Piedras
Principal ] Arriba ]

 

Cariátides de arena

"Piedras" es un gran título, fuerte, simbólico... lástima que no augure un filme en la misma línea.El calzado une al hombre/mujer a la tierra, lo asienta sobre ella, proporcionándole seguridad en sí mismo/a, libertad y responsabilidad. Es un símbolo de poder, de afirmación social, del alma, y lo que es más significativo, está ligado a lo femenino. Por el contrario, el pie, su morador, es según los psicoanalistas, un símbolo masculino (fálico) y su labor será adaptarse a aquél.

De pies (ellos) y de calzado (ellas) y de su intento de amoldarse las unas a los otros habla Piedras. Un buen planteamiento éste, sexual, ambicioso, provocador; como también lo es su título. Un nombre no hace a una película pero colabora. Piedras es, sin duda, un gran título, fuerte, simbólico, atávico. Lástima que un epígrafe tan notable no augure siempre un contenido similar.

Piedras es la historia cruzada de cinco mujeres calzadas en cinco vidas patéticas, solitarias y estancadas, que parecen llevar su identidad en el tipo de calzado que usan. Una (Angela Molina) rica y estéril cleptómana compulsiva e insatisfecha; otra (Vicky Peña, la mejor y más creíble) taxista viuda y madre postiza, luchadora e inquebrantable; la tercera (Najwa Nimri) una joven a la deriva, dócil y dependiente, un poco ofuscada y muy indecisa; y por último (Antonia San Juan) una madame de burdel barato de carretera, resentida y amargada que carga con una hija (Mónica Cervera) deficiente e imprevisible, ausente casi siempre y presente a ratos.

Lo que acabamos percibiendo es un catálogo de arquetipos femeninos trazados con pulso inseguro.En la existencia pétrea de estas cinco mujeres intuimos (o queremos intuir) las cualidades de la piedra (según Hildegarde de Bingen):  la humedad –que las impide disolverse a pesar de los empellones que la vida y los hombres las provocan-, la palpabilidad –que las hace sensibles al tacto/deseo masculino- y la fuerza ígnea –que desde sus entrañas las torna cálidas (al deseo, al recuerdo, al amor...) y las permite sobreponerse a los desengaños y al dolor/abandono, consolidar su dureza y afirmarse como seres libres e independientes, desligadas de la atracción/pasión masculina.

Sin embargo, lo que percibimos en ellas no son las cualidades tan sutiles y consistentes que intuíamos. Lo mostrado es un catálogo de arquetipos femeninos, bocetos de mujer dubitativos e inmatéricos, sin textura, trazados con pulso inseguro y poco vigoroso.

El resto de personajes –masculinos y femeninos- está tratado con la misma imprecisión; formando una cohorte insípida e inerte, poco verosímil. Apenas retazos de personajes difusos y confusos, poco reales. Todo el conjunto recrea una iconografía de tintes almodovarianos (pero sin ese toque kitsch, multicolor, del autor manchego), repleta de tópicos y aparentemente sugerente, pero sin ese cromatismo, esa fuerza y decisión que requiere todo apunte, elaborado, del natural, como pretende ser Piedras.

Las historias que se entrecruzan funcionan bien hasta la mitad del metraje, luego el filme se estanca y cae.Los cruces y enlaces vivenciales de los personajes tejen una narración dinámica y fluida (hasta la mitad del filme, después se estanca y vuelve arrancar para plantear ese desenlace tan “ideal”), a pesar de lo cual, la solidez dramática, al estar soportada por cariátides tan frágiles, se resiente y poco a poco se desploma derivando hacía situaciones poco creíbles, muy delineadas y por tanto muy irreales. Y con una moraleja final poco alentadora y muy reduccionista al concebir un mundo formado, únicamente, por mujeres dolientes, solitarias y crudas, hombres de chicle (o sea, como si no existiesen) y homosexuales coherentes, guapos, felices y buenos.

La magia áurea del 5 tampoco trasciende a esta composición fílmica, que a partir de la solidez conceptual del planteamiento, la carga simbólica subyacente, la rotundidad nominal que la define, su fachada y personajes pretendidamente naturalistas..., se va desmoronando ante la mirada atónita del espectador, hasta quedar convertida en un desolador montón de arena.

Purilia

PIEDRAS

Título Original:
Piedras
País y Año:
España, 2001
Género:
DRAMA
Dirección:
Ramón Salazar
Guión:
Ramón Salazar
Producción:
Alquimia Cinema
Fotografía:
David Carretero
Música:
Pascal Gaigne
Montaje:
Teresa Font
Intérpretes:
Ángela Molina, Antonia San Juan, Najwa Nimri, Mónica Cervera, Vicky Peña, Daniele Liotti
Distribuidora:
Hispano Fox Films
Calificación:
Todos los públicos

Volver al SUMARIO Página ANTERIOR Página SIGUIENTE Ir a la ÚLTIMA PÁGINA