¿Puede
un trabajador responsable, eficaz, cordial y solidario perder todos esos
valores y convertirse en un ser indigno y capaz de todo, con tal de no
perder un sueldo precario que le permita sobrevivir? Si quiere saber cómo
es el camino que conduce a la desesperanza y a la desorientación
personal, vaya a ver la última película de Ken Loach. En ella se muestra
la situación en que quedó la clase trabajadora del Reino Unido cuando la
Sra. Thatcher desmanteló y privatizó las compañías estatales y dejó a
miles de trabajadores en el paro. El guión de Rob Dawber cuenta con
eficacia una experiencia vivida por él mismo cuando trabajaba en la compañía
de ferrocarriles. Los protagonistas de la historia son una cuadrilla –de
ahí el título– de trabajadores, encargados del mantenimiento de las vías,
que asisten con sorpresa y estupor a la pérdida de su estatus
profesional, económico y laboral. Al espectador le queda claro que la
causa de todo ello es la torpe y avariciosa gestión de los nuevos dueños
de las empresas, cuyo objetivo fundamental es ganar dinero, aunque se
minimicen la seguridad de los obreros y la de los usuarios.
En
esta película, el director no hace concesiones para dulcificar la dureza
de la crisis. No hay protagonistas heroicos que, tras superar las
dificultades de su situación, acaben su peripecia felices y contentos,
como sucede en Pan y rosas. Ni
historias de amor romántico como en Tierra
y libertad. Simplemente se muestran fragmentos de la vida cotidiana de
los trabajadores en un tono de comedia en las primeras secuencias, que se
va haciendo trágico a medida que avanza la historia. Los diálogos
parecen fragmentos de conversaciones y la historia avanza suavemente y con
naturalidad hacia un final abierto en el que tampoco hay desenlace
propiamente dicho. Esta técnica, sin énfasis ni demagogia, parece
realista, en el sentido estricto de la palabra. El director no muestra su
opinión, no exagera ni da indicios de quiénes son los buenos y los
malos. Se limita a mostrar el proceso de descomposición del país y de
los hombres que lo sufren. Por eso tenemos la sensación de estar mirando
un fragmento de Historia por la ventana de la pantalla, de que así
sucedieron las cosas, y punto. Que el espectador saque conclusiones.
Es
de agradecer que Ken Loach vuelva a hacer lo que mejor sabe: contar al
mundo las consecuencias del liberalismo salvaje en el país que mejor
conoce. Y lo hace con serenidad, sin rabia. Diríamos incluso que con
cierta ternura. Película muy recomendable.
Gloria
Benito |
LA
CUADRILLA
Título
Original:
The Navigators
País y Año:
Reino Unido, 2001
Género:
DRAMA
Dirección:
Ken Loach
Guión:
Rob Dawber
Producción:
Parallax Pictures
Fotografía:
Barry Ackroyd, Mike Eley
Música:
George Fenton
Montaje:
Jonathan Morris
Intérpretes:
Joe Duttine, Steve Huison, Dean Andrews,
Thomas Craig, Venn Tracey, Andy Swallow
Distribuidora:
Alta Films
Calificación:
Todos los públicos
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