John
Dahl tuvo su momento de éxito con el estreno de La última seducción, una producción de 1993, que se estrenó en
nuestro país en 1995, y que incluso permitió que alguna obra de su
filmografía como Red Rock West,
que no había tenido difusión hasta ese momento, se estrenara en cines
unos meses más tarde. Cierta crítica, siempre interesada en encontrar
nuevos autores que descubrir, encumbró a Dahl hablando de La
última seducción como baluarte de la renovación del cine negro. La
verdad es que no era para tanto y en revisiones posteriores el filme
pierde parte del brillo que en una primera visión parece despertar, pues
más que renovar el género lo que hace el director de Rounders
es asimilar esquemas ya reproducidos.
Y
algo parecido ocurre ahora con Nunca
juegues con extraños, donde tenemos ocasión de asistir a una mezcla
de argumentos y estructuras extraídas de muy diferentes filmes. En primer
lugar está el referente clásico de Duel
(El diablo sobre ruedas), a través
de ese camión (del que sólo oímos la voz de su conductor) que persigue
a los protagonistas. Luego tenemos el esquema de road-movie
que apunta a un posible relación triangular entre sus protagonistas
(mucha carretera, moteles, habitaciones bares, etc.). Y para terminar, la
influencia del género de terror adolescente que aporta desde los sustos,
truculencias, etc. hasta la moraleja que va implícita en el título.
El
problema es que toda esta mezcla, al margen de que no es muy original, no
siquiera está estructurada (algo que al menos si se apreciaba en
anteriores películas de Dahl). Así, por ejemplo, frente a la sencillez
de la película de Spielberg, donde la lucha entre el hombre y la máquina
abarcaba todo la película, tenemos aquí un medio intento de tratamiento
de personajes que se quedan en nada, la historia del hermano bueno y el
hermano malo (recién salido de la cárcel) no va a ningún sitio; la
aparición del personaje femenino, casi a mitad película, cuando ya no
hacia falta, no aporta nada a la relación entre los hermanos (parece que
se va a establecer un triángulo pero se queda en nada) y el cambio final
de registro del film, pasando de una película de
persecución a una película de terror, nos deja más bien fríos
(escenas sangrientas, final abierto), incluyendo un poquito de simbolismo
barato (hermano malo inmovilizado/crucificado en la valla en los planos
finales) y moralismo rancio conservador (hay que ser bueno para que no nos
pase nada, no gastar bromas y no desear a la mujer del prójimo... sobre
todo si el prójimo es el hermano).
Luis Tormo
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NUNCA
JUEGUES CON EXTRAÑOS
Título
Original:
Joy Ride
País y Año:
EE.UU., 2001
Género:
THRILLER
Dirección:
John Dahl
Guión:
Clay Tarver, Jeffrey Abrams
Producción:
20th Century Fox
Fotografía:
Jeff Jur
Música:
Marco Beltrami
Montaje:
Eric L. Beason, Glen Scantlebury
Intérpretes:
Steve Zahn, Paul Walker, Leelee Sobieski, Matthew Kimbrough, Jim Beaver
Distribuidora:
Hispano Fox Films
Calificación:
No recomendado menores de 13 años
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