«El equilibrio entre comedia y terror era el quid de la película»
Se estrena HollyBlood, la película dirigida por Jesús Font y protagonizada por Óscar Casas, Isa Montalbán, Carlos Suárez, Jordi Sánchez y Amparo Fernández junto a Piero Méndez y Lara Boedo. Producida por Amigos y Colmillos A.I.E, La Canica Films, S.L.U., Quexito Films, S.L. y Suica Productions, S.L.
El filme es una comedia romántica que juega con el género del terror revisando el mito de los vampiros a través de la historia de Javi (Óscar Casas), un adolescente con una vida normal. Tan normal que no tiene nada especial como para que Sara se fije en él. Ella solo tiene ojos para HollyBlood, una saga literaria de vampiros.
Javi está decidido a contarle a Sara que le gusta, pero una serie de imprevistos y malentendidos hacen que Sara crea que Javi es un vampiro sobrenatural. Todo se complica cuando ellos dos, junto a otros compañeros de clase, deberán enfrentarse a una antigua y maligna amenaza que habita en su instituto.
La película se estrena el 22 de julio distribuida por Filmax. Mediante los Preestrenos del Festival Antonio Ferrandis hemos hablado con Jesús Font y Óscar Casas sobre los entresijos de esta comedia juvenil rodada en diferentes localizaciones de la Comunidad Valenciana y la ciudad de Valencia.
Rodaste hace 30 años tu primera película y posteriormente has desarrollado toda tu carrera en el mundo de la televisión. ¿Cómo surge esta nueva aventura cinematográfica?
Jesús Font: Es verdad que me he dedicado a la ficción de televisión y he disfrutado mucho tanto con proyectos míos como con otros que me encargaban, he tocado todos los palos. Puntualmente me llegaban ideas que intentaba levantar pero que al final no salían.
Este es un proyecto de hace diez años, de un compañero guionista, José Pérez Quintero, que me pasó unas diez páginas de un tratamiento que era básicamente Crepúsculo, pero en plan parodia, de chistes. Entonces dije: «Está bien, pero creo que le falta un chico conoce chica». Un arranque, un medio y un desenlace, para que evolucione la historia.
Entonces fue cuando nos inventamos la historia de un chaval tímido que quiere ligar con una chica que está obsesionada por el fenómeno de HollyBlood, el fenómeno Crepúsculo, y a partir de ahí generamos una suplantación por amor. Creando eso conseguimos que de una película paródica pasáramos a una comedia romántica, con un énfasis en el homenaje al mundo del vampirismo. El vampiro no deja de ser un personaje que nos ha acompañado los últimos cien años a lo largo de un montón de películas. Es un filón, es el personaje cinematográfico con más filón en el mundo del cine.
Y en el fondo la historia es muy romántica.
Jesús: Exacto. Nosotros lo que hacemos aquí es crear un vampiro romántico, desubicado, un vampiro que quiere encontrar su sitio en el mundo frente a otro que es la maldad. El vampirismo siempre se ha movido entre el bien y el mal y en este caso hacemos esos dos paralelismos. Pero eso es subtexto, lo realmente importante es la historia de amor.
¿Óscar, y tú cómo ves el personaje?
Óscar Casas: Lo primero es que el guion me gustó mucho. Era muy dinámico, la película estaba bien, tenía su desarrollo, me reí bastante mientras lo leía. Y ya luego, el personaje tenía mucho juego, el ser un friki, conseguir la chica de tus sueños, el vampiro impostor; y también la evolución, el personaje tenía un arco bonito. Después de leer el guion fue un «sí» y tenía muchas ganas de embarcarme en este proyecto.
La película juega con un equilibrio entre el cine de terror, la comedia romántica, y no deja de ser también una película de aventuras.
Jesús: Me gusta que digas eso…
¿Cómo habéis vivido esta búsqueda del equilibrio tanto desde la realización como desde la interpretación?
Jesús: Sabía que ese era el quid de la película. Crear una estructura que fuera lo suficiente sólida para generar interés a lo largo del metraje: y por otro lado, eran importantes las transiciones de terror a comedia. Al principio empieza con terror clásico y al poco rato empieza la comedia clásica, de tal forma que ya hemos presentado una estructura donde vamos a jugar con los dos temas. Y después empieza la fantasía con la aparición del vampiro.
Ya tenemos esos dos mundos, y una vez creados, si la gente se lo cree, todo se vuelve más fácil para seguir la historia. Y la transición entre comedia y terror, hacia el final de la película, tiene que ser muy rápida porque la gente ya ha entrado en el juego. A nivel de realización y montaje era la gran cuestión a tener en cuenta.
Y lo que juntaba todo esto eran los actores. El espectador que sigue a los dos protagonistas. El personaje de Oscar y el personaje de Isa Montalbán, un personaje que la audiencia tiene que creérselo con esa fabulación, esa inocencia, esa locura por el mundo de los vampiros, que llega a conmoverte. En el momento que esos dos personajes se juntan es cuando todo funciona. Y eso lo descubres en el montaje, ahí es cuando te das cuenta de que todo ha salido bien; mientras estás rodando estás imaginando que puedes conseguirlo, pero hasta que no lo montas no te das cuenta. Montar es otra película.
Óscar: Como actor fue fácil porque Jesús en los ensayos siempre tuvo clara en su cabeza cómo era la película y nos lo transmitió muy bien. Nos dio las notas para entender los personajes, para entender el código; en la primera mesa de lectura ya se veía, esas subidas y bajadas, y nos ayudó mucho para pasar de la comedia al terror o a esos momentos más fantásticos.
¿Tú haces de un chico lo contrario a tu imagen? Tímido, apocado y que rompe con tu imagen.
Jesús: Por eso le moló hacerlo…
Óscar: Totalmente, es un personaje que se aleja de mi imagen habitual pero sí que es verdad que he podido encontrar momentos en mi vida –cuando viví en Irlanda– de soledad, de estar desubicado, más invisible, que he podido conectar en muchos aspectos con el personaje, a entender el personaje, quererlo y aceptarlo.
¿Habéis tenido posibilidad de crear vuestros personajes?
Óscar: Como sentamos las bases en los ensayos, creo que ha habido una libertad en el set que nos ha permitido volar porque Jesús nos ha pedido que eso pasara, que se disfrutara para que hubiera esa magia.
Hemos tenido momentos de vivir la situación, de hacer cosas que no tocaban, incluso propuestas que no se habían comentado y Jesús era capaz de captar porque él tiene muy clara la película. Es una película de jóvenes, fresca, que da pie al disfrute y a la diversión.
Parece una película que se ríe de sí misma, muy libre.
Jesús: Sí, sí. Creo que un director cuando hace una lectura de una película o elige unos actores, tiene que ir a muerte con ello en el sentido de que con las lecturas vas viendo cómo te entiendes, cómo ellos comprenden los personajes, cómo los integran… Una cosa mágica para los directores es que una cosa que tú has imaginado y piensas «¡Qué frikada, ¡qué pasada de vueltas!», pero luego le pasas la información al actor y el actor da un doble salto mortal, incluso más de lo que tú pensabas, porque lo que quiere un actor es llevar adelante la visión de un director y dice: «Si tú me pides esto, yo lo hago, y un poco más».
Y los cinco actores jóvenes, que están en un momento ideal para absorber, jugaron a tope. En este tema de los actores la televisión me ha ayudado mucho. Y los actores, si sale algo en el plato deben incorporarlo, porque al final ellos conocen más el personaje que el propio guionista o director que lo ha escrito; esto es así, en las series es exagerado, pero en las películas, también. Entonces, hay que dejarles volar y tú estás un poco como un árbitro porque lo que surge de un actor que conoce el personaje, y quiere jugársela, suele ser muy fresco y útil.
Y eso no quiere decir que el rodaje fuera fácil. Pero todos nos hemos esforzado para tener un espíritu positivo y divertido que se traduce en el resultado final.
Dentro de este divertimento que es la película, no deja de hablar del tema de la adolescencia, con esas dudas inherentes a la edad, y que es un tema universal.
Óscar: Sí, me he sentido identificado. Esa época en que somos más frágiles, pero es también una etapa muy bonita, muy especial. Ese instituto, ese crecimiento de niño a joven, ese mundo friki, sentirte inadaptado, que la gente no te comprende… Creo que es la etapa más fructífera. Y en cada uno de los cinco personajes tenemos eso, cada uno sentimos eso, y al final se terminan uniendo por un mal mayor. Pero habla de cinco inadaptados.
Jesús: Es así como él dice. Y, además, cada uno con sus corazas, pero todos evolucionan. Empiezan con miedo, con inseguridades, solos, y acaban aprendiendo.
Y en grupo
Jesús: Y en grupo, todos juntos.
Óscar: Te haces mayor y nada importa si no lo compartes con gente, si no estás con tu familia, con tus amigos. La felicidad se comparte, importan los demás, amar a los demás.
Jesús: Y esa explosión de libertad la hemos conseguido gracias a ellos y también gracias al espíritu de la película. La cosa era: «¡Qué duro es ser adolescente! Pero podemos salir de esta».
Óscar, se habla de ti como promesa, pero tienes ya un considerable número de trabajos realizados para el cine y la televisión.
Óscar: La verdad es que estoy muy contento. Trabajé mucho de pequeño y cuando eres pequeño hay algo de juego porque eres un niño. Cuando creces, te haces adulto y empiezas a construir personajes es cuando te das cuenta que no llevas tanto tiempo. Llevo tres años por lo que entiendo que la gente vea la parte de cuando era niño, y me lo pasaba bomba; y ahora es un chico que ama su profesión, que cada vez la entiende más, que está en fase de aprendizaje y que está loco por esta profesión.
Habéis rodado en Valencia y en zonas cercanas
Jesús: Encontramos un edificio en Sueca estupendo [el Asilo de Ancianos, un edificio modernista]. El polideportivo es un almacén de naranjas de Carcaixent y nos fuimos a Gandia a rodar a un monasterio [el monasterio de Cotalba], para hacer los pasillos. De tres o cuatro elementos neogóticos creamos el instituto porque queríamos huir del rollo americano de las aulas frías, queríamos crear nuestra propia imaginería.
En Madrid y Barcelona la mayoría de decorados están ya quemados por lo que es importante encontrar decorados frescos, decorados que es la primera vez donde se rueda, eso es brutal.
Escribe Luis Tormo