Hijos de un mismo Dios
Principal ] Arriba ] Ghost world ] [ Hijos de un mismo Dios ]

 

Hijos de un mismo Dios

La presentación del hecho religioso es constante, y recuerda a aquellas catequesis que algunos de nosotros tuvimos que sufrirRomek es un niño judío que vive en Cracovia al principio de la ocupación alemana. Para salvarlo del holocausto, sus padres le enseñan las oraciones cristianas con el fin de camuflarlo mejor al enviarlo al campo con una familia de campesinos católicos. Allí se encontrará con la rivalidad de uno de sus presuntos hermanos y con la severidad de un sacerdote angustiado por su impotencia de salvar a sus feligreses de la barbarie nazi, y que además utiliza unos métodos enérgicos y muy peculiares de catequesis para prepararlo a una Primera Comunión simulada con la que poder burlar a los nazis. Los niños quedan tan marcados por esas enseñanzas tan literales que comienzan a jugar peligrosamente intentando imitar a los personajes de los evangelios y al mismo Jesús en la cruz.

Hijos de un mismo Dios es un filme muy irregular que padece cierta arritmia y a la vez desconcierta. Pese a ser un filme producido en Estados Unidos (contando con dos conocidos actores, el niño Haley Joel Osmont, que interpretó este filme entre El sexto sentido y la película de Spielberg , A.I., y Willem Dafoe en el papel del atormentado sacerdote), la cinta tiene todo el aspecto de ser un filme europeo, por su ritmo pausado y su temática hondamente humanista. Rodada íntegramente en Polonia, recuerda el cine propio de los polacos, con exactas y apropiadas ambientaciones, una puesta en escena algo exasperante, un sentido trágico de la existencia y una presencia acaparadora de la religiosidad, vivida ésta como una gran y angustiosa tensión vital.

Pese a una fuertes caídas en su ritmo narrativo y situaciones absurdas y poco verosímiles, el filme es una historia terrible de iniciación y a la vez un canto a la tolerancia y a la fraternidad, y delata, una vez más, los tiempos crueles de supervivencia que Polonia sufrió durante la Segunda Guerra Mundial, evitando edulcorar las mismas situaciones que provocaron los polacos no judíos. Es lo que perece ser se propuso su director: evocar en el filme unos recuerdos que el dolor quiso borrar. En este sentido es muy evocador el que no se haya ocultado las acciones infames que algunos polacos realizaban con los judíos.

Algunos momentos de la película son sobrecogedores, como la secuencias de los trenes que transportan a los judíos a los campos de concentración y estremece ver cómo los niños saquean a los evadidos. Pero también hay secuencias algo redundantes y excesivas, como es la secuencia del cura intentando coger los cerdos.

La presentación del hecho religioso es una constante en esta película y recuerda aquellas lamentables catequesis que algunos de nosotros recibimos de pequeños, en donde la fe religiosa quedaba íntimamente ligada al sacrificio, al dolor, al miedo, a la tristeza de vivir en suma. Algo que parece ser muy propio del pueblo polaco y a su modo de entender el catolicismo, causado tal vez por su asociación de la nación con la religión. La película entonces puede ayudar a entender algunos aspectos de la forma de entender el catolicismo que tiene el Papa actual.

José Luis Barrera

HIJOS DE UN MISMO DIOS

Título Original:
Edges of the lord
País y Año:
Estados Unidos, 2001
Género:
DRAMA
Dirección:
Yurek Bogayevicz
Guión:
Yurek Bogayevicz
Producción:
Millenium Films
Fotografía:
Pawel Edelman
Música:
Jan A.P. Kaczmarek
Montaje:
Dennis Hill
Intérpretes:
Haley Joel Osment, Willem Dafoe, Liam Hess, Richard Banel
Distribuidora:
Filmax
Calificación:
Todos los públicos

Volver al SUMARIO Página ANTERIOR Página SIGUIENTE Ir a la ÚLTIMA PÁGINA