumir la misma basura televisiva extranjera que han consumido por décadas y se aventuren a ver algo distinto, original y panameño.
Benaim no sólo se aventuró a realizar la película de mayor presupuesto (3 millones de dólares) hecha en Panamá hasta ahora, sino que tomó las riendas para orientar a todos los realizadores panameños a que también realicen la misma aventura.
Chance le abrió las puertas a los cineastas panameños para convencerse que Panamá está listo para consumir su propio cine, luego de la respuesta masiva que tuvo de los espectadores. Esto demuestra que no sólo podemos hacer cine comercial, sino también, un cine que atraviese el pensamiento humano y nos haga reflexionar sobre nuestra realidad actual.
Escribe Enrique Kirchman
Referencias:
Un Chance filmado en colombiano
http://bogota.vive.in/cine/bogota/articulos_cine/mayo2008/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_VIVEIN-4149654.html
Internatural, breve historia del cine panameño
http://internatural.blogspot.com/2007/11/breve-historia-del-cine-panameo.html
Chance, la película: Los trapos sucios se lavan en la casa
http://www.chancelapelicula.com/blog/
Título | Chance (los trapos sucios se lavan en casa) |
Título original | Chance (los trapos sucios se lavan en casa) |
Director | Abner Benaim |
País y año | Panamá, 2010 |
Duración | 100 minutos |
Guión | Abner Benaim, Papus von Saenger |
Producción | Abner Benaim, Matthias Ehrenberg |
Distribución | Shoreline entertainment (ventas internacionales) |
Intérpretes | Isabella Santo Domingo, Aida Morales, Rosa Isabel Lorenzo, Francisco Gattorno, Maria-Alejandra Palacios, Maria-Cristina Palacios, Juan David Valdez |
Fecha estreno | (pendiente de estreno en España) |
Página web | http://www.chancelapelicula.com/blog/ |