“Fue más difícil terminar la versión reducida, pero me gustan igual”
Oliver Assayas ha inaugurado la 32 edición de
En realidad, Carlos en su versión completa dura casi seis horas. Esa fue la versión que se vio fuera de concurso en el festival de Cannes en 2010. Dentro del apartado dedicado a series televisivas,
El director estuvo en Valencia para asistir a la sesión inaugural y presentar la película. Al tiempo servía de visita promocional. Se lograba así cubrir dos finalidades, aunque la principal era una: vender la película.
Assayas en la mañana del jueves 7 de marzo, después del pase de prensa de la película, asistió a una muy concurrida rueda de prensa. Una de las más multitudinarias que uno recuerda de las últimas ediciones de
En España pocas conocemos, pero su calidad queda más que reafirmada con títulos como Finales de agosto, principios de septiembre (1998), Demonlover (2002), un episodio de Paris, je t’aime (2006) o Las horas del verano (2008). Probablemente el que su padre fuera guionista (Jacques Remy) ha hecho posible que conozca y maneje el mecanismo de contar una historia a partir de guiones propios.
Despierto, tranquilo, claro con gran precisión fue contestando a las distintas preguntas. Podía haber estado hablando más tiempo, pero éste estaba limitado, se supone, por la propia organización. Su presencia supo a poco. Porque podía haber dado mucho más juego. Hábil y experto, dominador de la situación, habló de su película, de su actor. He aquí los extractos más destacados de sus declaraciones.
¿Se han estrenado por igual las dos versiones de Carlos?
La versión doble de Carlos se ha estrenado en varios países, como Alemania, Estados Unidos o Reino Unido. Su éxito ha sido parecido, aunque lógicamente la versión corta se llegase a estrenar en más salas.
¿Es una biografía de un terrorista?
Carlos, el personaje, es una invención mediática. Hay que distinguir entre la persona real y la mitificada por los medios. Mi acercamiento al personaje es desde un punto de vista realista, humano. ¿Por qué esta persona se convirtió en el terrorista Carlos? Él era venezolano, luchador en pos de la causa palestina, fue uno de los jefes de la causa de la lucha palestina en Europa. Luego, en Paris mató a unos policias. Detrás vino todo lo de Viena, el secuestro de los representantes de
¿Es una película oportuna, teniendo en cuenta la situación árabe?
El momento actual por el que pasan los países árabes no creo que tenga influencia alguna en la visión de la película. Lo que quería mostrar en el filme es el papel totalitario de gobiernos como el de Líbano, Yemen o Siria. Algo que el momento actual ha venido a demostrar que era así. El hoy no ha hecho más que explicitar lo que ocurría en aquellos países.
¿Es fiel a la historia real o es una ficción cinematográfica?
Cuando comencé a trabajar en el proyecto estaba intimidado por la dificultad del mismo, por el mundo turbio y oscuro sobre el que iba a tratar. Era, por supuesto, un terreno peligroso el tratar de hablar sobre la política en Oriente Medio. Quería, con la distancia que da el tiempo (la vida de Carlos corresponde a veinte años que van desde los años setenta a los noventa) iluminar
¿Su primera opción para el protagonista fue un actor desconocido?
Los productores querían como actor a Javier Bardem o Gael García Bernal, pero no me parecían adecuados. Necesitaba un actor que hiciese más veraz la película. El intérprete debía ser joven, tener la edad correcta, que fuera latino, con presencia física. Cuando di con Edgar Ramírez supe que era la persona ideal para hacer de Carlos. Además hablaba cuatro idiomas. Y, por si fuera poco, poseía una cultura política enorme, por lo que terminó siendo un gran colaborador. Conocía cosas de Venezuela y hechos que yo desconocía. Se convirtió en un artesano. Mientras yo dirigía la película desde fuera, él la dirigía y la asimilaba desde dentro. Cuando terminó el rodaje decidió hacer terapia, psicoanalizarse para decir adiós al personaje de Carlos.
¿Prefiere trabajar para cine o para televisión?
A la hora de escribir o de rodar un filme nunca pienso en el medio en el que se va a distribuir sino en las imágenes que lo van a hacer posible. El proyecto se pensó para cine. Rodé en realidad tres películas y en
Fue el final de cerca de una hora de preguntas. Se hubieran, sin duda, preguntado muchas más cosas, pero los horarios, al menos los que coordinan
Crítica de Carlos en Encadenados
Escribe Mister Arkadin