Es difícil hacer que una película atraiga a un gran público y a la vez que ésta no sea etiquetada con términos como “comercial”, en la forma más despectiva de la palabra. lo que parece claro es que el cine es una industria y año tras año somos testigos de cómo productos de calidad del cine independiente español pasan sin pena ni gloria por las carteleras.
Borja Mansó y Marcos Cabotá, directores autodefinidos de cine comercial, han decidido embarcarse en la dirección de una comedia de fórmula. Con una estructura casi prediseñada y conocida de antemano. Sin embargo, precisamente la mayor virtud de Amigos es el continuo discurso sobre los intereses económicos y la comercialidad en el mundo del espectáculo, siendo el filme precisamente el mejor ejemplo que representa estos intereses. Desde el tema principal (la amistad masculina, en plena efervescencia de la “inmadurez de la madurez”, que tan de moda está tras la exitosa saga de Resacón en las Vegas), hasta los conocidos cameos, todo parece hecho para captar espectadores.
Nacho (Ramón Esquinas), Víctor (Alberto Lozano), Diego (Ernesto Alterio) y Santi (Diego Martín) han forjado una amistad desde la infancia basada en la competitividad que les lleva a idear diferentes apuestas. Apuestas que les han acompañado en los momentos clave de sus vidas pero que han provocado algo inevitable: que éstas se vuelvan cada vez más extremas. Una de ellas, ideada por Nacho, provoca el enfrentamiento entre los cuatro amigos. Las vidas de Víctor, Diego y Santi vuelven a converger cuando son informados de la muerte de su amigo, y que éste ha dejado una herencia de cantidad desorbitada, 17 millones de euros, a aquél que consiga acumular mayor número de espectadores en televisión.
Lo peculiar de todo esto es que el trabajo de Borja Mansó y Marcos Cabotá parece integrarse perfectamente con los actos de sus protagonistas. Mientras que Víctor sacará el máximo provecho al atropello que ha sufrido por un conocido bailaor de flamenco andaluz, Diego será forzado por su esposa Carolina (Goya Toledo) a entrar a un reality show y Santi acudirá a un programa de testimonios con una falsa historia, los directores de esta película intentarán reunir y aglomerar el mayor número de espectadores en las butacas juntando en Amigos todo aquello que ha triunfado en televisión, rostros conocidos, gags visuales que funcionan bien en los trailers a la hora de atraer asistentes a la gran pantalla. Sin olvidarse, por supuesto, para tal fin, de incluir a conocidos tenistas, periodistas deportivos, presentadoras y actrices mediáticas si ello puede conducir a un mayor número de entradas vendidas.
Si obviamos el pésimo ejemplo de amistad entregada en esta película (parece que la intención está lejos de hablar de esa “confianza y afecto desinteresado entre las personas”), Amigos funciona más como una recolección de guiños al mundo televisivo que como una comedia de chistes brillantes y memorables. De hecho, una vez escogido el arco principal de la película, la tarea de amontonar situaciones (que bien podrían haber sido mucho mejor exprimidas en su desarrollo y potenciar al máximo lo absurdo de los acontecimientos) no parece excesivamente difícil. Tan sólo alcanzar una lista de los espacios televisivos más vistos del último año e intentar satirizarlos.
Son muy marcadas las irregularidades en el ritmo a pesar de que la sensación final haya sido la de estar ante una comedia sólida. Todo comienza con unos originales títulos de crédito stop motion con una estética muy Monopoly que nos presenta la infancia de los cuatro amigos, seguidos por unas secuencias que sirven de prólogo, a modo de presentación de su juventud y las apuestas que causan las riñas entre los cuatro amigos. Éstas de un ritmo bastante intenso que prometen un filme trepidante.
Sin embargo, es durante en el desarrollo donde la película sufre unos altibajos importantes y mientras que hay momentos en los que el espectador sentirá que los segundos se consumen de forma endiablada, hay otros en los que la película no avanza. Un ejemplo de ello es el momento en el que Diego ha conseguido entrar en el reality y Víctor está en plena diana mediática, cuando las situaciones no logran estar a la altura de lo que se supondría el clímax de la película, provocando que las escenas anteriores que muestran poco a poco cómo intentan estar en ese candelero de medios tengan mucha más efectividad.
Pronto la película vuelve a remontar, asistimos a las (previsibles) resoluciones de las tramas personales de los protagonistas hasta un culmen final en unas abarrotadas campanadas. No falta el ingrediente romcom compuesto por la historia de Santi y Miranda (Manuela Velasco) con un esquema impuesto. Él conoce a ella aunque para ello tenga que hacerlo mediante una mentira. Ambos se enamoran. Ella descubre la verdad. Él se arrepiente, pide perdón y acaban en extasiante felicidad.
De las actuaciones, tanto Ernesto Alterio como Diego Martín consiguen sobrellevar el peso cómico protagonista de Amigos, aunque también ello se deba a que parecen condenados al mismo rol en este tipo de filmes. Sin embargo, es Alberto Lozano quien carga con la función de bufón oficial de la película, algo que parece conseguir con creces ya que la sala reía con muchas de sus intervenciones. Goya Toledo y Manuela Velasco sirven para apoyar las subtramas de la película. Eso sí, ambas con personajes excesivamente estereotipados, Toledo con un papel de mala malísima y Velasco haciendo de corderillo ingenuo. A pesar de lo manido y poco interesante de sus personajes, las actrices consiguen impregnar de cierto encanto el resultado final de la película, la encargada de dar vida a Miranda.
La elección de los temas musicales para la banda sonora consigue dar mucha fuerza a las escenas álgidas de Amigos. One way or another de Blondie, la mítica Don’t stop me now de Queen, o la acertada Save me de Aimee Mann. Todas bien escogidas, pero tan usadas en tantas películas que a pesar de ser efectivas resultan de nula originalidad.
Amigos ha sido vendida como “la comedia española del año”, realmente dudo que lo sea. Pero sí es una comedia que funciona a muchos niveles. La ambientación de espacios tan diversos (donde ha sido imprescindible la colaboración de ciertos canales televisivos), los guiños al mundo de la televisión y el espectáculo relativamente bien tratados (que ganarán la simpatía de los consumidores de este medio), y un reparto con tablas hacen de Amigos una propuesta aceptable y a fin de cuentas divertida (no olvidemos) objetivo primordial de una película categorizada dentro de la comedia.
Escribe Juan Bernardo Rodríguez (MrJotaBe)
| Título | Amigos |
| Título original | Amigos |
| Director | Borja Manso y Marcos Cabotá |
| País y año | España, 2011 |
| Duración | 92 minutos |
| Guión | Borja Manso y Borja Cobeaga |
| Fotografía | Mario Montero |
| Música | Sergio de la Puente |
| Distribución | TriPictures |
| Intérpretes | Ernesto Alterio, Diego Martín, Alberto Lozano, Goya Toledo, Manuela Velasco |
| Fecha estreno | 08/07/2011 |
| Página web | http://www.amigoslapelicula.com/ |