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LA GRAN MENTIRA (películas alabadas por la crítica y ensalzadas por el público que no son más que auténticos camelos envueltos en un -falso- cine de calidad)

 

Los herederos. Nacionalidad: Austríaca, 1998. Director: Stefan Ruzowitzky.- Intérpretes: Simon Schwarz, Sophie Rois, Lars Rudolph

Creo que este director cae en los dos fallos más imperdonables que uno puede cometer a la hora de dirigir una película: en primer lugar no tener claro el tono y el género en el que va a contar la historia; en segundo lugar el dejarse ver constantemente detrás de la cámara. Es un realizador que toma partido, se alinea políticamente a favor de los desposeídos, de los braceros, y señala de manera directa a los criminales: los granjeros apoyados por la Iglesia y el poder político, policial y jurídico. Sus métodos y sus intereses son denunciados: Mantener analfabeta a una población constreñida por el miedo y las supersticiones para aprovecharse de ella como fuerza de trabajo. Nada de esto exime del pobre resultado cinematográfico pues la película duda entre la seriedad de la reconstrucción histórica, el suspense policiaco, el realismo mágico y el humor estúpido y la cámara pasa del reportaje al cine de calidad. Al director le falta fuerza para mantener tanto el sentido de la historia como de la mirada que la cuenta. SOCIAL. Daniel Arenas

 

 La vida es bella (La vita è bella). Nacionalidad: Italiana, 1997. Dirección: Roberto Benigni. Argumento y guión: Vicenzo Cerami y Roberto Benigni. Intérpretes: Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Giustino Durano, Marisa Paredes

(Ver comentario en EN CADENA DOS nº 5)


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