Al
inicio de la película, mientras van apareciendo los títulos de crédito
por la pantalla, la cámara intenta enfocar un cielo azul pero se ve
entorpecida por unos árboles que apenas dejan ver más allá; al final de
la película los títulos de crédito finales se sitúan sobre un plano
del agua azul de una piscina que es limpiamente atravesada por el
personaje de Patricia. Entre ese principio en el que la cámara intenta
ver y el final, donde todo se refleja claramente, discurre el segundo film
de Patricia Ferreira, basado en la novela de Lorenzo Silva, que partiendo
de esta premisa (intentar ver más allá) nos revela una trama de cine
policiaco basada en los pasos que se va dando en una investigación.
La
directora de Sé quién eres
transita por espacios comunes al género y que abarca desde situaciones
(trama de asesinatos, corrupción, poder, violencia), personajes (pareja
de policías, ricos engreídos, mafiosos, jueces, etc.) hasta la música
(la partitura de Javier Navarrete remite directamente al Goldsmith de Chinatown);
para terminar adaptándolo al localismo hispano (carreteras y pueblos de
la meseta, detectives de la guardia civil, macarras de tres al cuarto,
empresarios inmobiliarios claramente reconocibles, bares y clubes, etc.).
Y a
partir de estas referencias, la película se centra a lo largo de casi dos
horas en mostrar la investigación de una manera detallada que tan solo es
interrumpida por la voz en off
del personaje principal y la conversación-viaje que va emergiendo a lo
largo de la narración entre el sargento (Roberto Enríquez) y el director
de la central nuclear (Chete Lera), donde se nos va desvelando una
historia de ambiciones, de afán de riqueza que afecta tanto a los
personajes más ricos y poderosos (los dos constructores) como a los más
mediocres (el ingeniero asesinado, el mafioso, el secretario del juzgado)
y donde se viene a significar la miseria moral de un enriquecimiento mal
entendido (de ahí la referencia a la historia del alquimista) y que sirve
como denuncia de un submundo que existe por debajo de la sociedad que
normalmente no vemos; a la vez que nos habla de unos personajes que
sufren, que no terminan de encontrar su lugar (un psicólogo que trabaja
en un contexto que no le gusta, los problemas de una mujer en la guardia
civil) y que hacen derivar la historia hacia el interior de esos
personajes, de ahí que la película esté filmada en función del uso del
primer plano (en ese sentido da mucho juego la interpretación de Ingrid
Rubio, callada, distante, con sus enormes ojos mirando hacia los problemas
de la investigación y reflejando
también sus propios miedos).
Y en este
reto de querer narrar una trama de investigación para desvelar también
el interior de unos personajes es donde fracasa Patricia Ferreira, pues el
guión abandona todo ese mundo de los personajes que sólo tienen el apoyo
de los actores que los encarnan. De hecho, es el buen trabajo de los
actores (tanto los principales como los secundarios) lo que impide que la
historia se vaya al garete pues el texto no los sustenta. Si analizamos
los personajes, uno a uno, resultan carentes de emoción, de enganche. Por
ejemplo, los diálogos de la viuda (Adriana Ozores) o del empresario
(Miguel Angel Solá) no tienen consistencia, lo que pasa es que se
defienden por la fuerza y la
presencia que estos actores dan a sus interpretaciones. De igual modo,
alguna situaciones que se muestran para avanzar la historia no terminan de
encajar quedando excesivamente forzadas: el hallazgo del cadáver de la
prostituta que sirve para reabrir el caso, el personaje del mafioso (un
Nacho Vidal que habla más en este film que en toda su filmografía
anterior), la relación entre el sargento y la guardia o la resolución
final un tanto precipitada.
Queda
entonces de positivo la intención de realizar una película que denuncia
la mediocridad y la ambición que subyace debajo de ese tipo de sociedad
correcta a la que se nos quiere acostumbrar ("España va bien")
y que muestra cómo, en cualquier momento, esta situación puede atrapar a tipos y personajes comunes; unido
todo ello a un tono melancólico que aporta unas notas de
desesperanza.
Luis
Tormo
|
EL
ALQUIMISTA IMPACIENTE
Título
Original:
El alquimista impaciente
País y Año:
España, 2002
Género:
THRILLER
Dirección:
Patricia Ferreira
Guión:
Patricia Ferreira, Enrique Jiménez
Producción:
Continental Producciones, Tornasol Films, Cartel
Fotografía:
Marcelo Camorino
Música:
Javier Navarrete
Montaje:
Carmen Frías
Intérpretes:
Roberto Enríquez, Ingrid Rubio, Adriana Ozores, Miguel Angel Solá, Chete
Lera, Jordi Dauder
Distribuidora:
Alta Films
Calificación:
No recomendado menores de 7 años
|